CAPITULO 2 : MISHNÁ 8 (PARTE 2)
Hu haya moné shevajan (Él solía nombrar los atributos de cada uno) Rabi Eliëzer ben Hurkenos – Solamente para que sepamos, cuando Rabi Eliëzer era joven, era un “Äm Ha´Aretz”, no sabia nada de Toráh. Sin embargo, nuestros sabios nos cuentan que gracias al tremendo amor y ansias que tuvo por el estudio de la Toráh, llegó a convertirse en uno de los sabios más grandes de la generación. Tal como se cuenta en Pirké De´Rabi Eliëzer [capitulo 1-2] lo siguiente:
Rabi Eliëzer ben Hurkenos tenia un padre con planos completos de cultivo, H´ lo había bendecido con una muy buena situación económica y Rabi Eliëzer, el hijo, trabajaba arando un pedazo de la tierra dentro de los planos de su padre, el cual era rocoso. Un día, Rabi Eliëzer se sentó y comenzó a llorar. Cuando su padre lo vio llorando, le preguntó: “¿Por qué lloras? ¿Acaso estas afligido por el hecho que estas arando un campo rocoso? Desde ahora te voy a poner a arar el campo más blando del plano.”
Rabi Eliëzer se sentó sobre el campo blando y nuevamente comenzó a llorar. Cuando su padre lo vio llorando, le preguntó: “¿Por qué lloras? ¿Acaso estas afligido por el hecho que estas arando un campo blando?” A lo que le contestó Rabi Eliëzer: “No”. “¿Entonces por qué lloras?” Le pregunta el padre. “Porque quiero estudiar Toráh” le contesta Rabi Eliëzer al padre. Sin embargo, el padre le dice: “Hijo, tienes veintiocho años, ¿Y ahora vienes a pedir querer estudiar Toráh? Mejor encuéntrate una mujer, trae hijos junto con ella, y aquellos hijos mándalos al colegio”.
Pasaron dos semanas sin que Rabi Eliëzer coma nada, ayuno absoluto. Y de repente se le presentó Eliahu Ha´Naví y le dice: “Ben Hurkenos, lama ata bojé?” (hijo de Hurkenos ¿Por qué lloras?). A lo que le contestó Rabi Eliëzer que es por el hecho de que quiere estudiar Toráh. Le dijo Eliahu Ha´Naví: “Si es que tanto quieres estudiar Toráh, sube a Yerushalaim donde Raban Yojanan ben Zakai”. Y así fue, inmediatamente subió a Yerushalaim al lugar donde se encontraba Raban Yojanan ben Zakai.
Se sentó frente a él y comenzó a llorar. Le dijo Raban Yojanan: “¿Por qué lloras?”. A lo que le contestó: “Por el hecho de que quiero estudiar Toráh.”. “¿Hijo de quien eres?” Le preguntó Raban Yojanan ben Zakai, y Rabi Eliëzer ben Hurkenos se quedó mudo sin querer contestar. Por lo que Raban Yojanan procede a preguntarle: “¿Acaso nunca en tu vida estudiaste la lectura del Shemä Israel o el rezo o Birkat Ha´Mazón?”, a lo que le contestó: “no”. Por ende viene Rabi Yojanan y le dice: “Ven conmigo, yo te voy a enseñar los tres”. Sin embargo Rabi Eliëzer ben Hurkenus seguía llorando. Por lo que nuevamente le pregunta Rabi Yojanan: “¡Hijo mío! ¿Por qué estas llorando?”, a lo que le contesta: “!Porque lo único que quiero es estudiar Toráh!”, y entonces lo que le dijo Rabi Yojanan Ben Zakai es lo siguiente: “Te voy a enseñar dos halajot a la semana, solamente dos y no más que eso, y toda la semana repasa esas dos halajot porque te las voy a preguntar al final de la semana”, y así Rabi Eliëzer repasaba y repasaba esas dos halajot repitiéndolas hasta que se le grababa en el cerebro.
