PARASHAT VA´YETZÉ 5783

El Camino del Poder sin el Poder

En nuestra Parashá, Parashat Vayetzé, vemos algo sumamente interesante con Yaäkov Avinu. Nosotros sabemos que Yaäkov Avinu le trabajo en un comienzo a su suegro Lavan durante 7 años para poder casarse con su hija Rajel. Sin embargo, su suegro le tendió una trampa, y en el día de la boda cambió a Rajel por su hermana mayor Leáh. Esto no detuvo a Yaäkov Avinu de obtener a Rajel como mujer, y finalmente trabajó otros 7 años adicionales por Rajel, totalizando 14 años de trabajo para su suegro Lavan

En una sección de nuestra Parashá, la Toráh nos cuenta como Ha´Kadosh Baruj Hu se le apareció a Yaäkov Avinu y le dijo [Bereshit 31:4-13]: “Shuv el eretz avoteja u´l´moladteja ve´eheyé ïmaj” (Vuelve a la tierra de tus padres, donde naciste, y Yo estaré contigo). Luego, inmediatamente después de este verso, nos dice al Toráh: “Va´Yshlaj Yaäkov va´ykrá le´Rajel u´l´Leáh ha´Sadé el tzonó, va´yomer lahen:” (Y envió Yaäkov a que llamen a Rajel y a Leáh para que vengan al campo donde estaba el ganado, y les dijo:) “Miren, saben que, me he dado cuenta de que el padre de ustedes ya no me está dando el trato que me daba antes; pero el Ds de mi padre siempre me ha acompañado. Ustedes saben muy bien que yo he trabajado para su padre lo mejor que he podido,  y que él me ha engañado y continuamente me ha cambiado el salario. Sin embargo, no le ha dejado hacerme ningún mal; al contrario, cuando él decía: “Te voy a pagar con los animales manchados”, todas las hembras tenían crías manchadas; y cuando decía: “Te voy a pagar con los rayados”, entonces todas tenían crías rayadas. Así fue como Ha´Kadosh Baruj Hu le quitó sus animales para dármelos a mí.

Un día, cuando los animales estaban en celo, tuve un sueño en el que veía que los machos cabríos que estaban con las hembras eran rayados, manchados y moteados. En ese sueño el ángel de me llamó por mi nombre, y yo le contesté: “Aquí estoy.” Entonces el ángel me dijo: “Fíjate bien, y vas a ver que todos los machos que cubren a las hembras son rayados, manchados y moteados, porque me he dado cuenta de todo lo que Labán te ha hecho. Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, allí donde tú consagraste la piedra y me hiciste una promesa. ¡Vamos! Levántate y vete de este lugar; regresa a la tierra donde naciste.” Esto es lo que la Toráh nos dice que Yaäkov Avinu le dijo a Rajel y Leah, sus dos mujeres, e inmediatamente posterior a eso la Toráh nos cuenta que Rajel y Leah entendieron y se prepararon para emprender rumbo junto con Yaäkov.

Cualquier persona quien lee estos versos, inmediatamente nota algo curioso. Si nos fijamos bien, la Toráh nos dice que fue Ha´Kadosh Baruj Hu mismo  quien vino donde Yaäkov Avinu y le comandó de que deje la tierra donde vivía su suegro Lavan y vuelva a la tierra de sus padres, la tierra donde él había nacido, diciéndole “Shuv el eretz avoteja u´l´moladteja ve´eheyé ïmaj” (Vuelve a la tierra de tus padres, donde naciste, y Yo estaré contigo), y luego Yaäkov Avinu manda a llamar a Rajel y Leah y ¿qué les dice? Por algún motivo, no les dice directo que había comandado de que se tenían que ir de aquel lugar, y dejar la casa de su padre Lavan para volver a las tierras de los padres de Yaäkov, sino que les habla extensamente explicando los motivos por los cuales conviene dejar el lugar donde se encontraban y emprender rumbo a la tierra de Kenaän, recitándoles incluso una historia, y solamente al final de sus palabras, viene Yaäkov Avinu y les cuenta, cómo si fuera de forma casual, que se le reveló y le dijo: “Shuv el eretz avoteja u´l´moladteja” (Vuelve a la tierra de tus padre y donde naciste).

