Cómo podemos arreglar lo que ya fue hecho
Cómo podemos arreglar lo que ya fue hecho
Nuestra parashá, Parashat Nitzavim, posee uno de los versos más profundos que hay en la Toráh escrita, verso el cual su profundidad esta directamente relacionada con el mensaje elemental que nos viene a transmitir. Viene la Toráh y nos dice [Devarim 30:11-14]: “Ki Ha´Mitzváh Ha´Zot, asher Anoji metzavejá ha´yom, lo niflet hi mimejá ve´lo rejoká hi” (Dado que esta mitzváh, la cual Yo te comando hoy, no es algo superior a ti, ni tampoco algo lejano de ti). “Lo ba´shamayim hi, lemor mi yaäle lanu ha´shamayma ve´ikajeha lanu, ve´yashmiënu otáh ve´naäsena” (Esta mitzváh no se encuentra en el Cielo, como para que alguien diga “¿Quién va a subir al Cielo en busca de esta mitzváh y la traerá para que nosotros podamos escucharla y llevarla a cabo?”) “ve´lo me´ëver la´yam hi, lemor mi yaävor lanu el ëver ha´yam ve´ikajeha lanu, ve´yashmiënu otáh ve´naäsena” (Y tampoco se encuentra al otro lado del océano, como para que alguien diga “¿Quién va a cruzar el océano en busca de esta mitzváh y la traerá para que nosotros podamos escucharla y llevarla a cabo?”) “Ki´karov eleja ha´davar meod, be´fija u´bilbabeja laäsotó” (Ya que esta mitzváh en realidad es algo muy cercano a ti, se encuentra en tu boca y en tu corazón la posibilidad de realizarla).
Tan solo con leer ese verso, es inevitable sentir la curiosidad de querer saber sobre que mitzváh se esta hablando, y no solo eso, sino que también es interesante entender el porque la Toráh utilizó esos términos de “Lo´ba´shamaym hi” (no se encuentra en el Cielo), “ve´lo me´ëver la´yam hi” (Y no se encuentra al otro lado del océano). El Pashut Pshat de este verso, es lo que trae Rashi, es decir, que este verso habla de la Toráh, para hacernos saber que la Toráh es algo cercano a todos nosotros, y Jas Ve´Jalila llegar a pensar que la Toráh se encuentra en el Cielo o al otro lado del océano o en lugares inalcanzables para nosotros y solamente alcanzable para algunos, sino que debemos saber que la Toráh es algo cercano a todos nosotros y depende solamente de nosotros el tomar acción y acercarla a nuestras vidas. Sin embargo, hay otro significado para este verso, significado que lo trae el Rambam, y nos gustaría explicarlo trayendo una historia que sucedió en el año 2007, en Washington, y apareció en todos los diarios de aquel año.
Resulta que en el año 2007, en Washington DC, entró a la estación de metro L´Enfant Plaza, un hombre joven, con un violín que se veía bastante antiguo. El hombre vestía unos jeans azules que también se veían viejos, una camisa de manga larga, y un gorro del equipo de baseball “Washington Nationals”. Este hombre ingresó a la estación, se paró al lado del basurero de la estación, y comenzó a tocar su violín por un total de 45 minutos. Durante esos 45 minutos pasaron frente a él cerca de 1.500 personas. Solamente unos cuantos fueron los que se detuvieron a escuchar la música que salía de su violín. Y solamente 20 personas de las que pasaron frente a él, le tiraron un par de monedas dentro de la caja del violín que había dejado frente suyo, sin siquiera levantar los ojos para mirar al hombre quien se encontraba tocando el violin. En total tenia dentro de su bolso 7 dólares, más un billete de 20 dólares que se lo había dejado un hombre quien logró reconocer quien era el hombre que se encontraba tocando el violín en la estación de metro.