Durante ocho días se mantuvo repasando las dos halajot sin comer nada, ayunando durante ocho días, hasta que llegó un punto en que cuando entró frente a Rabi Yojanan, el olor de su boca era tan fuerte que Rabi Yojanan le tuvo que pedir que salga del cuarto. Nuevamente se sentó y comenzó a llorar. Por lo que le preguntó: “¿Por qué estas llorando?”, a lo que le contestó: “Dado que me pare frente a ti como una persona la cual tiene herpes corporales” (en el fondo con absoluta vergüenza por el olor que salía de su boca). Y Rabi Yojanan le dijo: “!Hijo mío! ¡De la misma forma que salió de tu boca un mal olor, así mismo saldrán todas las leyes de la Toráh de tu boca hacia el Cielo” , y ahí le preguntó nuevamente: “Cuéntame ¿De quien eres hijo?”, y le dijo: “Soy hijo de Hurkenos”.
Al escuchar esto Rabi Yojanan, le dijo: “¿Qué? ¿Eres hijo de un grande y no me dijiste? Hoy vas a comer conmigo en mi casa”. (El motivo de porque se impresionó tanto Rabi Yojanan, es dado que en ese momento se dio cuenta que se trataba del hijo de uno de los hombres más ricos, e igual así este joven con mucho sacrificio llegó a estudiar Toráh dispuesto a afligirse a sí mismo con hambre con tal de estudiar Toráh).
Sin embargo, Rabi Eliëzer le contestó: “Agradezco la invitación rabino, pero ya comí donde los que me hospedan.”. “¿Quiénes te hospedan?”, le preguntó Rabi Yojanan, a lo que le contestó: “Rabi Yehoshuá ben Jananiá y Rabi Yosi Ha´Cohen”. Rabi Yojanan escuchó esto, y fue a preguntarles: “Díganme por favor, ¿Eliëzer comió con ustedes hoy?”, a lo que le contestaron que no.
Paso un tiempo corto, y los hermanos de Rabi Eliëzer fueron donde su padre Horkenus y le dijeron: “Padre, sube a Yerushalaim y saca a tu hijo Eliëzer de la herencia de tus pertenencias”. Y al parecer al padre Horkenus le pareció esto, por lo que decidió subir a Yerushalaim para sacar a Eliëzer de la herencia. Cuando llegó, se encontró con que era un día Yom Tov de Rabi Yojanan ben Zakay y todos los hombres más importantes del país estaban comiendo con él: Ben Tzitzit Ha´Keset, Nakdimon ben Gurion, Ben Kalba Sabuä, etc. Y cuando lo vieron, le dijeron a Rabi Yojanan: “!Mira! Llegó el padre de Rabi Eliëzer”. Por lo que les dijo: “Háganle un lugar”. Luego fue Rabi Yojanan y le dijo a Rabi Eliëzer: “Rabi Eliëzer, Dinos algo de Divré Toráh por favor”.
Rabi Eliëzer estaba impactado de la petición, por lo que le dijo: “Rabino, te voy a dar un ejemplo a que se parece esto. A un pozo el cual no puede entregar más agua de la que tiene. Así mismo yo no puedo decir un Divré Toráh más allá de lo que recibí de ti”. Sin embargo, Rabi Yojanan le dice: “Te voy a dar un ejemplo al que se parece. A un arroyo en el cual escurre y saca agua, y posee la fuerza de sacar más agua de la que ingresa. Así mismo tu puedes decir más palabras de las que fueron recibidas en Har Sinai. ¿Quizás tienes vergüenza de mi? No hay problema, yo salgo del cuarto mientras tu das las palabras de Toráh”. Y así fue, se paró Rabi Yojanan y salió del cuarto, y Rabi Eliëzer comenzó a dar unas palabras de Toráh mientras su casa alumbraba como la luz del sol, y salían rayos de luz como los rayos que salieron de la cara de Moshé Rabenu, y nadie lograba distinguir si acaso era de día o de noche.
Cuando finalizó sus palabras de Toráh, vino Rabi Yojanan y lo besó en su cabeza, diciéndole: “Dichosos Avraham, Itzjak y Yaäkov que salió este hombre de la descendencia de ustedes.” Y ahí Hurkenos preguntó: “¿A quien le dijo eso Rabi Yojanan”, a lo que le contestaron: “¡A tu hijo Eliëzer!”.
