LEYES SOBRE CONVERSIONES
Últimamente han pasado en el mundo ciertos sucesos que tienen que ver con la recepción de conversos y todo lo que involucra, sucesos que incluyen “reformas” que peligran y atentan contra la posibilidad de asegurar que una conversión sea real y valida de acuerdo a lo que exige la halajá, y cualquier tipo de reforma en un área como esta puede tener un efecto horrible en la asimilación de Äm Israel, dado que esta de más decir que toda persona la cual no haya sido convertida de acuerdo a como la halajá lo exige, o por personas que la halajá los valida para convertir al resto, su conversión no es valida, y por ende se queda en el mismo estado que poseía antes. Por este motivo y otros cuantos, creo que es oportuno que estudiemos un poco las leyes halajicas que tienen que ver con una conversión para que se pueda considerar apropiada y valida halajicamente, y a pesar de que estas leyes en realidad tienen más que ver con los Dayanim y los Rabanim que están a cargo de estos procesos, de todas formas sigue siendo algo que se considera una mitzváh que debemos saberla y también un estudio de Toráh importante para toda persona. Y quizás a través de este estudio Ha´Kadosh Baruj Hu vaya a voltear todos los decretos que se están tratando de hacer en contra de la única entidad absolutamente confiable y responsable sobre conversiones en la tierra de Israel, aplicando todo tipo de reformas que solamente atentan en contra de la santidad de Äm Israel.
La Guemará en Masejet Pesajim [87b] trae que el propósito de la “Galut” (exilio) de Äm Israel es el siguiente: “Lo heglá Ha´Kadosh Baruj Hu et Israel le´ben ha´umot ela kedé she´itosfú älehem guerim” (La razón por la cual Ha´Kadosh Baruj Hu mando al exilio a Äm Israel y los esparció entre los pueblos, es para que se les sumen conversos), es decir, el motivo por el cual H´ nos sacó al exilio es para reunir todas aquellas almas que se esparcieron por el mundo y nacieron de alguna u otra forma no siendo parte de Äm Israel, y durante la vida logran conectarse y sentir que quieren ser parte del pacto de Äm Israel recibiendo sobre ello el yugo de la Toráh y las mitzvot. Por ende, traen los Rishonim [Yevamot 109b] que todos los Dayanim (jueces rabínicos) que apoyan este proceso y se encargan de verificar que toda conversión sea hecha cómo la halajá lo exige, y tomando todas las medidas necesarias de precaución, están contribuyendo a esta reunión de almas esparcidas por todo el mundo.
Sin embargo, la Guemará en Masejet Yevamot [109b] trae que los “Rabanim” o “Baté Dinim” que aceptan conversos sin hacerlo de acuerdo como lo exige ley halajica, haciéndolo sin investigar y exigir de ellos todo lo necesario para estar seguros de la verdad, o aquellos que menosprecian y denigran ciertas exigencias claves para validar una conversión, cómo por ejemplo que el recibimiento de las mitzvot sea genuino y verdadero, y convierten personas sin asegurarse en un 100% que se trata de alguien que quiere y esta dispuesto a cuidar la Toráh y las mitzvot como debe ser, envés de ayudar a esta misión lo que hacen es romper las barreras de santidad de Äm Israel y alargan el exilio, y sobre ellos esta escrito “Raäh ajar raäh tavó le´mekabelé guerim” (Mal tras mal le llegará a quien recibe conversos), haciendo referencia la Guemará a este tipo de personas quienes reciben sin hacerlo como la halajá lo exige.
Esto mismo aplica respecto a Rabanim quienes para recibir conversos están obligados de cumplir con el protocolo y las leyes de un cuerpo gubernamental él cual no permiten que él rabino opere de forma libre y él decida quien puede ser recibido y quien según lo que establece la halajá, y en cambio son ellos quienes deciden quien es recibido y quien no. Y desgraciadamente esta es la situación en muchos “Baté Dinim” dentro de la tierra de Israel, y la situación va empeorando cada vez más mientras el poder de aceptar conversos esta en manos de personas quienes no les importa destruir la santidad de Äm Israel.
