PARASHAT SHEMINI

Ver la virtud de nuestro prójimo

Ver la virtud de nuestro prójimo

En nuestra Parashá de la semana, Parashat Sheminí, la Toráh nos habla de los signos de pureza que deben tener los animales para ser aptos de ser comidos, y cuales no son aptos de ser comidos.

La Toráh nos cuenta sobre los signos necesarios para que sea kasher un animal, lo cual sabemos que tanto respecto a los animales terrestres como también respecto a los animales marinos, la Toráh nos dio dos signos para poder distinguir si un animal es kasher o no. Dos signos que vienen a cumplir con la ley de la Toráh de “Äl pi shné ëdim yakum davar” (De la boca de dos testigos será establecido algo). 

En el caso de los animales terrestres, los dos signos que se requieren para que tengamos permitido comerlo son “mafris parsá” (pesuñas) y “maälé guerá” (rumiante), tal como dice la Toráh [Vaykra 11:3]: “Col ha´mafreset parsá ve´shosaät shesä perasot maälat guerá ba´behema ota tojelu” (Todo el que tenga pesuñas y sea rumiante dentro de los animales terrestres, aquel comerán), es decir, si es que vemos un animal el cual tiene pesuñas que son “shosaät shesä” – lo cual hace referencia a un pie absolutamente separado en dos, y también vemos que aquel animal es rumiante, lo cual Rashi explica que consiste en un animal que una vez que traga la comida, devuelve la comida unas cuantas veces hacia la boca para así masticarla nuevamente y molerla aun más, aquellos dos testigos son suficientes como para saber que tenemos permitido comer aquel animal. 

Respecto a los animales marinos, los dos signos que requiere la Toráh como testigos para considerarlo un animal puro apto de ser comido son “snapir” (aletas) y “casqueset” (escamas), tal como esta escrito: “et ze tojelu mi´kol asher ba´maim, col asher lo senapir ve´casqueset” (Esto comerán de todo lo que hay en el agua, todo lo que tiene aletas y escamas). Es decir, siempre que veamos un animal marino que tenga escamas y aletas, aquellos dos testigos son suficientes como para saber que tenemos permitido comer aquel animal. 

Algunas veces sucede que un yehudí llega a un lugar lejano donde conseguir pollo o carne kasher es prácticamente imposible, por ende, ¿Qué hace? Come peces. Es muy fácil diferenciar estos dos signos en un pez para saber que es un pez puro apto para ser comido.

Sin embargo, ¿Cuáles son los signos de pureza en un ave? Respecto a las aves la Toráh no escribe con claridad cuales son los signos, sino que solamente nos trae la lista de los nombres de aquellas aves las cuales tenemos prohibido comer por considerarse impuros, tal como dice la Toráh: “Ve´et ele teshaketzu min ha´öf” (Y estos abominaran dentro de las aves) … “et ha´nesher ve´et ha´peres ve´et ha´ozniá ve´et ha´daá ve´et ha´ayá le´miná … etc …”. No poseemos absoluta certeza sobre que animal representa cada una de estas aves, es por esto que hoy en día comemos solamente aquellas aves que poseemos la tradición de que son kasher.

Lo interesante respecto a las aves, es que el nombre de cada una de ellas representa una cualidad de aquella ave, y no por nada la Toráh decidió enlistar el nombre de aquellas aves envés de entregarnos los signos que nos ayudan diferenciar entre un ave impura y una que no, sino que la Toráh nos quiso transmitir cual es la cualidad que tiene aquella ave lo cual es algo impuro frente a los ojos Del Creador.

Una de las aves impuras que nos trae la Toráh, es la Jasidá. La Guemará [Julin 63a] pregunta: “¿Por qué se la llama Jasidá?”, a lo que contesta: “She´ösá jesed ïm javeroteha” (Por el hecho de que hace “jesed” (bondad) con sus amigas), es decir, la Jasidá hace jesed con sus amigas respecto a la comida. Cuando ella ve comida, ella va y llama a todas sus amigas para que vengan a comer junto con ella.

De ser así, entonces ¿Por qué se la considera un ave impura? ¡Al contrario! Debiera ser una ave absolutamente pura, ya que sabemos que la cualidad de “jesed” (bondad) es una excelente cualidad. Explican nuestros sabios, que si bien la Jasidá hace jesed con sus amigas, el hecho que solamente haga jesed con sus amigas y no con el resto de las aves, aquello es una actitud impura frente a los ojos Del Creador, ya que la persona debiera saber hacer jesed con todo el mundo que lo rodea, y no limitarse a hacer jesed solamente con sus amigos y sus cercanos.

