9 DE AV - LA LAGRIMA QUE CAYÓ EN EL VASO

9 DE AV - LA LAGRIMA QUE CAYÓ EN EL VASO

LA LAGRIMA QUE CAYÓ EN EL VASO

La mishnáh se encuentra dividida en 6 sedarim, compuestos por las iniciales zeman nakat, Zeraïm – Moëd – Nashim – Nezikin – Kodashim – Taharot. Dentro del seder nashim se incluye todo lo que tiene que ver con las leyes y éticas entre la pareja de un hombre y una mujer, desde que se contrae el matrimonio, hasta el caso en que Jas Ve´Jalila la pareja tenga que divorciarse y el hombre deba entregarle un guet a su mujer.

Cada tratado de Guemará aparte de traer halajot, trae también lo que se llama hagadtot, lo cual básicamente consiste en ciertas historias reales que sucedieron y se encuentran dentro de aquel masejet (tratado). Algunas veces, las historias son bastante distintas al tema halajico del cual habla cada tratado, lo cual se presta para pensar de que aquellas historias no tienen nada que ver con el tratado mismo, sin embargo, sabemos que no es coincidencia que haya querido ingresar aquellas historias dentro de aquel tratado especifico, ya que cuando las analizamos un poco más en profundidad, vemos que cada historia esta directamente relacionada con el tratado mismo.

Dentro del seder nashim, hay un tratado que se llama Kidushin y habla de todo lo que tiene que ver con el matrimonio entre un hombre y una mujer, y por otro lado hay un tratado que llama Guitin que habla de todo lo que tiene que ver con el divorcio entre un hombre y una mujer. Lo interesante respecto a esto, es que en masejet Kidushin - el cual habla del matrimonio, se encuentran todas las hagadtot (historias) respecto a la tierra de Israel y el Bet Ha´Mikdash, en cambio en el masejet Guitin se encuentran todas las historias que tienen que ver con Jorban Ha´Bait (la destrucción del Bet Ha´Mikdash). Claramente hay un motivo para esto. ¿Cuál? Nosotros sabemos que la relación entre Äm Israel y Ha´Kadosh Baruj Hu es la de un matrimonio eterno, en donde nosotros somos como la novia y es como el novio. Por ende, por el hecho de que la residencia del Bet Ha´Mikdash en este mundo, refleja la residencia revelada de sobre este mundo, resulta que el templo es lo que simboliza nuestro matrimonio con El Creador, dado que el Bet Ha´Mikdash era lo que causaba una conexión absolutamente revelada entre Äm Israel y . Sin embargo, esto también significa que la destrucción y la ausencia del Bet Ha´Mikdash se considera como una interrupción de aquel conexión revelada entre Äm Israel y Ha´Kadosh Baruj Hu, simbolizando Jas Ve´Jalila el divorcio entre nosotros. Es por esto que todas las hagadtot (historias) que hay en masejet Kidushin hablan del Bet Ha´Mikdash y en cambio las hagadtot que hay en masejet Guitin (divorcios), simboliza el “divorcio” entre Äm Israel y y por eso habla de la destrucción del Bet Ha´Mikdash.

¿Qué quiere decir esto? ¿ se divorció de nosotros de forma definitiva? Jas ve´Jalila, por ningún motivo, el profeta Yeshäyahu [50:1] quien habla de la destrucción del Bet Ha´Mikdash dice: “co amar H´: e zeh sefer keritut imejem asher shilajtiah” (Dijo H´: ¿Dónde esta el libro de corte de relación que atestigua que Yo envié al pueblo?), a lo que explica el Malbin que existe una diferencia entre si una persona se divorcia de su mujer porque se aburrió de ella y un caso en el cual se divorcia de su mujer porque su mujer ha sido rebelde con él y ha ido en contra de su voluntad. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia es que si el hombre se divorcia de su mujer por que se aburrió de ella entonces se divorcia de forma absoluta y le entrega un sefer keritut (libro de corte de relación) y la mujer automáticamente pasa a considerarse divorciada y no debe esperar a que él vaya a volver hacia ella de nuevo. En cambio quien se divorcia por que su mujer fue rebelde con él, aquello se considera un divorcio temporal y no permanente, y al momento en que la mujer vuelva a su buena conducta, la pareja volverá a vivir juntos. Es por esto, que si nos fijamos bien, el profeta trae que preguntó: “¿Dónde esta el guet que atestigua que me divorcie de forma permanente de ustedes?” En el fondo haciéndonos saber que cuando destruyó el Bet Ha´Mikdash no nos dejó porque se aburrió de nosotros, sino que por el hecho de que  fuimos rebeldes con Él y fuimos en contra de su voluntad, pero al momento en que corrijamos aquello que arruinamos, tendremos nuevamente el Bet Ha´Mikdash, y también toda la gloria de nuestra relación con de forma revelada nuevamente.

