EL PODER DEL PERDÓN
PARASHAT JUKAT
FUERZA DEL PERDÓN
En nuestra Parashá, Parashat Jukat, vemos una escena donde Äm Israel le alega a Ha´Kadosh Baruj Hu y a Moshé Rabenu por el Man - que es el pan espiritual que nos caía del Cielo todos los días durante los 40 años que caminamos por el desierto, alegando que estaban hartos de aquel pan espiritual, y que no tenían suficiente pan y agua, acusando a que habían sido traídos al desierto para morir ahí, acto el cual fue sumamente mal agradecido después de todo lo que había hecho HaKadosh Baruj Hu por el pueblo durante la salida de Egipto y los años por el desierto.
Toda esta situación fue sumamente incómoda para Moshe, de ver cómo nuevamente el pueblo obtuvo una posición en contra suyo alegando por bondades Del Creador de forma absolutamente mal agradecida, acto el cual termino gatillando que El Creador envié unas serpientes al campamento del pueblo y esto haga que fallezcan muchos del pueblo en manos de estas serpientes. Sin embargo, la Toráh nos cuenta que cuando el pueblo entendió el error cometido y vio lo que estaba pasando, se arrepintió de haber alegado, diciendo [Bamidbar 21:7]: “Va´Yavó ha´Äm el Moshe va´yomru, jatanu ki dibarnu Ba´H´ u´baj” (Y vino el pueblo donde Moshe y dijeron: Hemos pecado dado que hablamos De H´ y de ti). “Hitpalel el H´ ve´yaser me´älenu ha´najash” (Rézale a H´ para que remueva la serpiente de sobre nosotros) “Va´Ytpalel Moshé beäd ha´Äm” (Y rezó Moshé por el pueblo).
Sobre la última parte de este verso, la cual dice “Va´Ytpalel Moshé beäd ha´Äm” (Y rezó Moshé por el pueblo), Rashi trae que de acá aprendemos que cuando le piden perdón a una persona – no debe ser cruel y abstenerse de perdonar, sino que debe ser fuerte y saber perdonar.
El Admor Mi´Monkatch, quien escribió el libro “Minjat Eliëzer”, trae que el motivo por el cual el Jatam Sofer tuvo tanto éxito con sus decretos halajicos y logró que fueran adoptados por mucha gente en todo el mundo sin que haya personas que hablen mal o ataquen sus decretos, es justamente por un suceso increíble que sucedió con él mientras aun actuaba como Rosh Yeshivá en Frashburg, y el cuento es el siguiente.
En la Yeshiváh del Jatam Sofer, se acostumbraba a que el ciclo de estudio de los tratados de Guemará era durante 3 años, de tal forma que cada 3 años comenzaban un ciclo nuevo. En aquella Yeshiváh, el Jatam Sofer tenía un alumno muy dotado llamado Landsverg, con capacidades astronómicas de memoria, a tal punto que no había palabra que haya dicho el Rosh Yeshiváh y que este joven Landsverg no se acuerde. No solamente se acordaba de las palabras que decía el Jatam Sofer, sino que incluso se acordaba perfecto de la forma en cómo dijo cada palabra y la cara que puso en aquel momento que la dijo, de tal forma que este alumno podía imitar de forma casi idéntica todo lo que decía el Jatam Sofer en los shiürim que daba en la Yeshiva.
Cuando comenzó un nuevo ciclo de estudio de tratados de Guemará en la Yeshivá del Jatam Sofer, este joven Landsverg fue donde sus amigos y les dijo: “Ustedes seguro no se acuerdan de cómo el Rosh Yeshiva dio el shiür hace 3 años, por ende, permítanme decirles cuál va a ser la forma exacta en que será dicho el shiür mañana por parte del Rosh Yeshiváh” y luego comenzó a imitar 1:1 a su Rosh Yeshiváh - el Jatam Sofer – frente a todos sus amigos mostrándoles cómo sería el shiür del día siguiente.
Llegó el día siguiente, y resulta que cuando el Jatam Sofer comenzó a dar su clase sobre el tratado de la Guemará, los alumnos no pudieron aguantarse la risa. El hecho de haber visto el día anterior la imitación que hiso el joven Landsverg hacia prácticamente imposible para los alumnos poder ver al Jatam Sofer sin reírse. Obviamente el Jatam Sofer sintió esto inmediatamente, no pasaba desapercibida la enorme diferencia que había en la actitud de los alumnos, siempre se sentaban con respeto y temor a escuchar su shiür, y ahora curiosamente muchos de ellos no paraban de reírse.