Otra ave impura que trae la Toráh, y que sobre ella nos gustaría concentrarnos hoy, es la “Raáh”. Esta ave aparece en Parashat Reéh. La Guemará [Julin 63a] pregunta: “¿Por qué se la llama Raáh?”, a lo que contesta: “She´roáh be´yoter” (Dado que ve demasiado). “Tana: Ömedet be´Bavel, ve´roáh neveláh be´eretz Israel” (Esta ave se para en Bavel y ve una neveláh que se encuentra en la tierra de Israel). Sobre esto dijo Rabi Zalman Sorotzkin, que el simple hecho que esta ave se pare fuera de la tierra de Israel y vea solamente las falencias que hay dentro de la tierra de Israel, aquello es un signo de impureza. ¿Por qué enfocarse en la “neveláh” que hay dentro de la tierra de Israel, por qué enfocarse en las falencias cuando hay tantas cosas buenas dentro de la tierra sobre las cuales se podría haber enfocado? Esta actitud de fijarse solamente en lo malo, de enfocarse en las falencias envés de enfocarse en los atributos de lo que tenemos en frente, aquello es una actitud impura frente a los ojos Del Creador.

Hay una historia que nos podrá ayudar a entender esto. Había un rey en la época medieval, el cual era conocido por un defecto que se le había generado en su cara durante una de sus batallas campales, había perdido el ojo izquierdo de su cara. Este rey, decidió construir un cuarto dentro de su palacio donde podría colocar los trofeos de todas las batallas ganadas durante su trayectoria como rey, y como monumento principal de aquel cuarto, quiso poner un cuadro con una pintura donde aparezca él sobre su caballo blanco. Llamaron a los tres mejores pintores de la ciudad para que cada uno cree un dibujo del rey sobre su caballo blanco y el ganador se llevaría un pago de monedas de oro. 

El primer pintor ingresó al cuarto, y comenzó a dibujar al rey. Cuando llegó a la parte de la cara del rey, no sabia que hacer, no sabia si acaso dibujarlo sin su ojo izquierdo, o si acaso dibujarlo con ambos ojos tal como se veía antes de la batalla donde perdió su ojo izquierdo. Finalmente decidió dibujarlo con ambos ojos. Cuando el rey vio la pintura, se enojó mucho. Le dijo al pintor que el dibujo que había hecho era una burla hacia el rey, y que ahora todos se reirían cuando vean el cuadro del rey con ambos ojos cuando todos saben que en realidad le falta el ojo izquierdo, por lo que despidió al pintor rápidamente.

Luego entró el segundo pintor. Este segundo pintor ya se había enterado de que el primer pintor había dibujado al rey con ambos ojos y casi lo habían colgado por ello. Por ende, ¿Qué hizo? Dibujó al rey tal como se ve, es decir, solamente con el ojo derecho y sin el ojo izquierdo. Cuando el rey vio la pintura, nuevamente se enojó mucho. Le dijo al pintor que su pintura era una burla hacia el rey, y que ahora todos se reirían cuando vean al rey pintado con el defecto que se le generó en la batalla donde perdió el ojo izquierdo, por lo que despidió al pintor rápidamente.

Finalmente ingresó el tercer pintor. Este tercer pintor ya se había enterado de que el primer pintor había dibujado al rey con ambos ojos, y que el segundo pintor lo había dibujado sin su ojo izquierdo, y ambos casi fueron colgados por ello. Este pintor no sabia que hacer, ya que hiciera lo que hiciera corría el riesgo de que el rey se enoje y tenga que pagar las consecuencias por ello. Sin embargo, se le ocurrió una idea. Decidió pintar al rey sobre su caballo blanco, pero a diferencia de los otros dos pintores él iba a pintarlo enfocándose en el perfil derecho del rey, de tal forma que no sea vea el perfil izquierdo donde le falta el ojo. Así lo hizo, y cuando el rey vio la obra de arte, le encantó lo que veía, e inmediatamente llamó a sus sirvientes para que le entreguen al pintor las monedas de oro que se merecía y ese fue el cuadro que colgó dentro del palacio.

Rabotay, siempre hay un lado defectuoso en las personas que nos rodean, siempre existe aquella “neveláh” donde nos podemos concentrar y ver como si todo fuera malo y defectuoso. Sin embargo, la Toráh nos viene a enseñar que eso es justamente lo que El Creador no quiere de nosotros, ese es justamente el motivo por el cual el ave que se llama “Raáh” es un ave impura, ya que “Roáh be´yoter” (Ve demasiado), se concentra en cosas que no hay que concentrase, se preocupa de ver los defectos envés de ver los atributos, y eso es algo impuro. Nosotros debemos aprender a ser como aquel tercer pintor quien dibujó al rey en su perfil derecho, concentrándose solamente en el lado bueno del rey y no en el lado malo, ya que si bien todos tienen defectos que se podrían corregir y mejorar, al mismo tiempo son muchos más los atributos en los cuales nos podemos concentrar y enfocar de tal forma que logremos ver el lado bueno que hay en nuestro prójimo.

“Yehi Ratzon, she´nizké lirot et maälat javerenu ve´lo et jesronó” (Que sea la voluntad Del Cielo, que tengamos el merito de ver los atributos de nuestro prójimo y no sus falencias).

Shabat Shalom u´M´voraj