Aprender a escuchar la voz.
APRENDER A ESCUCHAR LA VOZ
En nuestra Parashá, Parashat Va´Yeshev, la Toráh nos relata sobre la terrible escena donde los hermanos de Yosef terminan vendiéndolo a unos comerciantes, y termina desembocando en Egipto. Algo interesante que vemos en toda la escena de la venta de Yosef Ha´Tzadik, es que, si bien desde un comienzo los hermanos tenían la intención de matarlo, la Toráh nos dice [Bereshit 37,21]: “Va´Yshmä Reuven Va´Yatzilem Mi´Yadam” (Y escuchó Reuven y salvó a Yosef de las manos de sus hermanos), es decir, fue Reuven quien salvó a Yosef evitando que lo maten, y en cambio aconsejó que se lo arroje a un pozo, lo cual fue aceptado por el resto de los hermanos, y luego fue vendido.
El Midrash en Yalkut Shimöni [remez 141] escribe sobre este verso de “Va´Yshmä Reuven Va´Yatzilem Mi´Yadam” (Y escuchó Reuven y lo salvó a Yosef de las manos de sus hermanos), “ilu haya yodeä Reuven she Ha´Kadosh Baruj Hu cotev ajarav “Va´Yshmä Reuven Va´Yatzilem Mi´Yadam”” (Si es que hubiera sabido Reuven que Ha´Kadosh Baruj Hu escribió tras él aquel verso que dice que Reuven escuchó y lo salvó a Yosef de las manos de sus hermanos) “bi´jtafav haya toänó u´molijó Etzel aviv” (Lo hubiera montado sobre sus hombros y lo hubiera llevado donde su padre Yaäkov).
Uno lee este Midrash, y se pregunta: “¿Qué es lo que nos esta diciendo acá la Toráh? ¿Acaso Reuven determina sus acciones de acuerdo a lo que van a escribir sobre él en la Toráh?” . Claramente no puede ser. Por eso, para poder entender un poco mejor de que se está hablando acá, traeremos una historia que aparece en la Guemará muy interesante.
La Guemará en Masejet Taänit [21a] cuenta sobre Ilfa y Rabi Yojanan, dos grandes sabios de la Toráh, y que llegaron a un punto en su vida donde su situación económica ya se encontraba al límite, y por ende decidieron que no les quedada otra opción que tener que dejar su estudio e ir a ocuparse del trabajo para traer sustento a su casa. Cuenta la Guemará, que mientras iban caminando, decidieron detenerse a comer algo y se sentaron tras un muro, el cual no se encontraba en las mejores condiciones. En ese momento, mientras se encontraban sentados comiendo, vinieron “Malajé Ha´Sharet” (ángeles celestiales) y dijeron que se deje caer el muro sobre ellos, dado que “Äzbu jayé ölam ve´öskim be´jayé shaäh” (Dejaron la vida eterna para ocuparse de una vida temporal), y luego continuaron los ángeles y dijeron “ve´im yajzerú, ejad me´hem yihihe Rosh Yeshiváh” (Y si es que se vuelven, uno de ellos será un Rosh Yeshiváh).
Cuando Rabi Yojanan escuchó esto, le preguntó a Ilfa si acaso había escuchado algo, a lo que Ilfa le contestó que no había escuchado nada. En ese preciso momento, Rabi Yojanan entendió algo. Él entendió que si es que solamente él fue quien escuchó aquella voz, entonces al parecer los ángeles le estaban hablando solamente a él, y es él quien aparentemente se iba a convertir en un Rosh Yeshiváh. Por ende, Rabi Yojanan se paró y le dijo a Ilfa que él se iba a devolver a estudiar. Y cuenta la Guemará, que así fue, volvió a estudiar, y se convirtió en un Rosh Yeshivá, mientras Ilfa tenía éxito en sus negocios.
Cuando Ilfa volvió, vio que perdió, ya que vio como Rabi Yojanan ya era Rosh Yeshiváh. ¿Qué hiso? Fue Ilfa, se subió sobre un mástil alto de un barco, y para mostrarle a todos que él seguía siendo un Talmid Jajam, independiente de que se haya tenido que ocupar de los negocios por un tiempo, se paró y dijo: “Si es que alguien trae una Braita y yo no sé encontrarle una fuente en la Mishná, me lanzó al mar”. Cuenta la Guemará que lo comenzaron a probar, y supo contestar todo lo que le preguntaron. Es decir, Ilfa siguió siendo un Talmid Jajam enorme incluso cuando volvió de los negocios.
Sin embargo, aprendemos algo más profundo de esta Guemará, y es que el hecho que Rabi Yojanan haya sido el único que escuchó el “Bat Kol” (voz Celestial) diciendo aquellas cosas, le permitió entender que en realidad le están hablando a él, y no a su amigo Ilfa. Basado en esto, el Panim Yafot, que es un libro escrito por el Baäl Haflaáh, Rabi Pinjas Horowitz, explica algo increíble sobre lo que sucedió con Reuven en nuestra Parashá.
La Toráh trae un verso, antes del verso que trajimos al comienzo, el cual relata el momento en que los hermanos de Yosef decidieron que tenían que matarlo, y este verso comienza diciendo [Bereshit 37:20]: “ve´ätá leju ve´nahargehu (y ahora vamos y matémoslo) … ve´niré ma yihu jalomotav” (y veremos qué será de sus sueños), sueños en los cuales sabemos que Yosef sueña como toda la familia se le reverencia y luego les cuenta sobre lo que vio en el sueño, causando polémica en la familia. Sin embargo, hay algo muy interesante en este verso, y que Rashi mismo escribe: “Amar Rabi Itzjak, mikrá zeh Omer darsheni, Ruaj Ha´Kodesh omeret ken.” (Dijo Rabi Itzjak: Este verso dice ¡Explícame! Y es el Ruaj Ha´Kodesh quien se encuentra hablando acá). ¿Qué quiere decir esto? Acá veremos una maravilla de la Toráh.