Ya la pregunta que grita hasta el cielo acá es: “ ¿Por qué Yaäkov Avinu no les contó a Rajel y Leah directamente lo que había sucedido, comenzando sus palabras con el hecho que había sido visitado y comandado por Ha´Kadosh Baruj Hu? Todos sabemos que no se está hablando de dos mujeres común y corriente ¡se está hablando de Rajel Imenu y Leah Imenu! Ambas Kodesh Kodashim, quienes, con seguridad absoluta, si es que escucharan que Ha´Kadosh Baruj Hu es Quien había comandado dejar la tierra y emprender rumbo, no lo hubieran dudado un segundo y hubieran llevado a cabo el comando al pie de la letra, sin siquiera hacer preguntas. Entonces, ¿Por qué Yaäkov Avinu se dio toda esa vuelta en su forma de relatar las cosas trayendo distintos tipos de motivos y explicaciones, si en realidad deseaba transmitir el mismo mensaje final, el mensaje de que deben dejar la tierra y emprender rumbo a la tierra de sus padres? Uno podría Jas Ve´Jalila ver esta acción como si la voluntad de no es suficientemente importante como para convencerlas dejar la tierra y emprender rumbo, y es por eso que Yaäkov Avinu se vio obligado en tener que incluir motivos y explicaciones, y obviamente no puede ser así. Por ende, ¿qué se esconde tras todo esto?

El Shla Ha´Kadosh en su libro [tomo 6, página 137] explica esta escena de una forma única, trayendo un elemento que sin duda es trascendental en varias situaciones de nuestras vidas. Trae el Shla Ha´Kadosh, que Yaäkov Avinu nos viene a mostrar que no siempre es apropiado que al momento en que una persona desea algo de algún miembro de su familia, utilice un método el cual técnicamente los obligue hacer las cosas por motivos de fuerza mayor o de derrota, y esto aplica con mayor razón en casos donde la persona tiene algún tipo de poder o gobierno sobre el resto, se debe siempre hacer un esfuerzo por convencerlos de buena manera que los lleve a acceder y hacer lo que uno espera de ellos pero de una forma voluntaria y genuina, de una forma en la cual ellos mismos se despierten y quieran hacerlo. Esto desea la Toráh que aprendamos de Yaäkov Avinu, que veamos cuanto se extendió en su conversa con sus esposas Rajel y Leáh para que acepten dejar la tierra de sus padres con absoluta voluntad, a pesar de que el comando de dejar la tierra había venido de nada más y nada menos que de Melej Maljé Ha´Melajim Ha´Kadosh Baruj, y era obvio que Rajel Imenu y Leáh Imenu iban a llevar a cabo al pie de la letra lo que haya sido comandado por , igual así, Yaäkov Avinu opto por el camino que trae el Shla Ha´Kadosh.

Hay muchas situaciones en el día a día donde nos enfrentamos a situaciones donde es fundamental tener presente este concepto que aprendemos de Yaäkov Avinu en nuestra Parashá. No solamente en la casa de uno, sino que también en el trabajo. Todos saben que son reiteradas las veces en las cuales podemos tener absoluta razón, absoluto sentido, y absoluto derecho en lo que estamos pidiendo de la persona que se encuentra frente nuestro. En cada una de estas veces, somos propensos a pensar que sin importar la forma en que pidamos lo que queremos pedir ahora que haga la persona en frente nuestro, aquella persona va a llevar a cabo nuestra petición, ya sea porque tenemos más poder, jerarquía, gobierno, etc. Sin embargo, la sabiduría y la perfección no se basa en eso, al contrario, está lejos de eso. La sabiduría y la perfección se basa en saber contar con la sensibilidad necesaria para saber idear la estrategia correcta que nos pueda llevar a lograr el mismo resultado, solo que el resultado sea algo que nazca de forma voluntaria y genuina por parte de la otra persona. Puede ser que la persona que tengamos en frente nuestra sea un hijo, sea nuestra pareja, sea un colega, o sea un empleado, no importa quien sea, en cualquier situación siempre debemos saber que existen dos formas de llegar a generar la acción en la persona que tenemos en frente. La primera forma, se basa en utilizar medios externos para generar la acción en la otra persona, puede ser utilizando poder, utilizando jerarquía, etc. La segunda forma, que es la forma correcta y Divina, es la forma de Yaäkov Avinu, es decir, buscar la forma racional y sabia con la que podamos lograr la acción en la otra persona de forma voluntaria y genuina. 

