PIRKÉ AVOT - CAPITULO 1 : MISHNÁ 18 (PARTE 1/2)

PIRKÉ AVOT - CAPITULO 1 : MISHNÁ 18 (PARTE 1/2)

CAPITULO 1 : MISHNÁ 18

Raban Shimön ben Gamliel omer (Raban Shimön ben Gamliel dice): Al sheloshá devarim ha´ölam ömed (Sobre tres cosas se sostiene el mundo). Äl ha´emet (sobre la verdad), Äl ha´din (sobre el juicio), Ve´äl ha´shalom (y sobre la verdad). She´neemar [Zejaria 8:16]: “Emet u´mishpat Shalom shiftú be´shaärejem” (Verdad y juicios de paz decretaran en sus portones).

Raban Shimön ben Gamliel omer (Raban Shimön ben Gamliel dice): - Este es el hijo del segundo Raban Gamliel a quien se lo llamaba bajo el nombre de “Raban Gamliel de Yavne”, y también Raban Shimön ben Gamliel fue el padre de Rabi Yehudá Ha´Nasí quien ordenó la mishná [Rabenu Bajye, “ve´äl”, y otros comentaristas. Y ver la explicación del Meiri en nuestra mishnáh].

Al sheloshá devarim ha´ölam ömed (Sobre tres cosas se sostiene el mundo) Vimos en la mishná numero 2 de este capitulo, que Shimön Ha´Tzadik dijo que el mundo se sostiene sobre la Toráh, sobre el trabajo, y sobre Guemilut Jasadim (Actos de bondad), lo cual es bastante curioso, ya que de ser así, entonces ¿Qué es lo que nos viene a explicar ahora el Tana trayendo otros tres elementos distintos y diciéndonos que se encargan de sostener al mundo?

Sin embargo, no hay contradicción, dado que cada mishná habla de un punto de vista distinto. Es decir, la mishná numero 2 habló de los elementos que sostienen el mundo desde un punto de vista espiritual, los cuales de no existir causarían que no exista propósito para la creación y en consecuencia no habría motivo para que el mundo siga sosteniéndose. En cambio en nuestra mishnáh se habla de aquellos tres elementos fundamentales que necesitamos cuidar para poder relacionarnos con nuestro entorno sin que el mundo se desplome.

Äl ha´emet (sobre la verdad) Es decir, una persona tiene que ser real con las personas que lo rodean, preocupándose de que su amigo no vaya a demandarlo en un Bet Din por haber modificado algo que haya dicho.

Nuestros sabios [Sheiltot, Sheilta 38] cuentan sobre Rav Safra, que una vez poseía en su poder un objeto para vender, y vino una persona a ofrecerle un monto para comprar dicho objeto, sin embargo Rav Safra no le contestó, dado que se encontraba realizando la lectura del “Keriat Shemä” justo en ese momento. El comprador, al ver que Rav Safra no le contestaba, inmediatamente pensó que el motivo por el que no le estaba contestando era porque no había aceptado su oferta, por lo que nuevamente le lanzó un oferta de dinero solo que esta vez más alta que la primera. Sin embargo, nuevamente no recibió ninguna respuesta de parte de Rav Safra.

Al final, cuando Rav Safra terminó de recitar el “Keriat Shemä”, le dijo al comprador: “Escucha, ya con el primer precio que me ofreciste yo acepté en mi corazón venderte el objeto, solo que no pude contestarse en ese momento por el hecho de que me encontraba realizando el “Keriat Shemä”, es por esto que estoy dispuesto a recibir de tu parte solamente el monto que ofreciste en un comienzo, que es el monto más bajo”.

Es decir, vemos de acá que a pesar de que Rav Safra no modificó nada que haya dicho, sino que solamente pensó dentro de su corazón y aceptó el primer precio que se le entregó el cual era el más bajo, eso fue suficiente como para que no modifique su decisión y así mantenerse como un hombre quien cuida la verdad. Y nuestros sabios alabaron a Rav Safra sobre esto y dijeron sobre un hombre así de elevado que a eso se refirió David Ha´Melej cuando dijo en Tehilim [15:1-2]: “H´, mi yagur be´aholeja, mi ishkon be´har Kodeshja” (H´, ¿Quién va a vivir en Tu carpa y quien va a residir en Tu montaña Santa?) “Holej tamim, u´poël tzedek, ve´dober emet bi´lvavó(Quien camina por este mundo con completitud, hace la justicia, y habla la verdad que hay en su corazón).

Solamente para que entendamos de lo que se esta hablando acá, ¡Acá se esta haciendo énfasis a la importancia que la persona cumpla los pensamientos de su corazón! Por ende ¡Con cuanta mayor razón que debemos tener cuidado de cumplir lo que sale de nuestras bocas! Incluso en casos donde existe dificultad e impedimento en hacerlo. Y por sobre todo, se debe tener mucho cuidado con los engaños y las estafas en temas monetarios.

