FORMA PARA PERMITIRLO
COMER UN CORAZÓN
Está escrito en la Toráh [Vaykrá 17]: “Ve´Ish ish mi´beit Israel, u´min ha´guer ha´gar be´tojam, asher yojal col dam (Si es que un hombre de Israel o del prosélito que vive dentro del pueblo llega a comer sangre), ve´natatí fanai ba´nefesh ha´ojelet et ha´dam, ve´hikarti otáh mi´kerev ämáh” (Pondré Mi Cara en el alma que comió sangre, y la extirparte de dentro de su pueblo). Este es uno de los cuantos lugares en los cuales la Toráh nos comanda de forma explícita sobre la prohibición de comer sangre, aplicándose esta prohibición tanto a sangre de animal como sangre de ave.
Este es el motivo por el cual halajicamente debemos someter la carne a un salado previo para que quede permitida de ser cocinada y comida, dado que la sal tiene la capacidad de aspirar y expulsar la sangre que se encuentra dentro de la carne. Hoy en día, la gran mayoría de la carne que se vende en tiendas ya fue sometida a un proceso de salado, quedando lista para ser cocinada, sin embargo, hay ciertas partes del animal las cuales se venden sin haber sido sometidas a un proceso de salado previo, por distintos motivos.
Una de las partes que se venden sin haber sido previamente salada - es el corazón, por lo que hay sangre dentro de él sangre - quedando prohibido comerlo antes de que se sea sometido a un proceso de kasherización como la halajá lo establece. El motivo de esto, de por qué no se kasheriza el corazón antes de venderlo, es dado que al momento en que se sacrifica el animal o el ave sometiéndolo a un proceso de shejitáh – por naturaleza se conglomera mucha sangre dentro del corazón, y esa sangre se queda conglomerada dentro del corazón al igual como si estuviera dentro de un utensilio, y no es posible remover aquel sangre solamente a través de un proceso de salado, por ende, incluso si es que lo hubieran salado antes de venderlo, no sería suficiente como para dejarlo apto de ser comido.
Por ende, antes de salar el corazón, lo que se debe hacer es rasgarlo y remover toda la sangre que se encuentra dentro de él enjuagándolo con agua o con la misma mano, y solamente luego de eso someterlo a un salado, tal como lo trae Maran Ha´Shuljan Aruj [Yoré Deäh, siman 72, seif 1]. Cuando se habla de rasgar el corazón, se habla de generar por lo menos un corte que tenga la suficiente profundidad como para llegar a los compartimientos del corazón, ya sea a lo largo o a lo ancho del corazón, y hay quienes también acostumbrar cortar los tendones que hay dentro del corazón que parecen como manqueras pequeñas internas – para así asegurarse que no quede sangre conglomerada dentro de ellos.
Si es que una persona no desea salar el corazón (o un pedazo de carne), existe otra forma de poder kasherizar el pedazo y dejarlo apto para ser comido, y esto sería a través de asarlo sobre el fuego, dado que el fuego también posee la característica que aspira la sangre conglomerada dentro de un pedazo. De todas formas, incluso en un caso donde se asa la carne o el corazón, lejatejiláh (a priori) se debe esparcir un poco de sal sobre el pedazo y asarlo de esa forma, y en el caso del corazón - también se debe rasgarlo de forma correcta antes de asarlo, de la misma forma que debe hacerse antes de salarlo.
¿Qué sucede si es que no se rasgó el corazón antes de asarlo o antes de salarlo? Trae la Guemará en Masejet Julin [109b] que bediävad (post facto) se lo puede rasgar posterior al salado o al asado y con eso queda permitido. El motivo de esta permisión, según Rashi es por lo que trae la Guemará en Masejet Pesajim [74b] - que el corazón posee una carne lisa la cual evita la absorción, y por eso no se absorbe la sangre que tenía conglomerada dentro - quedando permitido a pesar de que se saló o asó sin rasgarlo antes, en cambio, según Rabenu Tam [Tosafot 109a, “ha´lev korö”] el motivo de la permisión es otro, y es porque que decimos “Ke´Bolö Caj Poltó” (De la misma forma que se causó que se absorba la sangre en el pedazo, así mismo la va a expulsar), siendo esta la opinión que trajo para la halajá Maran Ha´Shuljan Aruj [ahí, seif 2].
La diferencia practica entre ambas opiniones seria en un caso donde se cocinó el corazón sin haberlo rasgado previamente como debe ser. Según la opinión de Rashi, el corazón quedaría permitido a pesar de que no se lo rasgó antes de cocinarlo, dado que al tener una carne lisa no se teme que haya absorbido parte de la sangre - a pesar de que se lo sometió a una cocción de esa forma, y como Rashi opinó también el Rambam y el Rashba. En cambio, según Rabenu Tam, el corazón quedaría prohibido si es que se lo cocinó sin rasgarlo previamente, y no habría forma de dejarlo permitido, ya que opina que aquella Guemará en Pesajim la cual trae que el corazón es liso y no absorbe – fue desplazada de la halajá, y por otro lado la Braita que trajo que en caso de no rasgar el corazón se lo puede rasgar posterior quedando permitido, es solamente respecto a un caso de asado o un caso de salado, pero no respecto a un caso de cocción, y así también opinó el Raavad y el Ramban. Esta fue la opinión que decretó Maran Ha´Shuljan Aruj[ahí], opinando de forma severa respecto a un caso de cocción, es decir, que si es que se cocinó un corazón sin ser rasgado previamente, queda prohibido y no hay forma de dejarlo permitido, explicando el Shaj [seif katan 9] que el motivo de la severidad es dado que respecto a cocción no corresponde decir “Ke´Bolö Caj Poltó” (De la misma forma que se causó que se absorba la sangre en el pedazo, así mismo la va a expulsar).
EN RESUMEN
Para poder cocinar un corazón, debe primero rasgarse el corazón como debe ser y luego someterlo a un proceso de salado o de asado para que expulse la sangre contenida. En caso de no haberlo rasgado previamente como debe ser, si es que ya se lo saló o asó, queda permitido a través de que se lo rasgue posteriormente, pero si es que ya se lo cocinó – queda prohibido.