LAS TRAVESÍAS DE ÄM ISRAEL
En nuestra Parashá, Parashat Masëi, la Toráh comienza con fenómeno en los versos que a simple vista es muy difícil de explicar. ¿Por qué? Trae el Bejor Shor que si nos fijamos en la cantidad de versos que la Toráh dedicó para contarnos el resumen de las travesías que tuvo Äm Israel durante el desierto, nos daremos cuenta que la Toráh dedicó nada más y nada menos que 50 versos para nombrarnos las 42 travesías de Äm Israel, literalmente solamente nombrarnos, dado que la Toráh no nos explica de forma detallada qué pasó en cada travesía, sino que solamente abre y nos dice: “Ele masëi Israel…” (Estas son las travesías de Äm Israel…) y comienza [Bamidbar 33:5] “va´isü bené Israel me´Raämses va´yajanú be´Sucot. Va´isü mi´Sucot va´yajanu be´Etam asher bi´ktzé ha´midbar. Va´isü me´Etam va´yashov äl pi ha´Jirot asher al pené baäl tzefon…” (Y viajaron los hijos de Israel de Raämses y se estacionaron en Sucot. Y viajaron de Sucot y se estacionar en Etam que se encuentra a un extremo del desierto. Y viajaron de Etam y se estacionaron en la boca de Jirot que se encuentra en el frontis de Baäl Tzefon… etc, etc, etc), “va´isü … va´yajanú, va´isü … va´yajanú, va´isü … va´yajanú”.
¿Qué es lo curioso sobre esto? Lo curioso es que la Toráh para contarnos sobre la creación del mundo, algo que todos sabemos que es sumamente importante y hasta el día de hoy los científicos se rompen la cabeza para tratar de entender qué fue exactamente lo que sucedió ahí, la Toráh dedicó solamente 32 versos, y para contarnos sobre la entrega de la Toráh, nuevamente probablemente uno de los sucesos más importantes de la historia, la misma Toráh dedicó solamente 14 versos, entonces lo curioso lógicamente es ¿Cómo puede ser que ahora de repente en Parashat Masëi la Toráh venga y dedique 50 versos para solamente nombrar de que lugar salieron Äm Israel y en que lugar se estacionaron a lo largo de los 40 años en el desierto? Es más, estos versos en realidad fueron escritos al final de los 40 años en el desierto cuando ya no estaban vivas de las personas que salieron de Egipto, lo cual significa que solamente sus hijos serian quienes lean los nombres de estos lugares donde Äm Israel se estacionó y emprendió rumbo durante el desierto, y puede ser que ni siquiera hayan vivido lo que se vivió ahí. Por ende, ¿Para qué? ¿Para qué la Toráh dedicó tanto lugar para escribirnos sobre estas travesías de Äm Israel? Hoy veremos cómo la Toráh nos esconde acá un mensaje trascendental para todos nosotros.
Si nos fijamos bien, en parashat Be´Haäloteja [9:17 en adelante] la Toráh nos relata extensamente sobre las travesías y las estacionada de Äm Israel durante el desierto basado en el comportamiento de la nube milagrosa que iba frente de Äm Israel. También en este caso fueron dedicados varios versos, sin embargo, en estos versos vemos otro fenómeno, y es que la Toráh constantemente vuelve a recordar que el comienzo y el final de una travesía era gatillado por el comportamiento de la nube, escribiendo de forma explicita expresiones como que la nube se detuvo, o que la nube se estacionó por una sola noche, o que la nube se estacionó por una noche y un día, o por dos semanas, etc, etc. Lo cual es curioso, ya que la Toráh perfectamente podría haber escrito una sola vez que todo era gatillado de acuerdo al comportamiento de la nube, y luego solamente proceder a explicarnos los lugares y los sucesos por los cuales pasaron Äm Israel durante el desierto, sin necesidad de recordar a la nube una y otra vez.
Quien sintió este fenómeno y lo explicó fue el Ramban [verso 19], él explica ahí que el motivo por el cual la Toráh se preocupó de volver y enfatizar cada vez que todo sucedía de acuerdo al comportamiento de la nube, es para enfatizarnos que habían momentos en los cuales la nube podía quedarse estacionada en un lugar por una o dos semanas enteras, y podía ser que aquel lugar era un lugar que no encontró gracia frente a los ojos de Äm Israel, era un lugar incomodo, con pendiente, y a Äm Isarel les hubiera encantado haberse movido de ese lugar lo antes posible para estacionarse y acampar en otro lugar, pero igual así Äm Israel no pasó por sobre la voluntad de H´ y no se movió de ahí hasta que la nube comenzó a moverse. Y ese es el motivo por el cual Äm Israel no emprendía rumbo de un lugar a otro o no se estacionaba, a pesar de que hubieran querido, ya que poseían ese temor y ese respeto de hacer exactamente lo que H´ comandaba que se hiciera. Y así también si es que la nube se movía durante unos cuantos días, como dos o tres días, y el pueblo estaba muy cansado y afligido por la caminata constante, igual así Äm Israel seguiría caminando atrás de la nube sin detenerse, tal como H´ deseaba que fuera.