Lo que dice Rabi Itzjak acá, es que, dentro de este verso, hay dos fuentes hablando. El comienzo del verso, donde dicen los hermanos “ve´ätá leju ve´naharguehu…” (y ahora vamos y matémoslo), esos son los hermanos quienes están hablando. Sin embargo, cuando el verso termina “ve´niré ma yihu jalomotav” (y veremos qué será de sus sueños), ahí no puede ser que sean los hermanos quienes se encuentran hablando, dado que si ellos planeaban matarlo (que así fue desde un principio), entonces claramente ellos entienden que los sueños de Yosef serían anulados y no existe posibilidad para que se vayan a cumplir. Por ende, ¿Quién esta hablando acá? Explica Rabi Itzjak, “Ruaj Ha´Kodesh omeret ken” (Es el Espíritu Divino que se encuentra diciendo aquello), es decir, la última parte del verso, no son los hermanos hablando, sino que Ha´Kadosh Baruj Hu es quien dijo aquello.
Lo increíble, es que inmediatamente después de este verso, dice la Toráh: “Va´Yshmä Reuven” (Y escuchó Reuven). ¿Por qué? Para decirnos que solamente Reuven fue quien escuchó la voz del Ruaj Ha´Kodesh diciendo “ve´niréh ma´yihu jalomotav” (y veremos que será de sus sueños), entendiendo que lo que estaba diciendo Ruaj Ha´Kodesh es “Veamos que palabras son las que se cumplirán, las suyas (refiriéndose a las palabras de los hermanos quienes dijeron “leju ve´naharguehu” - vamos a matarlo), o mis palabras que vio Yossef en su sueño, donde lo convierto en un rey).
¿Cuál fue el problema acá? El problema fue que Reuven pensó ingenuamente que no solamente él escucho la voz proveniente de Ruaj Ha´Kodesh, sino que todos sus hermanos también la escucharon. Y cuando Reuven vio que aquellas palabras no causaron ningún efecto sobre sus hermanos, entonces intentó proponer una idea la cual pueda significar por lo menos una salvación pequeña para Yosef, diciéndole a sus hermanos: “al tishpejú dam, hashliju oto el ha´bor ha´zeh” (No viertan sangre, arrójenlo a ese pozo), y bien sabemos que eso lo salvó de la muerte a Yosef, sin embargo no lo salvó de tener que ser vendido como esclavo y tener que pasar pruebas y sufrimientos hasta que llego a ser virey del mundo.
Es por eso, que el Midrash dice “ilu haya yodeä Reuven she Ha´Kadosh Baruj Hu cotev ajarav “Va´Yshmä Reuven Va´Yatzilem Mi´Yadam”” (Si es que hubiera sabido Reuven que Ha´Kadosh Baruj Hu escribió tras él aquel verso que dice que Reuven escuchó y lo salvó a Yosef de las manos de sus hermanos) “bi´jtafav haya toänó u´molijó Etzel aviv” (Lo hubiera montado sobre sus hombros y lo hubiera llevado donde su padre Yaäkov). ¿Por qué? Explica el Midrash, que lo que le faltó a Reuven, fue entender que le estaban hablando a él, solamente a él, y a nadie más que él, lo cual tal como lo vimos en la Guemara que sucedió con Rabi Yojanan, cuando una persona descubre que le estaban hablando solamente a él, automáticamente el nivel de responsabilidad asumido es distinto al que se asume cuando no es una persona en particular quien escucha la voz, sino que a muchas. Si Reuven hubiera sabido que Ha´Kadosh Baruj Hu solamente le habia permitido a él escuchar la voz, entonces no se hubiera conformado con aconsejar una pequeña salvación, sino que lo hubiera montado a Yosef sobre su hombro y lo hubiera devuelto a su padre Yaäkov.
Rabotay, ¿Qué aprendemos de acá? Aprendemos a que hay veces en la vida, en las cuales nos están hablando claramente a nosotros, a nadie más que nosotros, y en aquellas veces poseemos la obligación de asumir responsabilidad del caso y tomar acción. Algunas veces el mensaje puede ser algo personal de la persona, cómo por ejemplo, cuando vemos o nos suceden ciertas cosas que arrastran un claro mensaje personal frente a nuestros ojos. Y algunas otras veces, el mensaje puede ser respecto al resto, como cuando vemos alguien que requiere ayuda o apoyo, y vemos como claramente el caso de esa persona aterrizó más cercano a nosotros que al resto de las personas.
En todos estos casos, tenemos dos formas de actuar. Una es asumir internamente que no se trata de un mensaje para mí, y que aquel mensaje seguro fue entregado para todos, causando naturalmente que desplacemos de sobre nosotros la responsabilidad de aquello. O dos, podemos ser sabios y no titubear, podemos entender que si nosotros vimos, escuchamos, o sentimos algo que se ve como un mensaje para nosotros, donde esta claro que se espera de Arriba que tomemos acción y asumamos responsabilidad sobre el tema, debemos hacerlo.
Debemos aprender a escuchar aquella voz que nos habla y nos guía constantemente.
Shabat Shalom U´M´Voraj.