QUERER APEGARSE AL CREADOR
PARASHAT SHOFETIM
QUERER APEGARSE AL CREADOR
En nuestra Parashá, Parashat Shofetim, la Toráh nos dice [Devarim 18:13]: “Tamim tihihe ïm H´ Elokeja” (Se inocente con H´ tu Ds), y sobre esto escribió el Rav Ha´Shomer Emunim - Rabi Aharon Rata ztk”l - en su Maamar Ha´Emunáh (palabras sobre la Fé) [Capitulo 19] que la cualidad de la “Tmimut” (inocencia), la cual es la cualidad que le pertenece a Yaäkov Avinu, es la cualidad que sube por sobre todas las otras buenas cualidades habidas por haber. Escribiendo ahí que el poder que tiene una persona la cual camina en su vida con absoluta inocencia dentro de su corazón frente a Su Creador, tiene un poder anormal de anular decretos, incluso más de lo que muchos otros tzadikim podrían anular.
El Gaon Rabi Moshe Jaguiz en su libro Mishnat Jajamim [seif 220] trae una historia que su abuelo le contó, la cual sucedió en los días en que el Arizal aún vivía en Tzfat, y tal como lo veremos,esta historia dejo impactados a todos los que vivían en la ciudad. Resulta que, en ese tiempo, hubo unos pocos yehudim que lograron subir de Portugal e instalarse a vivir en la ciudad de Tzfat, estamos hablando hace 500 años atrás. Y resulta que uno de estos yehudím, en uno de los shiürim que escuchó de parte del rabino de la Sinagoga en Shabat, lo escuchó hablar sobre la belleza que tenía la ofrenda de panes llamada “Lejem Ha´Panim”, la cual existía el Bet Ha´Mikdash donde cada víspera de Shabat se ofrendaban estos panes para El Creador, y lo penos que era que desgraciadamente ahora debido a nuestros pecados ya no tengamos el Bet Ha´Mikdash y no podemos traer y ofrendar este “Lejem Ha´Panim”.
Este yehudí de Portugal mientras escuchaba las palabras del rabino se emocionó mucho, se tuvo que aguantar para no llorar dado que era Shabat, y sabemos que está prohibido llorar por pena en Shabat. De todas formas, cuando llegó a su casa, este hombre se sentó con su mujer y le contó con lujo y detalle lo que había escuchado, sobre qué era el “Lejem Ha´Panim” y lo penoso que era el hecho de que no podamos ofrendarlo en nuestros días donde no tenemos el Bet Ha´Mikdash.
La mujer también se emocionó mucho con todo esto, y finalmente ambos decidieron que iban a hacer algo al respecto. ¿Qué iban a hacer? Cada víspera de Shabat, la mujer prepararía dos lindas Jalot extras por sobre lo que ellos necesitaban para Shabat, y el hombre las llevaría a la Sinagoga para dárselas a Ha´Kadosh Baruj Hu. Y así fue, llegó el primer Shabat, la mujer preparó estas dos ricas Jalot, y el hombre se dirigió una hora antes de Shabat a la Sinagoga para poder darle estos dos panes a Ha´Kadosh Baruj Hu, y luego poder irse a sumergir en la mikveh. Él ingresó a la Sinagoga, y con absoluto respeto abrió el Aron Ha´Kodesh, y situó las dos Jalot dentro de él, mientras que con mucha emoción le rezaba a Ha´Kadosh Baruj Hu que por favor reciba estos dos panes como regalo de ofrenda en recuerdo al “Lejem Ha´Panim”, y que por favor pronto podamos ofrendarlo en el Bet Ha´Mikdash. Luego cerró el Aron Ha´Kodesh, y se dirigió a la mikveh.
Al día siguiente por la mañana, este hombre nuevamente se adelantó a la Sinagoga, llegando antes que todos lleguen al rezo matutino de Shabat, y cuando ingresó a la Sinagoga, lo primero que hiso fue dirigirse al Aron Ha´Kodesh para ver si es que acaso Ha´Kadosh Baruj Hu había recibido sus panes de ofrenda. Cuando lo abrió, lágrimas de alegría comenzaron a caer de sus ojos, ¡Los panes que había puesto la noche anterior habían sido recibidos, ya no se encontraban ahí! El hombre no podía parar de pensar en poder llegar a casa y contarle esto a su mujer.
Cuando llegó a su casa, le contó a su mujer lo que había sucedido, sobre cómo había abierto el Aron Ha´Kodesh y las Jalot que habían puesto el día anterior ya no estaban, comenzando a saltar ambos de la felicidad. Decidieron que iban a seguir haciendo esto cada víspera de Shabat, para que Ha´Kadosh Baruj Hu se sienta contento y puedan opacar un poco la pena de que aún no tenemos Su tercer Bet Ha´Mikdash construido.
Así fue durante semanas, cada víspera de Shabat, la mujer preparaba dos Jalot extras, y las envolvía de forma muy linda. Semana a semana este hombre veía como ellos situaban estas dos lindas Jalot dentro del Aron Ha´Kodesh, y luego cuando volvía al día siguientes por la mañana se encontraba con que las Jalot ya no se encontraban.