Sigue el Ramban [verso 21] y nos cuenta que habían momentos en los cuales la nube se estacionaba por una sola noche en un lugar, y comenzaba a moverse en la mañana del día siguiente, significando lógicamente un gran esfuerzo para Äm Israel, e igual así lo hacían. Habían veces que la nube se estacionaba durante todo el día y toda la noche, dado que Äm Israel había caminado durante toda la noche anterior por el desierto y habían llegado a un lugar para acampar por la mañana, y este caso era más difícil que el primero dice el Ramban, dado que en casos como este Äm Israel pensaba que iban a quedarse en aquel lugar durante un tiempo prolongado, por lo que descargaban toda la carga y comenzaban a armar los campamentos, al igual que acostumbran hacerlo aquellos que llegan del camino, y resulta que la nube emprendía rumbo a la mañana siguiente sin previo aviso causando que se tengan que desarmar los campamentos y se tenga que volver a cargar toda la carga. Habían veces que la nube podía quedarse estacionada durante un mes completo, o un año, y habían veces que era solamente por una noche, o por una noche y un día. En fin, Äm Israel nunca sabia por cuanto tiempo se mantendrían estacionados antes de tener que desarmar todo de nuevo y emprender nuevamente rumbo en su travesía. Es por esto que la Toráh le importó recordar reiteradas veces y de forma detallada que toda travesía de Äm Israel fue gatillada netamente por el comportamiento de la nube.
Al analizar las fuentes que tenemos y que describe la travesía de Äm Israel por el desierto, nos daremos cuenta fue una prueba muy dura para todo el pueblo, y la prueba fue más allá de lo físico, la prueba fue más que nada en el ámbito psicológico. Imagínense lo que sentían cada vez que la nube dejaba de moverse y se estacionaba en un lugar, imagínense lo que debe ser comenzar a descargar toda la carga y armar todo el campamento a sabiendas que puede ser que al día siguiente se tengaa que volver a desarmar y cargar todo, o algunas veces estacionarse en un lugar no tan cómodo a sabiendas que puede ser que tengan que estar ahí por semanas o meses sin saber cuando la nube iba a volver a emprender rumbo. Imagínense lo que era seguir caminando atrás de la nube después de dos o tres días de caminata por el desierto sin saber cuando la nube iba a decidir estacionarse, y podía ser que después de estacionarse comenzaría a moverse nuevamente al día siguiente.
Todo esto fue una prueba muy fuerte para Äm Israel, pero sin embargo, Bené Israel hicieron todo de acuerdo a como H´ comandó a Moshé Rabenu, tal como dice la Torá “Äl pi H´ yajanú, äl pi H´ isaü” (De acuerdo a lo dicho por H´ se estacionaron, y de acuerdo a lo dicho por H´ emprendieron rumbo), y no hicieron preguntas sobre por qué nos estamos estacionando acá por tan poco tiempo si recién llegamos, o por qué nos estacionamos acá por tanto tiempo si el lugar no es tan bueno, o por qué la nube no se estaciona para así poder descansar un poco, nada, sino que Äm Israel hizo todo exactamente como H´ lo comandó sin preguntar o dudar absolutamente nada conduciéndose con absoluta Fe.
En la misma parashá, Parashat BeHaäloteja, la Toráh dice en un verso [Bamidbar 8:3]: “Va´Yaäs ken Aharón el mul pené ha´menorá, heëláh neroteha ca´asher tzivá H´ et Moshé” (Y así lo hiso Aharon frente al candelabro, encendió sus velas en la forma que H´ comandó a Moshé). Sobre este verso, Rashi escribe: “Va´Yaäs ken Aharon – lehaguid shibjó shel Aharon she´lo shiná” (Viene a contarnos sobre la alabanza hacia Aharon que no modificó del comandó de H´).
Varios de los comentaristas cuestionaron esta explicación traída por Rashi, dado que ¿Qué tipo de alabanza puede existir al decir que Aharon hizo exactamente lo comandado por H´? ¿Acaso podemos siquiera imaginarnos a alguien tan elevado como Aharon Ha´Cohen modificando un comando de H´? ¡Jas Ve´Jalila! Acabamos de ver como el pueblo completo no modificó de los comandos de H´ caminando tras la nube en el desierto, entonces ¿Acaso vamos a pensar que alguien como Aharon si va a desviarse de un comando de H´? Y de ser así, qué tipo de alabanza hay acá, al contrario, se puede expresar como algo denigrante para Aharon Ha´Cohen el hecho que se le celebre que no modificó de los comandos de H´, como en el fondo insinuando Jas Ve´Jalila que se esperaba de él que si se desviara de los comandos de H´. Por ende, al parecer hay algo más profundo que nos viene a decir Rashi acá, tal como lo veremos.