Primero que todo hay que saber, que por el hecho de que las leyes y la meticulosidad que se requiere para llegar poder recibir un converso de forma valida es algo sumamente severo, y no es un juego, dado que toda la santidad y pureza de Äm Israel depende de eso, resulta que las únicas personas que se pueden ocupar de esto son Dayanim que poseen “Irat Shamaym” (Temor del Cielo) y que son completos en términos de rectitud cuando se trata de la ley halajica establecida por El Creador, y también que se saben de forma excelente las halajot que tiene que ver con una conversión y que tienen conocimiento de la realidad actual, por sobre todo con una sensibilidad especial para saber investigar y exigir las cosas necesarias para poder descubrir si la intención y el motivo de la conversión es algo real o algo ficticio, si es que realmente desea recibir sobre él el yugo de la Toráh y las mitzvot o no, ya que si es que solamente es algo pasadero y luego en el futuro el converso se arrepiente y desea volver a su vida anterior, se estaría metiendo en un problema no menor, es por eso que los Dayanim a cargo de las conversiones deben ser hombres con un nivel de sensibilidad alta para detectar todo tipo de signos decisivos a la hora de tomar la decisión si acaso aceptar a un converso o no, por el bien del converso y por el bien de Äm Israel.
El orden en como se recibe a un converso se lo aprende de la época en la cual Äm Israel salió de Egipto y recibieron la Toráh, tal como lo explica el Rambam [Hiljot Isuré Biáh, capitulo 13, halajá 1-3] que con tres cosas ingresó Äm Israel al pacto con Ha´Kadosh Baruj Hu: [1] “Miláh” (Realizando el “Berit Miláh” para quien requería hacerlo) [2] “Teviláh” (Sumersión en la mikvéh) [3] “Korban” (Una ofrenda). El Berit Miláh fue realizado en Egipto, tal como esta escrito en la Toráh [Shemot 12:48]: “ve´jol ärel lo yojal bo” (Y todo el que no es circuncidado no comerá de él – haciendo referencia al Korban Pesaj que se comió la noche antes de salir de Egipto), es decir, ya en la salida de Egipto todos habían realizado el Berit Miláh, y fue el mismo Moshé Rabenu quien les hizo el Berit Miláh a todos, y la Teviláh (sumersión en la mikveh) fue en el desierto, antes de Matan Toráh, tal como esta escrito [Shemot 19:10]: “u´kdashtem hayom u´majar ve´kibsu simlotam” (Se santificaran hoy y mañana y lavaran sus prendas), y también un Korban (ofrenda) tal como esta escrito [Shemot 24:5]: “va´yshlaj et naäré bené Israel, ve´yaälu ölot, äl yedé col Israel hekribum” (y envió a los jóvenes de los hijos de Äm Israel, subieron las ofrendas ölot que fueron ofrendadas a través de todo Äm Israel). Hasta aquí las palabras del Rambam.
Continua el Rambam y escribe que esto es algo que debe perdurar por generaciones, que todo caso en el cual una persona de otro pueblo quiera ingresar al pacto del pueblo de Israel, e ingresar bajo las alas de la Shejiná, recibiendo sobre él el yugo de la Toráh y las mitzvot, requiere someterse a una Berit Miláh, Sumersión, y querer traer el Korban, si es que es una mujer entonces solamente Sumersión y querer traer el Korban, tal como esta escrito [Bamidbar 15:16]: “Kajem Ka´Guer” (Cómo ustedes, también lo hará el converso), lo cual pone al converso en el mismo nivel que cualquiera de Äm Israel y por ende de la misma forma que Äm Israel ingresó al pacto con El Creador a través de Berit Miláh, Teviláh, y querer traer el Korban, así mismo el converso por todas las generaciones será recibido a través de el Berit Miláh, Teviláh, y querer traer el Korban. Hasta aquí las palabras del Rambam.
En nuestro tiempo, donde aun no tenemos Bet Ha´Mikdash, y por ende no podemos llevar a cabo nuestra responsabilidad como debiera ser, basta con que el converso se someta a un “Berit Miláh” y una sumersión solamente, y cuando se construya el Bet Ha´Mikdash muy pronto en nuestros días, entonces traerá su Korban junto con el resto de nuestras obligaciones que tenemos que traer.
Por ende, resulta que hoy en día tenemos tres partes en la recepción de un converso, en el siguiente orden [1] “Kabalat Ha´Mitzvot” (Recepción de las Mitzvot), es decir, decisión absoluta de querer ingresar al pacto en donde recibe sobre él el yugo de la Toráh y las mitzvot sin ninguna excepción. [2] “Berit Miláh” (en el caso de lo hombres). [3] “Teviláh” (sumersión en la mikveh), y cada una de estas tres partes es indispensable para que la conversión sea valida, y todos deben ser medidos, monitoreados, y decididos por un Dayan valido y experto, y no cualquier persona.