Habiendo entendido esto, que el tratado que posee la conexión con la destrucción del Bet Ha´Mikdash [58a]  es justamente masejet Guitin, traeremos una historia que aparece en este Masejet la cual se remonta a los tiempos que habían justo antes de la destrucción del segundo templo, historia la cual explica que fue lo que gatilló la destrucción del Bet Ha´Mikdash, que fue lo que rebalsó el vaso causando finalmente la destrucción de nuestro amado Templo.

Esta historia, es probablemente una de las historias más escalofriantes que he tenido el merito de ver dentro de la Guemará, ya que no solamente la historia de por sí es escalofriante, sino que también nos explica por qué decidió dejarnos, por qué decidió llevarse nuestro preciado Bet Ha´Mikdash hace 1953 años, dejándonos con una sensación de soledad como pueblo.

En el profeta Mijá, hay un verso que dice [Mijá 2:2]: “ve´äshku guever u´betó, ve´ish ve´najalató” (y abusaron de un hombre y su casa, incluso del hombre y su herencia) lo cual Guemara nos explica que este verso hace referencia a un hombre el cual la Guemará lo describe como Shuliá De´Nagaré, ¿Quién era este hombre? Este hombre era un carpintero muy exitoso que tenia una fabrica de muebles. Un día mientras iba de vuelta a su casa de la fabrica por la noche, vio a un joven tirado en la calle fumando y perdido, se veía que el joven estaba en muy mal estado. Por ende al ver esto, ¿Qué hiso este hombre? Le dijo al joven: “¿No crees que tienes potencial de ser alguien más en tu vida? ¿Tienes ganas de aprenden carpintería? Tengo una fabrica y te puedo ayudar”. El joven, al escuchar esto, inmediatamente le dijo: “!Señor, pero yo no se nada! No se ni leer ni escribir!”, sin embargo, el hombre le contestó al joven: “Tranquilo hijo mío, ven conmigo y te voy a enseñar desde cero. De a poco te voy a convertir en un carpintero profesional”. Agarró al joven de 16 años y lo ingresó dentro de su fabrica donde comenzó a enseñarle como se hace una silla, como se hace una mesa, como se hace un closet, como pulir, como barnizar, todo. Pasaron los años, y el joven pasó de ser un vagabundo analfabeto que estaba tirado en la calle, a convertirse en un carpintero profesional con un ingreso como debe ser, todo gracias a este hombre que lo apadrinó.

Cuenta la Guemará que un día ingresó a la fabrica la esposa del dueño de la fabrica a quien la Guemará lo llama bajo el nombre Shuliá de´Nagaré, y resulta que el joven, quien ya no era tan joven, en ese día vio por primera vez en su vida a la mujer de Shuliá de´Nagaré, y dice la Guemará “natan ënav be´eshet rabó” (puso sus ojos en la mujer de su maestro), es decir, vio a la mujer del hombre quien lo alimentó y le enseñó y lo formó durante todo este tiempo, y sin poder controlarse, comenzó a sentir un deseo por estar con esa mujer, un deseo tan fuerte que se había establecido a sí mismo que la iba a obtener sin importar cómo sea. ¿Cómo sin importar cómo sea? ¡Se trata de la mujer del hombre que prácticamente te devolvió la vida! ¡¿Cómo si quiera se te puede subir a la cabeza una cosa así?! Sin embargo, igual así parece que el deseo superaba al alumno.