Toda persona en el mundo, sin excepción, sin importar si es rico o pobre, joven o menos joven, alto o bajo, etc, tiene, ha tenido, y tendrá ciertas situaciones en su vida las cuales cambian repentinamente y descolocan a la persona pudiendo romper su estado de paz interior. Hay días en los cuales nos podemos despertar con muchas ganas y motivación de trabajar Al Creador, y por otro lado pueden haber días en los cuales nos despertamos con menos motivación, por todo tipo de causantes externos, y a pesar de que en esos días igual hacemos lo que debemos hacer, la pregunta es cómo hacemos aquello, qué forma y con que energía vamos y trabajamos a H´ en aquel día.
Rabotay, Aharon Ha´Cohen pasó pruebas extremadamente difíciles desde la salida de Egipto, fallecieron dos de sus hijos - Nadav y Avihu - de una forma terriblemente trágica, y no eran dos hijos simples, eran dos de los hombres más grandes de la generación equivalentes a lo que era Moshé y Aharon, tal como lo trae el Midrash [Vaykra Rabáh, 12:2] que Moshé Rabenu le dijo a su hermano Aharon que en Har Sinai se le fue revelado que en el futuro él iba a santificar la casa de H´, y que lo iba a hacer en manos de un hombre grande, y estaba seguro que iba a ser o en manos de él (Moshé Rabenu) o en manos de Aharon, y por el hecho de que fue hecho en manos de los dos hijos de Aharon a través de su fallecimiento, ahora entiende que esos dos hijos eran más grandes que ellos, le dice Moshé Rabenu a Aharon Ha´Cohen.
Es obvio y natural que Aharon Ha´Cohen haya sentido una tremenda aflicción por el fallecimiento de sus dos hijos queridos. También el hecho de que el pecado del becerro de oro haya sido hecho en sus manos, sin importar el motivo que lo justifique, fue algo que no se lo pudo sacar de la cabeza Aharon Ha´Cohen durante el resto de sus días, en todo momento se acordaba de que aquel pecado tan terrible había sido hecho bajo sus manos [Torat Cohanim 1:19]. Todo esto era algo que podía sacar fácilmente a Aharon de cualquier motivación que tenía y causarle caer en trabajar a H´ de una forma absolutamente distinta, seguir haciendo lo que debe hacer, pero hacerlo de una forma distinta, carente de motivación, carente de alegría y de energía, solamente por costumbre, como un robot. Es por eso que viene Rashi y nos dice “Va´Yaäs ken Aharon – lehaguid shibjó shel Aharon she´lo shiná” (Y así lo hizo Aharon - Viene a contarnos sobre la alabanza hacia Aharon que no modificó del comandó de H´), no importaba en que situación estaba, o cuanto le costaba en aquel día, Aharon Ha´Cohen se dirigía a realizar su trabajo hacia H´ con la misma motivación, alegría y energía que tuvo desde un comienzo cuando comenzó a trabajar a H´, cuando fue comandado por primera vez, por esto dice la Toráh “Va´Yaäs ken Aharón el mul pené ha´menorá, heëláh neroteha ca´asher tzivá H´ et Moshé” (Y así lo hiso Aharon frente al candelabro, encendió sus velas en la forma que H´ comandó a Moshé), es decir, siempre realizó su misión de la misma forma y con el mismo entusiasmo que la primera vez que se enteró cuando fue dicho por H´ a Moshé, no dejó nunca que las cosas que le sucedieron en su vida personal afecten su forma de trabajar Al Creador, y aquello si es digno de ser alabado, por eso Rashi nos dice “lehaguid shibjó shel Aharon she´lo shiná” (Viene a contarnos sobre la alabanza hacia Aharon que no modificó del comandó de H´).
H´ dedicó 50 versos de su Toráh para volver a nombrarnos las 42 travesías de Äm Israel por el desierto, y no por nada, estos 50 versos están para hacernos saber que cada uno tiene en su vida sus propias 42 travesías, algunas veces estas travesías son placenteras, y algunas veces son duras, algunas veces son largas, y algunas veces son cortas. La pregunta es, ¿Cómo seguimos avanzando nosotros? ¿Acaso seguimos remando con toda la fuerza y avanzando en nuestro trabajo hacia H´ con alegría y motivación sin hacernos preguntas y cuestionar lo que nos esta sucediendo, o no?
No debemos nunca olvidarnos que de la misma forma que estas 42 travesías por el desierto fueron lo que formó a nuestro pueblo y crearon el lazo eterno con El Creador, así mismo las travesías que nosotros pasamos en nuestra vida son las que nos forman a nosotros como persona y crean nuestro propio lazo con El Creador.
Shabat Shalom u´mvoraj.