El padre Hurkenos estaba impactado de lo que escuchó, por lo que inmediatamente se paró y comenzó a escuchar las palabras de Toráh que seguía dando su hijo Eliëzer, mientras permanecía parado. Cuando Rabi Eliëzer vio esto, le dijo: “Padre, siéntate por favor, ya que no puedo decir unas palabras de Toráh mientras te encuentras parado”. Y el padre le dijo: “Hijo mío, la verdad no había venido a escuchar palabras de Toráh que salen de tu boca, sino que había venido a sacarte de mi herencia. Sin embargo, ahora que vine a verte y logre ver el nivel que llegaste, son tus hermanos los que los voy a sacar de la herencia y tu la recibirás completa”. Y así fue.
Bor Sud She´einó meabed tipá (Pozo encalado el cual no pierde una gota) – Es decir, a través de que se cubre el pozo con encalado, el agua que hay dentro del pozo no se absorbe en los muros, y eso causa que el pozo pueda conservar lo que se pone adentro. Así también Rabi Eliëzer ben Horkenus se acordaba de todo lo que estudiaba, dentro del deseo, del amor, y la impresión que le generaba el estudio de la Toráh Ha´Kedoshá, acompañado de un esfuerzo y sacrificio fenomenal de su parte, tal como lo vimos en la historia de su comienzo.
Es conocido que la impresión que algo logra generar en una persona, es un factor importante para saber si es que lo va a recordar o no. Una vez le preguntaron al Jafetz Jaim cómo lo hacia para acordarse de todo lo que estudiaba, a lo que contestó diciendo lo siguiente: “Imaginemos ahora mientras nos encontramos hablando pasara frente nuestro un elefante rosado con alas volando. En 30 años más, si es que yo vengo y les preguntó si acaso se acuerdan de aquel día, ¿Qué me contestarían? Lo más probable es que me contestarían que no solamente se acuerdan del día, sino que incluso se acuerdan de la camisa que yo estaba utilizando. ¿Por qué? Por el nivel de impresión que les generó ver un elefante rosado con alas volando frente suyo. Bueno, ese es el ejemplo (les dice el Jafetz Jaim), es decir, que si ustedes se impresionaran de cada palabra de Toráh que estudian igual que como se impresionarían de ver ese elefante volando, les aseguro que también se acordarían de todo lo que estudian”. Es decir, vemos de acá que uno de los factores cruciales para acordarse de algo, es el nivel de impresión que ese algo logró generar en nosotros.
Otra cosa que es importante es tener el deseo real de entender y de recordar lo que uno estudia. Dado que cuando el estudio de la persona es flojo, el cerebro de la persona entiende que el estudio no les tan importante para quien lo esta estudiando, y por ende no se lo acuerda durante un tiempo prolongado.
Por ejemplo, si es que se le entrega a una persona un objeto para que se lo entregue a Fulano, y se le dice una dirección exacta, nombre y numero, y él llevó de inmediato el objeto, lo más probable es que al día siguiente cuando le preguntemos si se acuerda del nombre y el numero, nos conteste que no se acuerda. En cambio, si es que a esa misma persona le entregáramos un objeto para que se lo entregue a Fulano al día siguiente, y no tiene donde anotarlo sino que solamente puede recordarlo, entonces incluso si es que al día siguiente le preguntáramos sobre la dirección y el numero exacto, lo más probable es que se acuerde tanto del nombre como el numero. ¿Cuál es la diferencia entre ambos casos? Que cuando se le pidió llevar el objeto de inmediato, al momento en que escuchó la dirección, él ingresó los datos en su cerebro con el propósito de acordárselo hasta que llegue al lugar y luego borrarlo de su memoria.
Así funciona el cerebro, aquellas cosas que la persona le importa recordarlas para siempre, el cerebro se las acuerda mejor, y aquellas que no le es importante recordar, no se las acuerda. Por ende, si es que una persona se impresiona de la Toráh, y la estudia con alegría y con deseo de saberla, inmediatamente el cerebro detecta que las halajot y las paginas de Guemará son cosas que se las tiene que acordar para siempre, y se esfuerza por grabarlas en la memoria.