Cuenta la Guemará que un día este joven encontró a su jefe Shuliá De´Nagaré triste en su oficina, por lo que se le acercó y le preguntó: “¿Qué pasa? ¿Por qué estas así?” A lo que el jefe le dice: “Que te puedo decir hijo mío (el hombre lo llamaba hijo a este joven de tanto aprecio que le tenia), estoy con muchas deudas, y la fabrica no va tan bien como para pagarlas”. Al escuchar esto viene el joven y le dice: “¿Pero que tipo de deuda tienes, quizás puedo ayudarte?” A lo que el jefe le dijo: “¿Cómo ayudarme, de donde vas a sacar ese dinero? No es un monto pequeño el que necesito hijo mío, necesito urgente conseguir 100.000 dólares para esta semana”. El joven al escuchar esto, le dijo: “tranquilo, vengo ahorrando ya hace más de 15 años, no tengo ni mujer ni hijos, por ende prácticamente no tengo costos y eso me ha dado la posibilidad de ahorrar bien. De verdad te lo digo, no tengo problema con prestarte el dinero y tu devuélvemelos en 6 meses más cuando la fabrica vuelva a la normalidad”. Al escuchar esto Shuliá De´Nagaré, se alegró mucho y lógicamente aceptó la ayuda. Sin embargo, continuó el joven y le dijo: “De todas formas, yo salgo justo hoy de vacaciones, y tu sigues trabajando en la fabrica, por ende lo que te recomiendo para que no tengas que dejar de trabajar, es que no te molestes en venir a buscar el dinero de mi casa, puedes enviar a tu mujer si quieres y yo se lo entrego a ella”. El jefe, ingenuo lógicamente por tratarse de un alumno que lo quería como un hijo, envió a su mujer a buscar el dinero a la casa del alumno. Cuenta la Guemará que al llegar la mujer, el alumno – quien ya no era tan joven - le abre la puerta y le dice: “Buenos días señora Ploni, tengo el dinero adentro, quizás puede entrar a la casa unos minutos mientras yo busco el dinero para entregárselo, prefiero entregarlo dentro de la casa ya que no se trata de un monto pequeño y entregarlo acá afuera es peligroso”. Y así fue dice la Guemará, ingresó la mujer a la casa, sin embargo, envés de que la estadía sea solamente unos cuantos minutos, dice la Guemará: “Shaha ïmá sheloshá yamim” (Se quedó con ella tres días).

Después de tres días de duro trabajo Shuliá De´Nagaré vuelve a su casa y ve que su mujer no se encuentra ahí, por lo que se dirige donde el alumno y le pregunta por su mujer diciéndole: “Ishtí she´shigarti leja, heijan hi” (mi mujer que te la envié, ¿Dónde esta?), a lo que le contesta el alumno: “Ani petartiha le´altar” (Yo la deje ir de inmediato cuando vino. Le di el dinero y se fue), “ve´shamäti she´tinokot nitälelu bah ba´derej” (Sin embargo, escuche que unos jóvenes abusaron de ella en el camino), en el fondo diciéndole que ella lo había traicionado con unos jóvenes siéndole infiel. Shuliá De´Nagaré al escuchar esto inmediatamente comenzó a llorar. Imaginense, era un hombre de familia, un hombre con hijos, el amaba su señora, no podía creer lo que estaban escuchando sus oídos de que su mujer le había sido infiel, por lo que viene y le pregunta a su alumno: “Mah eëseh?” (¿Qué hago ahora?), a lo que el alumno le contesta: “im ata shomeä le´ëtzati, garshena” (si quieres escuchar mi consejo, yo me divorciaria de ella), “Ketubatá merubáh” (Pero su ketuba es mucho dinero – 50.000 dólares) y no tengo como pagarla si me divorcio de ella”, sin embargo, el alumno le dice: “Jefe, tu me criaste, tu me enseñaste, tu me formaste, yo te debo todo lo que tengo hoy. ¿Cierto? Por ende quédate tranquilo, lo mínimo que puedo hace es prestarte ese dinero para que puedas pagarle la ketubá”. Y así fue, le prestó el dinero y la mujer al volver a la casa se encontró con el guet sobre la mesa,  tal como su querido alumno le había dicho que haga.

Cuenta la Guemará, que después de tres meses de este suceso del divorcio, el alumno le trae a su jefe Shuliá de Nagaré una invitación para un matrimonio, diciéndole: “!Por fin me caso!”. El jefe muy alegre le dice: “!Que buena noticia! No sabes como me alegro por ti. Cuéntame ¿Quien es la afortunada!?” A lo que le contesta: “Tu ex señora”.

El jefe, Shuliá De´Nagaré, impactado de la noticia lo mira y le dice: “¿Mi ex señora? ¿De todas las mujeres que hay en el mundo tuviste que ir y elegir a mi ex señora para casarte?” A lo que el alumno le contesta: “Escucha, ¿Qué quieres que haga? Después de todo lo que le hiciste a la pobre, la abandonaste y aparte todos se enteraron que la habías dejado por el hecho de que te había engañado, dejándola en un lugar peor aun. Por ende, ¿Qué hice? Tuve compasión por ella y la tome como mujer para curar las heridas que tu causaste.” Sin embargo, Shuliá De´Nagaré, esta vez ya había despertado, ya había entendido lo que estaba pasando y esta vez no iba a caer en la trampa del alumno, por lo que levantó la mirada con lagrimas en los ojos y le dijo a su alumno: “Desde hoy te pido por favor, no quiero verte nunca más, toma tus cosas y vete de la fabrica para siempre.” A lo que el alumno le contestó: “Ok, no te preocupes, me voy, pero no te olvides que aun me debes 150.000 dólares y te quedan 3 meses para pagármelos, por lo que técnicamente me tendrás que ver igual en 3 meses más”.

