PARASHAT VAERÁ 5784

LA IMPORTANCIA DE CREER

PARASHAT VAERÁ 

LA IMPORTANCIA DE CREER

En nuestra Parashá de la semana, Parashat Vaerá, la Toráh nos cuenta sobre el comienzo de la redención y salida de Egipto por parte de Äm Israel, contándonos detalladamente el proceso que sucedió desde que Ha´Kadosh Baruj Hu se le reveló a Moshe, hasta el punto en que  ya comenzó a hacer caer las plagas sobre Egipto.

Algo interesante que vemos al comienzo de nuestra Parashá, es la conversación que se lleva a cabo entre Moshé Rabenu y Ha´Kadosh Baruj Hudesde el momento en que  le dice a Moshé Rabenu que él es el elegido para redimir al pueblo de Israel y que vaya a transmitirle al pueblo de Israel y al faraón sobre la decisión que tomó Ha´Kadosh Baruj Hu y que llegó el momento de redimir el pueblo de Israel.

Lo interesante sobre todo, es que en la Parashá anterior, Parashat Shemot, la Toráh dice que cuando Ha´Kadosh Baruj Hu mandó a Moshé a que le notifique al faraón sobre el comienzo de la redención, le dice [Shemot, 3:10]: “Ve´äta lejá ve´eshlajajá el parö, ve´hotzé et ämi bené Israel mi´mitzraym” (Y ahora anda y te enviaré donde el faraón, y sacará a mi pueblo, hijos de Israel, de Egipto), sin embargo, cuando Moshé Rabenu le contesta a Ha´Kadosh Baruj Hu sobre este comando en nuestra Parashá, misteriosamente se concentra en otra cosa, se concentra en dar un motivo de porque él cree que el faraón no le va a creer, y no solamente eso, sino que asigna ese fenómeno a algo que tiene ver con Äm Israel mismo.

Viene Moshé Rabenu y le dice a Ha´Kadosh Baruj Hu [Shemot 6:12]: “Va´ydaber Moshe lifné H´ lemor, hen bené Israel lo shameü elai, ve´ej ishmäeni parö” (Y habló Moshé frente a  diciéndole: “Los hijos de Israel no me escucharon y no me creyeron cuando les dije que la redención está pronta por suceder, por ende, ¿cómo me va a creer el faraón?”). Es decir, Moshé Rabenu por algún motivo le dice a Ha´Kadosh Baruj Hu que, si es que Äm Israel no creyó la noticia de la redención, entonces cómo quiere  que el faraón vaya a escuchar.

Rashi trae en nombre del Midrash Bereshit Rabáh [92:7a] que este verso dicho por Moshé es uno de los 10 “Kal va´jomer” que hay en la Toráh. ¿Qué es un “Kal Va´Jomer”? Es una de las reglas con la cuales se estudia la Toráh. La palabra “Kal” significa “indulgente”, y la palabra “Jomer” significa “severo”. Por ende, la regla “Kal va´jomer” establece que se en algunas veces se puede aprender algo de lo más indulgente para lo más severo, como por ejemplo, si es que sabemos que una persona no puede levantar 50 kilos, entonces “Kal va´jomer” (con mayor razón) que no va a poder levantar 100 kilos. Es decir, de la indulgencia aprendemos para la severidad.

Por ende, volviendo al verso donde Moshé Rabenu le dice a Ha´Kadosh Baruj Hu que “hen bené Israel lo shameü elai, ve´ej ishmäeni parö” (“Los hijos de Israel no me escucharon y no me creyeron cuando les dije que la redención está pronta por suceder, por ende, ¿cómo me va a creer el faraón?”), si lo analizamos a primera vista probablemente vamos a cuestionarnos una cosa, y es sobre ¿qué tipo de “Kal Va´Jomer” hay acá? ¿Acaso tiene algún tipo relación el hecho de que Äm Israel no le crea a Moshé Rabenu? ¡Perfectamente podríamos pensar que no hay conexión entre una cosa y la otra, es decir, perfectamente puede ser que Äm Israel no le crea a Moshé, pero cuando llegue donde el faraón y le cuente que la redención comenzó, el faraón si le crea a Moshe Rabenu! Entonces ¿qué tipo de “Kal va´jomer” existe acá?