Sin embargo, durante un Shabat sucedió que el rabino de la Sinagoga se adelantó y decidió llegar más temprano a la Sinagoga de la común para poder preparar tranquilo las palabras de Toráh que daría durante ese Shabat. Y resulta, que mientras estaba sentado en la fila de atrás, él ve como este hombre de Portugal ingresa con dos Jalot en sus manos y se dirige directamente al Aron Ha´Kodesh. El rabino se mantuvo en silencio ya que quería ver qué era lo que hacía este hombre con las Jalot. Cuando vio que este hombre ingresaba las jalot dentro del Aron Ha´Kodesh y le pedía a Ha´Kadosh Baruj Hu que por favor las reciba y que les sirva como consuelo mientras aun no tenemos el Bet Ha´Mikdash, inmediatamente se paró este rabino y le dijo: “¿Te volviste loco? ¿Acaso tú de verdad crees que El Creador va a recibir estos panes que tu trajiste como ofrenda? ¡El Creado no tiene cuerpo ni forma de cuerpo!”.
Todo esto lo tomó por sorpresa al hombre, y le dijo: “Señor rabino, sé que suena increíble, pero increíblemente así es. Cada Shabat yo le dejo estas Jalot a Nuestro Padre En El Cielo, y al día siguiente cuando vengo a revisar las Jalot me encuentro con que ya no se encuentran aquí, es decir, El Creador efectivamente está recibiendo nuestras ofrendas. ¿No es algo increíble rabino?”.
El rabino no lograba entender cómo puede ser que este hombre le esté diciendo semejante cosa. Le dijo: “Lo que estás hablando son puras tonteras, y, es más, espera unos minutos acá conmigo y verás que es lo que sucede.” El rabino sostuvo al hombre sentado al lado suyo en la fila trasera, y al cabo de unos cuantos minutos vieron como el Gabay de la Sinagoga, un hombre viudo, se dirigía directamente al Aron Ha´Kodesh y sacaba las dos Jalot de dentro del Aron, agradeciéndole Al Creador por tener hijos que se preocupan de sus hermanos y le dejan todos los Shabatot dos Jalot para que pueda hacer su Shabat.
Este rabino le había descubierto toda la vedad al pobre hombre. Resulta que el Gabay de la Sinagoga acostumbraba llegar todos los Shabatot media hora antes de Minjáh a ordenar el Sefer Toráh para la lectura del día siguiente. Y por ende, la primera vez que este hombre puso las Jalot y se fue a la mikveh, el Gabay ingresó a la Sinagoga y se encontró con dos lindas jalot dentro del Aron Ha´Kodesh, pensando que alguien había tenido misericordia por él, sabiendo que es viudo, y le había dejado dos ricas jalot. Luego cada Shabat, al momento en que el Gabay venía a ordenar la Toráh, minutos después de que este hombre había salido de la Sinagoga para ir a la mikvéh, el Gabay encontraba nuevamente dos ricas Jalot y se las llevaba a su casa, repitiéndose esto durante muchos Shabatot.
Sin embargo, esta alegría se había acabado, el rabino de la Sinagoga había logrado apagar ese fuego que sentía este yehudí de Portugal cada semana al pensar que cada Shabat Ha´Kadosh Baruj Hu estaba recibiendo sus Jalot, ahora que el rabino lo había hecho esperar dentro de la Sinagoga, había generado que este yehudí descubriera lo qué era lo que en realidad sucedía con aquellas Jalot.
Cuento corto Rabotay, cuando salió Shabat, el Ari Ha´Kadosh envió a un enviado para que le comunique a ese rabino que en El Cielo se había decretado de que no iba a terminar su año con vida. “¡¿Por qué?!” preguntó este rabino. A lo que le contestó el enviado, que el Ari Ha´Kadosh le había dicho que desde el momento en que se había destruido el Bet Ha´Mikdash, nadie le había generado una alegría y orgullo Al Creador como lo había hecho ese yehudí de Portugal quien con absoluta inocencia le hacía llegar estas dos jalot como ofrenda de regalo. Y resulta que al momento en que él había destruido aquella alegría que sentía ese yehudí de Portugal, junto con esa destrucción también se había destruido la alegría y orgullo que sentía El Creador cada semana y semana. Él, aunque sea el rabino, no tenía el derecho de menospreciar un acto de inocencia por parte de un yehudí, y como consecuencia, desgraciadamnte no terminaría el año. Y así fue rabotay, ese rabino no terminó el año con vida.
Esta historia si bien no tiene un final tan bello como quisiéramos, si nos deja un mensaje muy potente. “Tamim tihihe ïm H´ Elokeja” (Se inocente con H´ tu Ds), nos dice la Toráh, es decir, El Creador busca que nosotros caminemos de forma inocente por sus caminos queriendo solamente apegarnos a Él, que esa sea la intención de todo lo que hagamos, y no más que eso. Una persona quien logra hacer una acción netamente por querer apegarse Al Creador de forma inocente, tiene el mérito de no solamente alegrar Al Creador, tal como lo hiso este hombre de Portugal, sino que tiene el mérito de poder anular decretos.
Yehi Ratzón, que tengamos el mérito de querer apegarnos Al Creador cumpliendo con “Tamim tihihe ïm H´ Elokeja” (Se inocente con H´ tu Ds).
Shabat Shalom U´M´Voraj.