Cuenta la Guemará que pasaron los 3 meses y Shuliá De´Nagaré no tenia el dinero para pagarle los 150.000 dólares al alumno, por lo que vino el alumno y le dijo: “Bo va´äsé ïmí be´joveja” (Ven y trabaja para mi por tu deuda), “justo ando buscando un trabajador que me ayude en la casa, por ende puedes pagarme la deuda trabajando en eso”. El jefe, sin tener otra opción, tuvo que aceptar e ir a trabajar a la casa de este hombre. Cuenta la Guemará, que un día el alumno estaba comiendo y tomando con la ex mujer de su jefe, y Shuliá De´Nagaré los estaba sirviendo, y de repente viene el alumno y le dice: “!Oye! ¿Ves la botella de vino Cabernet Sauvignon 2013 que hay en la cocina? Hazme un favor, tráenos una copa de vino para mi, y una para mi señora.” En ese momento, cuenta la Guemará que Shuliá De´Nagaré entra a la cocina, toma la botella de vino Cabernet Sauvignon 2013, y con lagrimas en los ojos comienza a servirle un vaso para él y uno para su ex señora, y mientras se encontraba sirviendo lo vasos, cayó una lagrima de sus ojos dentro del vaso de él y dentro del vaso de ella, y dice la Guemará: “ve´äl otá shaä nitjatem guezar din” (fue en ese momento que se firmó el decreto), ¿Qué decreto? El decreto que nuestro preciado Bet Ha´Mikdash sea destruido.

 Han pasado 1953 años desde que perdimos nuestro templo, y a pesar de que estamos haciendo todo lo que esta en nuestras manos como pueblo, aun no logramos poder reconstruirlo. Y ya todos sabemos lo que trae la Guemará en el Talmud Yerushalmi [Yomá 5]: “be´jol dor she´einó nibnáh be´yamav, maälin älav keilu hu hajaribó” (En cada generación que no se vuelve a construir el Bet Ha´Mikdash, se la considera como si la generación misma lo hubiera destruido), ¿Cuántas generaciones han pasado y aun no hemos sido meritorios de la reconstrucción y redención final? ¿Qué tan grave hay en la acción de este alumno hacia su maestro como para que aquella lagrima haya logrado firmar el terrible decreto que destruya su propia casa y nos “abandone” en un exilio tan largo como el que estamos viviendo? ¿Solamente por una copa de vino?

Rabotai, vimos que la Guemará nos trae este cuento en masejet Guitin, el masejet que habla del motivo por el cual nos divorció temporalmente, tal como dice el Malbin, para explicarnos que de la misma forma que la historia de Shuliá De´Nagaré y su alumno es algo terrible de imaginar, y es casi inevitable sentir en nuestra propia piel el dolor que debe haber sentido el pobre Shuliá De´Nagaré al momento en que estaba sirviendo aquella copa de vino con lagrimas en los ojos, después de todo lo que hizo por aquel joven, después de que lo levantó de la calle, lo educó, le dio de comer, le enseñó una profesión, e igual así, después de todo eso, fue su alumno y ocupó todo eso para ir en contra de la voluntad de su jefe. Actitud la cual a pesar de que suena extremadamente abominable, desgraciadamente así es como actuamos como pueblo con H´. ¿Qué quiere decir? Quiere decir que el hecho de que nos de a cada uno de nosotros absolutamente todo lo que tenemos, salud, familia, hijos, paz dinero, etc, y nosotros agarremos aquello y vayamos en contra de su voluntad, dañando a personas que hay en nuestro entorno, o dañándonos a nosotros mismos, es igual de grave que lo que vimos en esta Guemará.

Pero entonces ¿Como corregimos esto? El acto del alumno con su maestro Shuliá De´Nagaré, es un acto catalogado como kfuyé tová (mal agradecido), lo cual ser kfuyé tová (mal agradecido) es algo que Ha´Kadosh Baruj Hu odia, por ende, el día en que aprendamos a ser verdaderamente agradecidos de lo que tenemos y de aquello que se nos entrega, no solamente supliendo valorar y reconocer lo que el resto hace o ha hecho por nosotros, sino que lógicamente también la bondad que hace con cada uno de nosotros día a día, aquello nos va a generar una conciencia que va a gatillar en nosotros ser mejores personas con el resto de nuestro entorno, eliminando el Sinat Jinam (odio gratuito) y la envidia, y por sobre todo, lograr ser mejores sirvientes con nuestro Creador, que es a lo que vinimos. Y siempre recordar la importancia de ser personas agradecidas.

Yehi Ratzón, que este sea el último 9 de Av que tengamos que ayunar, y Öd Ha´Shata veamos a Mashiaj Tzidkenu revelado con Bet Ha´Mikdash construido, Amen ve´Amen.