La intención al momento de un acto.
En Parashat Jayé Sará, la Toráh nos cuenta sobre el fallecimiento de Sará Imenu y su entierro por parte de Avraham Avinu, diciéndonos [Bereshit 23:4]: “Ve´ekberá metí mi´lefanai” (Y enterraré mi fallecido que se encuentra frente mío). El Midrash [Bereshit Rabáh, 59:9] trae sobre el entierro de Saráh Imenu por parte de Avraham Avinu lo siguiente: “Rodef tzedaká va´jesed, imtzá jaim, tzedaká ve´javod” (Quien persigue la justicia y la bondad, encontrará vida, justicia y honor) “zehu Avraham Avinu asher ba likvor et Sará ishtó” (Este es Avraham Avinu quien viene a enterrar a su mujer Saráh).
Cualquier persona que lee este Midrash, automáticamente la primera pregunta que le surge es: “¿Acaso esto se considera Jesed (bondad)? ¿Acaso no toda persona naturalmente se preocupa de enterrar a su mujer? ¿No es algo natural? ¡¿Cómo puede ser que la Toráh viene y dice que Avraham Avinu enterró a Saráh Imenu por Jesed?!”.
Explica el Rav Reuven Karelneshtein que, si nos fijamos bien, toda persona sabe que se requiere comer para poder sobrevivir y no morirse, e igual así, ¿Cuántas personas son las que comen con la intención de poder sobrevivir y no morirse? ¡Prácticamente nadie! Todos comen por el hecho de que la comida es rica para el paladar, o para calmar su hambre, pero nadie come con la intención de que no se vayan a morir, a pesar de que sabemos que ese es el fin real por el cual una persona come.
Así mismo, cuando una persona va a enterrar a un familiar cercano suyo, normalmente lo hace solamente impulsado por los sentimientos que tiene hacia esa persona, y no necesariamente lo hace con la intención de apegarse a las cualidades y a las conductas de Ha´Kadosh Baruj Hu Quien también fue y enterró un fallecido, tal como lo sabemos qué enterró a Moshé Rabenu, y la Guemará en Masejet Sotáh [14a] dice: “Ha´Kadosh Baruj Hu kavar metim, af ata kevor metim” (Ha´Kadosh Baruj Hu enterró fallecidos, por ende tú también entierra fallecidos), acentuando la importancia de seguir y emular los caminos de Ha´Kadosh Baruj Hu.
Cuando el Midrash nos dice que el acto de Avraham Avinu se conecta con una persona la cual persigue “Tzedaká va´jesed” (la justicia y la bondad), en realidad el Midrash viene a revelarnos algo más profundo, algo que vale la pena integrarlo en nuestra vida cotidiana. Avraham Avinu cuando fue a enterrar a su amada mujer, Saráh Imenu, fue con una intención 100% genuina y absoluta de hacer bondad, hacer bondad con una mujer fallecida de Äm Israel, una hija de Ha´Kadosh Baruj Hu, quien no tiene nadie quien se preocupe de darle un entierro digno, y él puede ser la persona quien le brinda esa ayuda. Avraham Avinu se dijo a sí mismo: “Es verdad que es mi mujer, y es verdad que es la madre de mi hijo. Sin embargo, no es por eso que voy a preocuparme de su entierro ahora, sino que voy a preocuparme de enterrarla porque deseo hacer bondad con ella, deseo brindar mi ayuda en algo que sé que puedo ayudar ahora. Voy a enterrarla netamente con la intención de brindar mi ayuda con amor a un hermano necesitado, solamente que resulta que esta vez resultó ser también mi mujer.”
En el libro Lev Shalom, aparece un cuento sobre Rabi Shalom Shvadron zt”l. Cuenta ahí que una vez iba camino al doctor llevando a su hijo, y en el camino se encontró con Rabi Aizik Sher zt”l. Rabi Shalom lo saludó, y Rabi Aizik Sher le devolvió el saludo, preguntando para donde iba. Rabi Shalom le contestó que iba al doctor con el niño, a lo que le preguntó Rabi Aizik Sher: sobre por qué iba al doctor. Rabi Shalom le contestó que iba al doctor con el niño por el hecho de que el niño estaba enfermo. Al escuchar esto Rabi Aizik Sher, nuevamente le preguntó: “¿Por qué vas al doctor con el niño?” , y Rabi Shalom pensó que al parecer Rabi Aizik Sher no había escuchado bien al comienzo, por lo que le repitió la respuesta que va al doctor con él con el niño porque está enfermo y desean saber qué es lo que tiene para que se mejore. Y luego Rabi Aizik Sher nuevamente le preguntó la misma pregunta, y nuevamente Rabi Shalom le contestó lo mismo. Y así continuó el tema reiteradamente hasta que Rabi Shalom dejó de contestar la pregunta, entendiendo que Rabi Aizik Sher estaba esperando otro tipo de respuesta de su parte al parecer.
