QUIÉN DEBE PAGAR
EL CATERING ENVIÓ POR ERROR UNA COMIDA SIN QUE LE PIDIERAN
Una Gabay de una Sinagoga, llegó con una pregunta bastante interesante. Resulta que en la sinagoga donde él actúa como Gabay, muchas veces hay personas que desean realizar un kidush después del rezo, y por motivos de kashrut y simplicidad del tema, este Gabay contactó hace un tiempo a una empresa de catering la cual durante más de un año llevaba encargándose de preparar y dejar todos listo cada vez que se deseara realizar un kidush en la Sinagoga por parte de uno de los presentes. El catering sabía exactamente qué era lo que había que traer para cada kidush, es más, se les había entregado la llave de la cocina de la Sinagoga de tal forma que pudieran entrar libremente cuando quisieran y pudieran ordenar la comida en la cocina antes de Shabat de tal forma que todo estuviera listo para el kidush del día siguiente.
Lo que sucedió fue que en la víspera del último Shabat, después de minjáh, uno de los participantes de la Sinagoga se le acercó al Gabay para preguntarle quién era el que iba a hacer kidush al día siguiente, ya que había visto que había un Cholent sobre la plata eléctrica en la cocina. Esta pregunta tomó al Gabay por sorpresa, dado que en aquel Shabat nadie había encargado un kidush, por lo que no debía haber ningún tipo de comida del catering en la cocina. El Gabay bajó por sí mismo para ver qué era lo qué estaba pasando, y efectivamente se encontró con la sorpresa de que toda la comida necesaria para realizar un Kidush se encontraba en la cocina. El catering había traído esa comida antes de Shabat, sin embargo, el Gabay no había recibido ningún tipo de petición antes de Shabat sobre un kidush, y nadie sabía quién había encargado aquel kidush.
Preguntó entre todos los presentes, pero nadie sabía quién había encargado el kidush, y ya era demasiado tarde como para llamar al catering y preguntarle sobre quien había hecho el pedido. Por otro lado, si es que se dejaba toda esa comida hasta la salida de Shabat, se arruinaría toda la comida, por lo que no le quedó otra opción al Gabay más que realizar el Kidush al día siguiente, y esperar a que salga Shabat para llamar al catering y saber qué es lo que había pasado.
Cuando salió Shabat y habló con el dueño del catering, él sabía exactamente de que se estaba hablando, y le explicó que en realidad habían tenido un desorden muy grande el día Viernes en el catering y como no estaba seguro si acaso en la Sinagoga habían pedido un kidush o no, resulta que por la duda decidió enviar comida para un kidush, ya que se dijo a sí mismo que era preferible que haya comida en la Sinagoga para un kidush en caso que alguien haya pedido uno, versus a que se queden sin kidush y luego se entere de que alguien si había pedido kidush para aquel Shabat.
Debido a todo esto, el dueño del catering le dijo al Gabay de la Sinagoga que se sienta libre de decidir si acaso desea pagar por esa comida o no, y el Gabay quedó en la duda si acaso debe pagar por la comida o no, ya que al fin y al cabo si habían ocupado la comida para hacer kidush en aquel Shabat, a pesar de que lo habían hecho para que no se arruine esa comida. Y la respuesta es la siguiente.
Sucede algunas veces que se contrata un catering y luego se encuentra dentro del envío otros tipos de comidas que no se las había encargado. En un caso como este, si es que no se puede contactar al encargado del catering para saber qué hacer con la comida, y además se trata de un tipo de comida la cual se va a arruinar si es que no se la utiliza, entonces por motivo de “Hashavat Avedáh” (devolver algo perdido a su dueño) debe la persona hacer un esfuerzo por vender esa comida y evitar la pérdida del dueño del catering [Joshen Mishpat, siman 267, seif 24; Shaj, seif katan 16; siman 292, seif 15:17]. Y si es que el dueño del evento desea comprar aquella comida extra que se envió, puede comprarla para sí mismo, dado que está destinada para ser vendida [Shaj, siman 359, seif katan 4], y si es que el resto está dispuesto a comprar aquella comida solamente por la mitad del precio que cuesta, en ese caso también el dueño del evento puede adquirirla a ese precio.
Sin embargo, en nuestro caso del Gabay de la Sinagoga y el catering, el caso es un poco distinto, dado que no es el Gabay quien está teniendo provecho de la comida, sino que cada uno y uno de los participantes de la Sinagoga que participó del kidush, por lo que no corresponde cobrarle al Gabay, y por otro lado, el dueño del catering sabía que si es que nadie pidió el kidush - entonces no podría cobrar de cada uno y uno de los participantes que comieron de la comida que se trajo por equivocación, e igual así decidió enviar por la duda la comida a la Sinagoga, lo cual se lo considera como una “Avedáh mi´Daät” (Perdida consiente) y “Hefker” (dejar algo en un status de sin dueño proactivamente) [Netivot Ha´Mishpat, siman 261, seif katan], lo cual queda evidenciado en las palabras que le dijo al Gabay de la Sinagoga el dueño del catering al decirle que le pague solamente si es que desea, pero que no se sienta obligado de hacerlo.
Por ende, como halajá práctica, el Gabay de la sinagoga está exento de tener que pagar la comida del catering que fue traída por error, a pesar de que tuvieron provecho de ella en el kidush. Sin embargo, es apropiado, en caso de que se pueda, llegar a una “Peshará” (acuerdo) entre ambas partes para cubrir una parte de la comida, considerándose esto como actuar “Lifnim Mi´Shurat Ha´Din” (más allá de lo que la halajá lo exige).