Existen una gran diferencia entre la primera y la segunda forma de hacer las cosas. ¿Cuál? La Guemará en Masejet Ïruvin [53b] trae que en la vida existe: “Derej ktzará aval aruká, ve´derej aruká aval ktzará” (Un camino corto pero largo, y un camino largo pero corto). Es decir, hay muchas cosas en la vida que se ven como atajos, cómo una oportunidad de llegar a un resultado recorriendo un camino corto, sin embargo, en realidad ese camino del atajo que se ve tan corto, resulta ser el camino más largo que hay. Puede ser que en “distancia” se vea corto el camino, pero lo que no se sabe es que está lleno de obstáculos y pozos profundos que hay que bajar y escalar, convirtiéndolo en un camino largo y difícil para llegar al destino. En cambio, hay un camino que se ve largo, ya que es de larga distancia, pero sin embargo en realidad resulta ser el camino corto, dado que, si bien es largo en distancia, no posee obstáculos y pozos inciertos que puedan peligrar y dificultar el camino hacia el destino.

Esta regla se aplica en numerosas áreas de la vida cotidiana de nosotros, en el deporte, en el estudio, en el trabajo, en todo, hay un camino largo pero corto, y un camino corto pero largo. Pero sobre todo, se aplica al momento en que tenemos un miembro de nuestra casa al frente, o un miembro del trabajo, y deseamos pedir de aquella persona alguna acción, o algún cambio. En cualquier caso como este, podemos caer en el error de elegir el camino corto pero largo, pensando que utilizar elementos externos, como el poder o la jerarquía, son lo que nos van a acortar el camino para lograr lo que deseamos de la persona que tenemos en frente. Sin embargo, este es el camino corto pero largo, dado que incluso si es que generamos la acción en la persona al frente, producto de nuestro poder, jerarquía, gobierno, o lo que sea, debemos saber que esa voluntad mostrada por la persona del frente es solamente algo momentáneo, algo temporal, y no algo perpetuo. Si es que demandamos de nuestros hijos, o de nuestra pareja, o de quien sea, que cambie algo, o que haga algo, que para nosotros es importante que lo hagan, y demandamos aquello utilizando nuestro poder, u otro recurso, debemos saber que ese cambio o acción es solamente temporal, dado que ese cambio o acción no nació de una voluntad propia y genuina de la persona, sino que nació generado por un factor externo, ese es el camino corto pero largo.

Sin embargo, si es que nosotros optamos por el camino de Yaäkov Avinu, optando siempre por el camino largo pero corto, tomándonos siempre el tiempo para analizar y planear la forma en que vamos a interactuar y transmitir con nuestros cercanos o colegas, utilizando métodos para poder despertar dentro de ellos la acción o el cambio que deseamos de ellos, sin importar el poder, status, o gobierno que tengamos sobre ellos, en ese caso veremos cómo nuestra acción resultó siendo el camino corto, ya que al despertar la voluntad propia y la comprensión, logramos que ese cambio o esa acción perdure en el tiempo. Eso es lo que nos dice Shelomó Ha´Melej dentro de su inmensa sabiduría en Mishlé [22:6] cuando nos habla de la educación de los niños: “Janoj la´Naär äl pi darkó, gam ki yazkin lo yasur mimena” (Educa al joven de acuerdo a los caminos de , de esta forma incluso cuando envejezca no se moverá de ahí). Explica el Malbim, que, ¿cómo podemos asegurar que lo que le enseñamos a nuestros hijos sea algo lo cual el hijo lo siga cuidando para el resto de su vida incluso cuando envejezca y ya no estemos sobre este mundo? La respuesta es “Janoj la´Naär äl pi darkó” (Educa al joven de acuerdo a los caminos de ), es decir, de la forma que la Toráh trae que lo hiso Yaäkov Avinu, con paciencia, con sensibilidad, con estrategia, y verás que el resultado será eterno.

Yehi Ratzon, que nunca tengamos que utilizar nuestro poder o jerarquía para tener que conseguir las cosas en la vida, y que podamos aprender de nuestro padre Yaäkov emulando la forma en que él actuó con Rajel Imenu y Leáh Imenu.

Shabat Shalom u´M´Voraj