La respuesta para esto Rabotay la trae el “Sefat Emet”, y nosotros la desarrollaremos un poco más BH.

Trae el Sefat Emet, que en realidad la Toráh nos está revelando acá un elemento que obtiene un rol sumamente importante a la hora de actuar en la vida, y ese elemento es justamente la actitud que tenemos tanto como pueblo, como también como personas individuales.

Moshe Rabenu le dice a Ha´Kadosh Baruj Hu en otras palabras: “Si es que Äm Israel no creyó en la redención cuando se lo vine a comunicar, ¿Acaso existe lugar para que otra persona si vaya a creer en la redención?”. Si una persona no cree en sí mismo, ¿acaso alguien más va a poder creer en él? Moshé Rabenu sabía que para que el faraón pudiera creer en que la redención había llegado, todo debía comenzar por que Äm Israel mismo creyera en que había llegado el momento de la redención. Sin que Äm Israel creyera en eso y lo notara en su actitud, el Faraón tampoco iba a poder creer en que la redención comenzó. Por eso Moshé Rabenu le dice a H´: “hen bené Israel lo shameü elai, ve´ej ishmäeni parö” (“Los hijos de Israel no me escucharon y no me creyeron cuando les dije que la redención está pronta por suceder, por ende, ¿cómo me va a creer el faraón?”).

Muchas veces nos olvidamos que para poder lograr cosas en la vida, tenemos que primero trabajar en la actitud  que nace de nuestra parte, y entender que si nosotros no somos capaces de creer en que podemos lograrlo, y que tenemos las capacidades para hacerlo, nadie más creerá en nosotros.

Hay una historia que sucedió con un hombre en Estados Unidos, la cual nos podrá ayudar a dimensionar de forma más tangible el poder que tiene una persona quien logra tener una actitud en la cual cree en sí mismo, y el efecto que esto también tiene en su entorno.

Este hombre, había sido un hombre de negocios durante toda su vida. Sin embargo, durante los últimos años de su vida las cosas no habían ido muy bien, y no solamente había perdido su situación económica, sino que incluso había caído en deudas que no tenía por donde pagarlas. Toda esta situación le había afectado mucho a este hombre, y no era tan solo cosa de verlo como para notar que este hombre estaba viviendo una crisis existencial, era tan solo cosa de verlo y uno ya podía notarlo.

En uno de los días deprimidos de este hombre, el hombre decidió salir a caminar un rato, ya había perdido prácticamente toda esperanza de poder salir del pozo donde se había metido, ya nadie quería prestarle dinero, todas las personas que alguna vez lo ayudaron, ahora le cerraban las puertas. Durante esa caminata, el hombre ingresó a una multitienda simplemente para mirar que era lo que se vendía ahí. Sin embargo, al momento en que ingresó a la tienda, se le acercó un hombre un poco mayor en silla de ruedas, y le preguntó: “Hijo mío, ¿Qué sucede? ¿Por qué andas caminando por la vida con esa cara tan deprimida?”.

“Uffff, ni me lo preguntes” Le contesta el hombre al señor en silla de ruedas, “Le debo dinero a bastante gente, y la verdad que no veo por donde podré pagar mis obligaciones y volver a surgir”. 

El hombre en silla de ruedas sonrió al escuchar esto, y le dijo: “¿Sabes quien soy yo?”. “La verdad que no” le contesta el hombre. “Yo soy Henry Ford, quien inventó la marca de autos de Ford, y me da pena verte así. Si me lo permites, me encantaría hacerte un cheque ahora mismo por el monto de las deudas que tienes y así puedas volver a surgir en tu vida. ¿Te parece? ¿Me permites ayudarte?”.

