PIRKÉ AVOT - CAPITULO 1 : MISHNÁ 7 (PARTE 1)
CAPITULO 1 – MISHNÁH 7
“Nitai Ha´Arbeli omer: (Nitai ha´Arbeli dice:) Harjek Mi´Shajen Rä (aléjate de un mal vecino) ve´al titjaber la´rashä (y no te juntes con el malvado). Ve´al titiaesh min ha´puranut (Y no te desesperes respecto a la calamidad).
Nitai Ha´Arbeli omer: (Nitai ha´Arbeli dice:) Harjek Mi´Shajen Rä (aléjate de un mal vecino) – Es decir, no debemos decir “Yo voy a vivir mi vida privada y mi vecino quien es una mala persona no me va a afectar en nada”. Sino que debemos saber que la naturaleza de un mal vecino es afectar al resto de los vecinos, y que incluso algunas veces e daño puede aparecer de forma repentina e inesperada. Incluso hay ciertos casos que si bien el vecino no le afecta al dueño de casa, igual así si afecta a la familia de la persona, como por ejemplo a los hijos. Ya que los hijos de uno se comienzan a juntar con los hijos del vecino quienes los invitan a sus propias casas ingresando en ellos ejemplos y enseñanzas que no son para nada buenos, llevándolos a escuchar cosas que no son buenas para sus oídos, y desgraciadamente muchas veces son propensos a aprender de estas cosas malas y adoptar las malas conductas que ven de los otros.
Es por esto que viene Nitai Ha´Arbeli y nos enseña cual es la verdad que tiene que buscar cada persona, entendiendo que si es que nos damos cuenta que tenemos un mal vecino, no debemos continuar viviendo como si nada pasara sin medir las posibles consecuencias, sino que debemos emprender rumbo inmediatamente y alejarnos de ello, incluso si es que esto va a significar un esfuerzo de parte nuestra.
Es más, si es que pensamos que el daño que nos puede causar un mal vecino es solamente en términos espirituales – estamos absolutamente equivocados, ya que el daño que nos puede causar un mal vecino puede ser incluso en términos económicos. Como por ejemplo lo que trae Avot De´Rabi Natan [capitulo 9:4], que tal como lo sabemos - existe un tipo de enfermedad que se llama Tzaraät hoy no la encontramos pero en tiempos pasados podía afectar la casa y los utensilios de la persona – y básicamente se manifestaba a través de manchas en los muros de la casa y basicamente le llegaba a la persona que tenia unas cuantas actitudes que la Guemará enumera y que están prohibidas considerándose como una transgresión, y resulta que si a una persona le aparecía una de estas manchas de Tzaraät en uno de los muros de su casa - habían veces que tenia que destruirse el muro, lo cual significa que si es que el muro el cual recibió la mancha es un muro colindante con el del vecino, al destruir el muro también se estaría destruyendo el muro del vecino. ¿Qué vemos de acá? Vemos un ejemplo de como un mal vecino puede afectarnos incluso económicamente cuando el mismo se ve afectado.
De aquí vemos algo bastante interesante respecto a la forma en como Hashem Itbaraj conduce el mundo, donde muchas veces puede ser que haya una persona que sea un tzadik y se preocupe de ser absolutamente correcto en su forma de actuar e igual es propenso a sufrir un daño producto de otra persona que es totalmente lo contrario a lo suyo. ¿Y acaso esto no es injusto? La respuesta es que no, dado que es él quien tuvo que tomar las medidas y alejarse de aquella persona mala, y por ende quiere decir que lo que recibió fue netamente auto causado por no haber tomado las medidas que sabia que tenia que haber tomado alejándose aquella persona que no es tan buena. Eso es lo que se refirió Rabi Yojanan ben Broka en Avot De´Rabi Natan al decirnos: “Oi la´rashä, oi le´shejenó” (Pobre del malvado, y pobre de su vecino).
Ve´al titjaber la´rashä (y no te juntes con el malvado) – En Avot De´Rabi Natan [capitulo 9:4] aparece que esta junta debe evitarse incluso si es que se trata de un propósito bueno, como por ejemplo para estudiar Toráh, igual así se debe evitar juntarse con un malvado. Es decir, hay que diferenciar entre la cercanía con el malvado y la junta con el malvado.
Es obvio que incluso una persona malvada se merece que lo ayuden para acercarse a la Toráh y las mitzvot, de eso no hay duda, solamente que hay que saber cuidar una distancia sana de este tipo de personas, mantener una distancia que no pase a considerarse como si nos estamos juntando con ellos, ya que un ambiente de junta es muy propenso a causar que seamos influenciados por ello y debemos ser suficientemente inteligentes como para someternos a un riesgo de este tipo.
Es por esto que si nos fijamos bien, más adelante en Avot [mishná 12] la mishná nos dice: “Hevú mi´Talmidav shel Aharon, ohev Shalom ve´Rodef Shalom, ohev et ha´beriot u´mekarevan la´Toráh” (Sean de los alumnos de Aharon, quien ama la paz y busca la paz, ama las personas y las acerca a la Toráh). Es decir, quédate en tu lugar espiritual alto y extiéndele una mano a tu hermano para acercarlo a la Toráh, pero tu ten mucho cuidado de no caerte! Ayudar a una persona malvada que atenta en contra de la voluntad del Creador es algo bueno y correcto, pero unirse a un malvado pone en peligro a la persona y a su familia. Es por esto que la forma de acercar a nuestro hermano debe ser realizado de una forma estratégica y segura y no de una forma que nos pueda perjudicas Jas Ve´Shalom.
Si nos fijamos bien, la mishná utilizó respecto al vecino el termino “Rä” (malo), y en cambio respecto al amigo o la junta utilizó el termino “Rashä” (malvado). ¿Cuál es la diferencia?
Una persona malvada es una persona la cual no es agradable estar cercano a él, dado que es alguien malo con El Cielo y con el resto de las personas. En cambio una persona malvada puede perfectamente ser una persona la cual sonríe y se comporta como una persona absolutamente culta, sin embargo desprecia la santidad de la Toráh y las enseñanzas de nuestros sabios. Es por esto que el Tana no nos tuvo que advertir de no juntarnos con personas malas, dado que por naturaleza nadie va a querer juntarse o tener amigos de este tipo. En cambio respecto a un vecino - si puede suceder, y por eso no dijo “harjek mi´shajen rä” (aléjate de un mal vecino), diciéndonos que a pesar de que no lo elegimos a aquel vecino y que incluso puede ser de que haya llegado a vivir cerca nuestro después de que nosotros ya viviéramos ahí, igual así debemos alejarnos. En cambio respecto a las juntas, viene el Tana y nos advierte sobre la junta con malvados quienes son propensos a confundirnos aun más, básicamente por el hecho de que perfectamente pueden ser personas que se ven buenas y también cultas, y la junta con ellos puede traer malas influencias tanto para la persona como para su familia, por eso se nos dijo “ve´al titjaber la rashä” (y no te juntes con el malvado).