Cuando el Jatam Sofer le preguntó a sus alumnos sobre cuál era el motivo de las risas, nadie quiso revelar el motivo y decir que era por el hecho que Landsverg había imitado al Rav dando el shiür el día anterior… Solamente uno de los alumnos, el cual era el más fiel hacia el Jatam Sofer – llamado Aharon David Doitch - estuvo dispuesto a revelar el motivo de lo que había pasado, y le contó la verdad respecto a la imitación que había realizado Landsverg el día anterior, y que por eso todos se reían.
Cuando escuchó esto el Jatam Sofer, cerró su Guemará, y dijo de forma muy dura: “Landsverg me robó la clase que iba a dar” y salió del lugar.
Los alumnos vieron esto y quedaron aterrados, ellos entendieron que su Rosh Yeshiva - el Gaon Jatam Sofer – se había enojado con lo que había sucedido. Ellos también sabían el poder que tenía el Jatam Sofer con el nivel de kedushá que tenía, y entendieron que si es que él se enojaba con ellos estaban todos en peligro de que les suceda algo no muy bueno – Jas ve´Shalom.
Lo que sumó más terror sobre el terror que ya estaban sintiendo, fue la insinuación que hiso el Jatam Sofer al día siguiente citando a todos los alumnos de forma obligatoria al shiür, explicitando que quien no llegue no podrá seguir siendo parte de la yeshiváh. Todos estaban seguros de lo que iba a pasar, en aquel shiür iban a escuchar sobre lo denigrante que fue lo que pasó en le shiür pasado, y el nivel de enojo que había generado esa falta de respeto hacia el Jatam Sofer, sobre todo por el atentado que se generó contra el honor de la Toráh. Todo esto había generado que el ambiente de tensión latente en los alumnos de la Yeshiváh había llegado a un récord nunca antes visto.
Llegó la hora exacta de la citación, y el Gaon Jatam Sofer se paró frente a los 390 alumnos de la Yeshiváh, abriendo sus palabras con lo siguiente: “No logro entender sobre cómo puede ser que ayer haya caído en lo que caí, de ir y atentar en contra de uno de mis alumnos amados, el cual fue dotado con un amor extraordinario por la Toráh… Después de lo sucedido entendí que, tuve que haber sido suficientemente inteligente como para entender que todo lo que sucedió fue netamente por el amor inmenso que tiene hacia la Toráh, y no más que eso...” Luego, mientras terminaba de decir esto, repentinamente el Jatam Sofer explotó en un llanto que rompió los corazones de los presentes, y les dijo: “Alumnos queridos, vine para poder pedir perdón de mi alumno frente a un público, y asegurar que no volveré a tropezar en ello”…
Todos los alumnos estaban en shock de lo que estaban viendo y escuchando. Se decían a sí mismos: “¡¿El Jatam Sofer pidiendo perdón de quien atentó en contra suyo?! ¡¿Acaso el Rav es quien tiene que pedir perdón?! ¡Somos nosotros y Landsverg quienes deben agachar la cabeza y pedir perdón de corazón por haber atentado en contra del Rav!
Sin embargo, fue ahí que los alumnos entendieron quién era realmente el Rosh Yeshiva que tenian, fue ahí que entendieron el nivel de temor del Cielo que tenía el Jatam Sofer y la gran humildad que llevaba consigo. Mil shiürim sobre “Jovot Ha´Levavot”, “Mesiltas Yesharim”, o “Shaäré Teshuváh” no hubieran sido capaces de dejar grabado en el corazón de esos alumnos aquel nivel de asombro como el que sintieron en aquel día de parte del Jatam Sofer.
El Admor Mi´Monktatch cuando contó esta historia, agregó que según su humilde opinión, ese acto de parte del Jatam Sofer fue la razón por la cual Del Cielo se decidió que todos sus decretos halajicos sean aceptados en todas las partes del mundo, por el nivel de humildad que tuvo en ese acto de buscar el espacio donde él erró - y pedir perdón y perdonar por ello, a pesar de que se haya tratado de un acto donde en realidad atentaron en contra de él.
Eso mismo vemos con Moshé Rabenu, donde a pesar de que el pueblo había atentado en contra suyo al comenzar nuevamente a alegarle por temas absolutamente innecesarios, y nuevamente haber hablado mal de él, igual así Moshé Rabenu fue capaz de, no solamente perdonarlos, sino que incluso rezar por ellos para que El Creador también perdone lo que hicieron. Y por eso Rashi trae sobre la última parte del verso, la cual dice “Va´Ytpalel Moshé beäd ha´Äm” (Y rezó Moshé por el pueblo), que de acá aprendemos que cuando le piden perdón a una persona – no debe ser cruel y abstenerse de perdonar, sino que, al contrario, hay que siempre hacer el esfuerzo por doblegar el ego y el honor personal, para conceder el perdón a quien nos dañó, ya que esa es la persona que de verdad tiene valor.
Shabat Shalom U´M´Voraj