El hombre estaba en shock con lo que estaba escuchando, era realmente como si este hombre Henry Ford haya caído Del Cielo en el momento que más ayuda necesitaba. Inmediatamente aceptó el cheque de Henry Ford, y salió a trabajar. Sin embargo, al llegar a su casa, se dijo a sí mismo: “En realidad, voy a guardar este cheque. Este cheque va a ser mi garantía. Voy a intentar de levantarme nuevamente por mi solo, y en caso de que requiera el cheque, lo voy a utilizar, pero primero lo intentaré solo”.

Así fue. El hombre guardó el cheque, y se dirigió al banco para pedir un préstamo y poder retomar sus actividades. Misteriosamente, esta vez el banco vio una actitud distinta en el hombre, una actitud de seguridad, de entusiasmo, se veía que tenía un plan de acción claro, etc, y por ende finalmente decidieron prestarle el dinero. El hombre, trabajó y trabajó, y de a poco fue recuperando nuevamente el nivel económico que tuvo desde un comienzo, pudiendo también pagar por completo las deudas que tenía.

Transcurrió un año desde que este hombre había recibido el cheque de parte de Henry Ford, y por el hecho de que finalmente no lo había tenido que utilizar, decidió volver a la multitienda donde se lo había encontrado desde un comienzo con Henry Ford para ver si es que podía contactarlo nuevamente y devolverle el cheque que la había entregado generosamente hace un año como ayuda.

Para su sorpresa, nuevamente se encontraba Henry Ford sentado en la silla de ruedas, y cuando se le acercó para agradecerle su ayuda y la confianza que había depositado en él con ese cheque que le entregó, sucedió algo inesperado. Dos policías se acercaron al hombre en silla de ruedas, y lo esposaron en ambas manos, tomándolo detenido. El otro hombre no entendía qué estaba pasando, les dijo a los policías “¡Señores policías! ¡¿Qué están haciendo!? ¿Acaso no saben quién es este hombre? ¡Este hombre es Henry Ford?”

Los policías miraron a este hombre atentamente y le dijeron: “¿A ti también te dijo que él era Henry Ford? Al parecer tú también caíste en su trampa”

¿Qué descubrió este hombre en ese momento? Descubrió que el hombre en silla de ruedas en realidad no era Henry Ford, y que el cheque que había recibido de su parte en realidad era puro aire, era un cheque sin fondos que no había forma de cobrarlo. Sin embargo, este hombre aprendió algo más importante aún en aquel día, aprendió sobre la importancia de creer en sí mismo, vio como el simple hecho de tener algo en que aferrarse fue suficiente para devolverle la fe en sí mismo y ayudarlo a volver a surgir, y esto a pesar de que post facto se enteró de que ese cheque que tenía para aferrarse era toda una mentira, igual así le aquel cheque le sirvió como puntapié inicial para recuperar la confianza en sí mismo y volver a surgir. 

Si nosotros logramos creer en nosotros mismos, también el resto de la gente va a creer en nosotros, todo depende de la actitud que venga de nuestra parte. Eso es lo que le dijo Moshé Rabenu a Ha´Kadosh Baruj Hu, que si bien una parte de su comando era decirle al faraón que la redención había comenzado y otra parte decirle a Äm Israel, en realidad para lograrlo, todo debía comenzar por el hecho de que Äm Israel mismo creyera en que el momento de la redención había llegado. Si Äm Israel se convencía y creía profundamente en que llegó el momento, entonces también el faraón lo haría, pero si no, entonces tampoco el faraón lo haría.

Rabotay, está claro que estamos cercanos a la redención, muy cercanos. Sin embargo, lo más importante de todo, es que nosotros como pueblo creamos y estemos confiados en que merecemos y estamos listos para que comience la redención final. Sin que nosotros mismos lo creamos y lo inculquemos en nuestra actitud, nada va a suceder. Pero si es que nosotros mismos lo creemos y actuamos con esa actitud, rápidamente todo nuestro entorno también lo hará.

Esa es la importancia de saber creer.

Shabat Shalom u´m´Voraj.