El hombre que se encontraba tocando violín en la estación de metro, era nada más y nada menos que Joshua Bell, quien se considera unos de los violinistas clásicos más talentosos del mundo. Solamente los ingresos que había generado en su ultimo concierto, antes de pararse en la estación de metro, había sido cerca a los 1.000 dólares por minuto. El violín que estaba tocando Joshua Bell en el lugar, era un violín Stradivarius del año 1713, él cual su costo aproximado en ese entones era de 3.5 millones de dólares, ya que era un ejemplar único. El primer álbum que grabó Joshua Bell después de que adquirió ese violín, vendió 50 millones de copias. Los 45 minutos que tocó en la estación de metro en Washington, fue nada más y nada menos que una mezcla de las seis melodías mas exitosas del mundo que habían sido compuestas por él, e igual así, casi nadie logró darse de cuenta de la música que estaba saliendo de aquel violín. Pasaron por ahí personas de todos los tipos, trabajadores del gobierno, trabajadores de la estación de trenes, estudiantes, etc, etc, y nadie se logró dar cuenta de que era lo que realmente estaba sucediendo en aquel momento, exceptuando una persona, quien si logró reconocerlo y le dio el único billete de 20 dólares que tenia en su bolsillo. Pero el resto, nadie logro detenerse para observar, disfrutar, y valorar, la música de uno de los violinistas más talentosos de nuestra generación.
Todo este experimento, de poner a Joshua Bell en la estación de metros semi disfrazado, fue un experimento que se le ocurrió a uno de los autores del Washington Post llamado Jean Vingerton, y su motivo principal tae este experimento, era ver cómo la gente reaccionaba frente a un nivel de arte fenomenal, cuando no se les dice explícitamente que tan fenomenal es aquello que tienen frente suyo. Este post fue adoptado por todos los diarios y ganó el premio de uno de los mejor post del año en el 2007.
Este cuento de Joshua Bell, por muy increíble que se vea a simple vista, en realidad es el cuento más cercano a la vida de cada uno de nosotros. ¿Por qué? Ya que si nos fijamos bien, toda nuestra vida esta plagada de “sucesos increíbles” que muchas veces desgraciadamente no nos damos el tiempo suficiente para detenernos, analizar, y absorber la experiencia que estamos viviendo frente nuestro. Quién sabe como se verían nuestras vidas si es que dedicáramos un poco más de nuestro tiempo para detenernos y analizar lo que se nos esta presentando en frente nuestro. Tal como lo trae el Ramjal en su libro Mesilat Yesharim: “¿Cuántas veces al día se sienta el dueño de un negocio a analizar como se están haciendo las cosas, y las oportunidades que se le están presentando? Todos sabemos que no una y dos veces, sino que muchas. ¿Y nosotros? ¿Cuántas veces al día nos sentamos a analizar nuestra vida y las oportunidades que tenemos frente nuestro? ¿Acaso nuestra vida es menos importante que un negocio? E igual así desgraciadamente, no lo hacemos lo suficiente.”
El Rambam trae sobre los versos de la Toráh que trajimos al comienzo, que la mitzváh de la cual se nos esta hablando acá, es la mitzváh de la Teshuváh (arrepentimiento), la mitzváh de dar un paso adelante y salir de aquellas acciones que queremos cambiar porque sabemos que nos hacen mal y sabemos que no nos permiten avanzar en nuestras vidas tal como quisiéramos. Muchas veces, se ve como algo imposible, a veces hay personas que traen ciertas costumbre de hace años, y sienten que corregir aquel costumbre es algo imposible para él, algo lejano de su realidad como la distancia que hay entre la tierra y el Cielo o de un lado del océano hacia el otro. Sin embargo, viene H´ Itbaraj y nos dice: “Escucha bien hijo mío: “Ki Ha´Mitzváh Ha´Zot, asher Anoji metzavejá ha´yom, lo niflet hi mimejá ve´lo rejoká hi” (Dado que esta mitzváh, la cual Yo te comando hoy, no es algo superior a ti ni tampoco algo lejano de ti). “Lo ba´shamayim hi, lemor mi yaäle lanu ha´shamayma ve´ikajeha lanu, ve´yashmiënu otáh ve´naäsena” (Esta mitzváh no se encuentra en el Cielo, como para que alguien diga “¿Quién va a subir al Cielo en busca de esta mitzváh y la traerá para que nosotros podamos escucharla y llevarla a cabo?”) “ve´lo me´ëver la´yam hi, lemor mi yaävor lanu el ëver ha´yam va´ikajeha lanu, ve´yashmiënu otáh ve´naäsena” (Y tampoco se encuentra al otro lado del océano, como para que alguien diga “¿Quién va a cruzar el océano en busca de esta mitzváh y la traerá para que nosotros podamos escucharla y llevarla a cabo?”) “Ki´karov eleja ha´davar meod, be´fija u´bilbabeja laäsotó” (Ya que esta mitzváh en realidad es algo muy cercano a ti, se encuentra en tu boca y en tu corazón la posibilidad de realizarla).