De repente, después de un breve silencio, Rabi Aizik Sher dejó de hacerle la pregunta sobre por qué se dirige al doctor con su hijo, y le dijo: “Sabes algo hijo mío. Todo animal se preocupa de sus crías pequeñas, se preocupa de darle de tomar, le da de comer, la limpia, se preocupa de todo lo que necesita. ¿Cierto? Cierto. Por ende, de ser así, resulta que no logro diferenciar aquella actitud que tienen todos los animales, con tu acción de dirigirse al doctor con tu hijo que no se siente bien, estas técnicamente actuando igual que un animal, el cual se preocupa de las necesidades de su cría”.
Sin embargo, ¿Cuál es la diferencia? La diferencia es que un padre el cual se encuentra llevando a su hijo al doctor debe saber que se encuentra netamente haciendo “Jesed” (bondad) con un alma pequeña de Äm Israel él cual requiere una curación, sólo que en esta ocasión resultó que ese pequeño también es su hijo. (Continua Rabi Aizik Sher y le dice:) Todo padre debe conducirse de esa forma con sus hijos, no debe conducirse como un animal el cual naturalmente por instinto se preocupa de la necesidad de sus crías, ¡no!, sino que cada vez que un padre hace algo por su hijo o hija, ya sea que se despierta en la noche para ayudarlo, o lo lleva a un lugar que necesita, etc, etc, debe actuar con absoluta conciencia e intención de que ahora se encuentra haciendo bondad absoluta con un alma de Äm Israel. Es decir, el motivo propulsor de porque aquel padre hace lo que hace, debe ser para poder hacer bondad con un alma necesitada, con un hermano, y cumplir con un comando la Toráh Ha´Kedoshá”.
Cuenta Rav Shalom Shvadron que en ese mismo día que Rav Aizik Sher le dijo todo esto mientras iba caminando al doctor con su hijo, se encontró más tarde con otro de los grandes sabios que había en Yersuhalaim, llamado Rabi Jaim Toderos Hershler, y mientras iba caminando acompañándolo, Rav Hershler vio a su esposa a lo lejos levantando un balde con agua del pozo, y le estaba costando poder levantarlo. Cuenta Rav Shalom que él vio como Rav Hershler inmediatamente se dirigió apresuradamente a ayudarla, y mientras iba a ayudarla, lo escuchó murmurando en voz baja: “Estoy preparado para ir a realizar la mitzváh de Jesed y ayudar a esta mujer a subir el balde de agua del pozo, y esto, obviamente, no lo hago porque es mi mujer, solo que en este caso resultó que también se trata de mi mujer.”
Este elemento que nos enseña Avraham Avinu, el padre del Jesed (bondad), es un elemento trascendental el cual puede cambiar radicalmente la forma en que vemos el día a día en nuestra vida en general. Imagínense cuando nos despertamos en la noche porque uno de nuestros hijos está llorando y necesita ayuda, y envés de mirar la situación como “Tengo que despertarme porque mi hijo está llorando, y debo ayudarlo porque es mi hijo” lo viéramos de una forma totalmente distinta, lo viéramos como: “Hay un joven pequeño que necesita ayuda, y no hay nadie más en el mundo ahora que puede ayudarle excepto yo. Voy a ayudarlo, voy a hacer bondad con ese pequeño al igual que Ha´Kadosh Baruj Hu hace bondad con toda la creación. Y resulta que aparte de todo eso, esta vez resultó ser mi hijo”, imagínense lo diferente que podría ser nuestra levantada de la cama cuando se nos presenta una situación como esta y nos vemos propulsados por querer hacer bondad, imagínense lo incondicional que podría ser nuestra entrega hacia otros.
O por ejemplo, cuando un hermano, o nuestra pareja, no se sienten muy bien, y necesitan que alguien les compre un remedio, o que les prepare un té. Perfectamente podríamos decir: “Bueno es mi hermano, o es mi pareja, cómo no le voy a comprar el remedio, o cómo no le voy a hacer el té”. Sin embargo, Avraham Avinu nos enseña algo distinto. La forma correcta de enfrentar situaciones de este tipo, es ir más allá, es decirnos a nosotros mismos: “He aquí una neshamá de Äm Israel que requiere ayuda, y yo puedo en este momento optar por ser un socio de la creación y hacer bondad y ayudándolo en lo que necesita. Puedo ahora cumplir con un comando del Creador de ser bondadoso con los que me rodean. Solo que esta vez, también resultó ser mi hermano, o mi pareja.” Actuar de una forma así, no solo nos va a permitir ser personas más bondadosas con los que nos rodean y de forma más incondicional. Sino que actuar de una forma así, va a permitir que nuestra bondad sea algo eterno.
Shabat Shalom u´Mvoraj