Nos contó un hombre el cual trabaja en un área de negocio con bastante margen, que si es que el trabajaría de forma recta y honesta no habría forma que el negocio se sustente. Y es justamente por eso que él se preocupa religiosamente de dar mucho dinero para tzedaká…

Al escuchar esto le contesté inmediatamente que no tengo duda ¡Que la voluntad de es que no robes y no dones en Tzedaká! Es preferible que trabajes en un trabajo limpio y no robes, por sobre trabajar con engaños y estafas donando dinero a tzedaká para calmar los golpes de conciencia que te llegan justamente por eso. Básicamente por el hecho de que sabemos que no posee interés de que una persona tenga que transgredir para así llevar a cabo una mitzváh.

Quien logra conducirse en su vida con rectitud y con la verdad, logra que resida la bendición en su dinero, y si es que Jas Ve´Jalila es al revés, la persona se verá dañada en múltiples áreas de su vida, disminuyendo la ganancia real de lo que cree que ganó, incluso si es que se habla de montos grandes. Tal como esta escrito en el profeta Yirmiáh [17:11]: “Ösé ösher, ve´lo be´mishpat, ba´jatzí yamav yaäzvenu” (Quien crea riqueza, pero no de forma justa, en la mitad de su vida lo abandonará).

Solamente para que entendamos hasta donde la conducta justa y verdadera puede beneficiar a la persona. Hace un par de años me contaron una historia real de un hombre quien vendía pajitas plásticas para tomar bebida, las típicas que encontramos en cualquier supermercado. Él vendía bolsitas con 100 pajitas plásticas de colores, en supermercados, minimarkets, etc. Con el tiempo, aumentó la competencia y bajaron los márgenes, causando que la empresa opere de forma muy ajustada. Por ende ¿Qué hizo este hombre? Decidió quitar 3 pajitas de cada una de las bolsas, de tal forma que cada bolsita contuviera 97 pajitas envés de 100, pero sin embargo la bolsa seguía teniendo escrito sobre ella que el contenido total de pajitas eran 100. Es decir, comenzó a mentirle a la gente.

Transcurrieron tres años completos en los cuales por este pequeño ahorro de 3 pajitas, la empresa comenzó a ver por primera vez utilidades reales. Por fin la empresa estaba dejando dinero. Nadie se había percatado de que las bolsas en realidad no contenían 100 pajitas sino que 97, dado que nadie se dedicaba a contar las pajitas. Sin embargo, llegó un día en que este hombre recapacitó de lo que estaba haciendo, y decidió que quería volver en Teshuváh del robo que le había hecho a la gente durante estos 3 años, solo que había un problema: ¿Cómo iba a saber quienes son todas las personas quienes compraron sus pajitas en los últimos 3 años como para devolverle el dinero robado? Al no saber que hacer, se dirigió donde su rabino.

El rabino escuchó toda la historia, y le dijo que efectivamente no había forma de contactar a todo el mundo y devolverles el dinero robado. Sin embargo, él le recomendaba una forma en la cual pudiera expiar en parte lo que había hecho durante estos últimos tres años. ¿Cual? Le dijo el rabino que desde ahora en adelante, envés de poner 100 pajitas dentro de la bolsa, sume 3 pajitas y ponga un total de 103.

El hombre escuchó la idea y le encantó. Y así fue, desde ese día en adelante cada una de sus bolsas contenía 103 pajitas envés de 100, a pesar de que esto significaba marginar significativamente menos, igual así lo hizo para poder expiar el pasado. Un día, mientras se encontraba en su oficina, lo llamo el Gerente de Marketing de su empresa y le dijo que tenia que venir a ver algo rápidamente ya que se acababan de hacer famosos en todo el país. ¿Qué sucedió? Un señor compró una bolsa de pajitas de ellos y al querer ponerlas en los 100 vasos exactos que tenia calculado para sus 100 invitados, se dio cuenta que le sobraron 3 pajitas en la mano. Por ende ¿Qué hizo este hombre? Fue y compró otras dos bolsitas de 100 pajitas y las contó por separadas dándose cuenta que a pesar de que tenían escrito el numero 100 sobre ellas, en realidad traían 103! ¡Inmediatamente publicó esto en las redes sociales, que la empresa Fulana de pajitas plasticas escribe que hay 100 pajitas pero en realidad ponen 103! Y así la empresa se hizo famosa y comenzaron a vender volúmenes astronómicos. Y ¿Todo esto por qué? Por el simple hecho de que este hombre decidió actuar con la verdad y con rectitud.