El Creador del mundo esta constantemente abriéndonos puertas para que podamos avanzar y tomar decisiones que sabemos nos cambiarían la vida, que sabemos nos ayudarían a poder avanzar en nuestra vida y también acercarnos más a Él. Sin embargo, “lehavdil elef havdalot”, al igual que sucedió en aquella estación de metro con el violinista Joshua Bell, donde las 1500 personas que pasaron por ahí no lograron darse cuenta de la oportunidad que estaban teniendo de escuchar a ese violinista fenomenal en vivo, por el simple hecho de continuar corriendo en su vida sin darse una pausa sana para poder detenerse a observar y analizar, así mismo nosotros rabotay, constantemente estamos teniendo oportunidades que valen oro, y se nos presentan para poder dar de una vez por todas ese paso necesario que tanto queremos y tanto queremos cambiar en nuestra vida, y debemos aprovechar, debemos aprovechar que nos quedan unos cuantos días hasta Rosh HaShaná y que “Ha´Melej Ba´Sadé” (El Rey se encuentra en el campo con nosotros, para darnos una ayuda extra en caso que decidamos dar nuestro paso). Abramos los ojos, dediquemos un poco más de tiempo en estos días para sentarnos y pensar, analizar profundamente las oportunidades que estamos teniendo y que a veces las estamos desaprovechando por no saber detenernos y observar.
Rish Lakish, quien era uno de los Baälé Teshuváh más grandes que ha habido en la historia, quien era el cabeza de una mafia antes de convertirse en unos de los Amoraim más grandes de la historia, al final de Masejet Yoma [86b], nos dice: “Amar Rish Lakis: Guedolá Teshuváh she´zdonot naäsot lo shegagot” (Dijo Rish Lakish: Es tan grande el acto de la Teshuváh que todas las transgresiones que la persona hizo “Be´Mezid” – intencionalmente – se le pasan a considerar como si es que lo hubiera hecho “Be´Shogueg” - sin intención), y luego la Guemará pregunta, ¿Cómo puede ser que me traigas eso en nombre de Rish Lakish, si él mismo dijo “Amar Rish Lakish: Guedoláh Teshuváh she´zdonot naäsot lo zejuyot” (Dijo Rish Lakish: Es tan grande el acto de la Teshuváh que todas las transgresiones que la persona hizo “Be´Mezid” – intencionalmente – se le pasan a considerar un merito), a lo que la Guemará finalmente contesta que en realidad no hay contradicción, sino que al comienzo Rish Lakish habló de alguien quien hace Teshuváh por miedo, y es ahí que “zdonot naäsot lo shegagot” (las transgresiones que la persona hizo “Be´Mezid” – intencionalmente – se le pasan a considerar como si es que lo hubiera hecho sin intención), y luego habló de la Teshuváh que la persona hace por amor hacia El Creador, que ahí efectivamente quien logra volver en Teshuváh de alguna de sus acciones solamente por amor a H´, entonces “she´zdonot naäsot lo zejuyot” (todas las transgresiones que la persona hizo “Be´Mezid” – intencionalmente – se le pasan a considerar un merito).
¿Estamos entendiendo la oportunidad que tenemos frente nuestro? Que si por ejemplo una persona desea hacer Teshuváh y desde ahora en adelante decide comer solamente Kasher, y lo hace por amor Al Creador, automáticamente resulta que retroactivamente todo lo que comió en el pasado que no era Kasher, pasa a considerarse como si hubiera comido la mejor Kashrut del mundo. No por nada la Teshuváh es llamada por nuestros sabios “El regalo más grande y más increíble dentro de a Misericordia infinita del Creador”. Y esta gran oportunidad, no esta lejos de nosotros como podríamos soler pensar por error, sino que esta al alcance de nuestra mano. Nosotros, solo tenemos que preocuparnos de no ser como la gente que pasó frente a Joshua Bell en la estación de metro sin analizar la oportunidad que tenían frente suyo y perdiendo la oportunidad para siempre, sino que debemos agarrar esta oportunidad que tenemos en estos últimos días del año, y dar ese gran paso que queremos dar, hacia un año lleno de vida, salud, y bendición B”H. Salgamos adelante, y demos ese paso.
Ketivá ve´Jatimá Tovah
Shabat Shalom u´Mevoraj.