Rabi Yehoshuä ben Jananiá – Otro de los grandes alumnos de Raban Yojanan ben Zakai, sobre él cuentan nuestros sabios unas cuantas cosas bastante impresionantes especialmente sobre el nivel de sabiduría que tenia [Jaguigá 5b; Bejorot 9a; Bereshit Rabáh, Parashá 20]. A tal punto que su gran sabiduría lo llevó a ser uno de los más queridos por el cesar romano quien se aconsejaba seguido con Rabi Yehoshuä [Berajot 56a]. “Ashré Yoladtó!” (dichosa quien lo parió) – Dado que mientras Rabi Yehoshuä ben Jananiá era un bebe, su madre se esforzaba por traerlo al Bet Ha´Midrash y lo situaba ahí en su cuna, y luego salía y esperaba sentada afuera mientras lo observaba. Y a pesar de que un bebe no entiende nada, su madre sabia que el simple hecho que sus orejas escuchen Toráh, eso lo haría más inteligente, y eso abriría en su corazón el deseo y el amor por el estudio de la Toráh [Yerushalmi, Yevamot, capitulo 1, halajá 2].
Rabi Yosi, Jasid (virtuoso) – ¿Qué se considera “jasid”? Si es que una persona se conduce durante su vida haciendo todo tal como la halajá lo exige, aquella persona se lo considera “Tzadik”, sin embargo, si es que una persona es severa consigo mismo y hace más allá de lo que la ley halajica exige, aquella persona se la considera “jasid” (virtuoso), es decir, que va más allá de lo que se le exige y se esfuerza por cumplir según todas las opiniones.
Rabi Shimön ben Netanel, yeré jet (temeroso del pecado) – Dado que dentro de su inmenso temor por el pecado, se creaba todo tipo de barreras que lo alejaran de cualquier tipo de probabilidad de caer en el pecado. Y la diferencia entre esta cualidad y la cualidad de “jasid”, es que el “jasid” se preocupa de embellecer y ser meticuloso más en las “mitzvot äséh” (positivas), en cambio un “yeré jet” se preocupa de embellecer y ser meticuloso más respecto a “mitzvot lo äséh” (negativas).
Rabi Eläzar ben Äraj, Maäyan Ha´Mitgaber (arroyo que se va fortaleciendo) – Quien logra acordarse todo lo que estudia, se lo llama “Bor Sud” (pozo encalado). En cambio Rabi Eläzar ben Äraj tenia una inteligencia especial, y gracias a eso lograba traer “jidushim” (novedades) reales de la Toráh, y sobre cualquier cosa que él escuchaba, sabia sumar una explicación que iba creciendo y creciendo cada vez más al igual que un arroyo que se va fortaleciendo cada vez más.
Hu haya omer (Él solía decir – Raban Yojanan ben Zakay): Im ihihyu col jajmé Israel be´jaf mosnaim, ve´Eliëzer ben Hurkenos be´jaf sheniá, majriä et culam (Si es que estuvieran todos los sabios de Äm Israel en un lado de la balanza, y Eliëzer ben Hurkenos en el otro lado de la balanza, la balanza se inclinaría hacia el lado de Eliëzer ben Hurkenos). Aba Shaul omer mi´shemó (Aba Shaul dice en nombre de Raban Yojanan ben Zakai): im ihihu col jajmé Israel be´caf moznaim ve´Rabi Eliëzer ben Hurkanos af ïmahem, ve´Rabi Eläzar ben Äraj be´jaf sheniá, majriä et culam (Si es que estuvieran todos los sabios de Äm Israel en un lado de la balanza incluyendo a Rabi Eliëzer ben Hurkenos, y en el otro lado de la balanza se encuentra Rabi Eläzar ben Äraj, la balanza se inclinaría hacia el lado de Rabi Eläzar ben Äraj) – Y no hay una contradicción entre ambas cosas que se dijeron en nombre de Raban Yojanan ben Zakay, a pesar de que se ven como si fueran contradictorias. Ya que en realidad, Raban Yojanan ben Zakay dijo ambas cosas. Solo que respecto a uno se refirió a la cantidad de conocimiento y memoria – lo cual se lo llama “Sinai”, y en el otro se refirió a inteligencia y potencia de traer novedades – lo cual se lo llama “Öker Harim”. Rabi Eliëzer ben Hurkenos superaba a todos los sabios de Israel en la cantidad de conocimiento que tenia y lo experto que era en todas las áreas de la Toráh, y en cambio Rabi Eläzar ben Äraj superaba a todos los sabios de Israel en inteligencia y entendimiento.