PIRKÉ AVOT - CAPITULO 1 : MISHNÁ 5 (PARTE 2)

PIRKÉ AVOT - CAPITULO 1 : MISHNÁ 5 (PARTE 2)

CAPITULO 1 MISHNÁ 5 (PARTE 2)

“ve´al tarbé sijá ïm ha´ishá” (y no converses demasiado con la mujer) Esto no viene a decirnos que el hombre debe disminuir aquellas conversaciones que son necesarias con su mujer, sino que al contrario, es sumamente importante de que exista una buena comunicación y conexión entre el hombre y la mujer, y esto incluye saber escuchar ciertas cosas que son importante contarlas para la mujer  a pesar de que para el hombre no sean tan interesantes, o viceversa, y con mayor razón hablar de cosas importantes como cosas que tengan que ver con el hogar o lo hijos. Esto es lo que le dice el Rambam [Halajot Ishut 15:19] a todo hombre que es marido a través de las palabras: “ve´ohavá ke´gufó” (la amarás como tu propio cuerpo), es decir, que el hombre debe estar pendiente de las necesidades de su mujer de la misma forma que esta pendiendo de las necesidades de su cuerpo.

Naturalmente la mujer posee una necesidad mayor que el hombre de hablar. ¿Por qué? Ya que la Guemará en masejet Kidushin [49b] trae “Äsará kabin shel sijá yardu la´ölam” (10 porciones de capacidad del habla bajaron al mundo) “tishä natlu nashim” (9 de esta porciones fueron entregadas a la mujer). ¿Por qué la mujer se llevó tanto poder del habla? Ya que la mujer esta encargada de la educación de los niños, y cuando los niños son pequeños parte de la educación involucra repetir ciertas cosas una y otra ves hasta que se quede grabado en la mente del niño. Este don de poder repetir las cosas mil veces se le entregó a la mujer y no al hombre, ya que la mujer es quien pasa más tiempo con los hijos cuando son pequeños, y es por eso que vemos hoy en día que una madre le puede repetir cien veces lo mismo a su hijo hasta que aprenda y en cambio el padre basta con que repita lo mismo una o dos veces y ya no tiene fuerzas para seguir repitiendo.

Como todo don, esto puede ser producente como contraproducente, todo depende para que lo utilicemos. Eso es lo que nos viene a decir nuestra mishná al decirnos “ve´al tarbé sijá ïm ha´ishá” (y no converses demasiado con la mujer), si nos fijamos bien, no se nos dijo “al tesojeaj ïm ha´ishá” (no hables con la mujer), sino que se nos dijo “al tarbé” (no aumentes), y por otro lado se utilizó el termino “sijá” (conversación) envés de “dibur” (habla). ¿Por qué? Ya que existe una diferencia entre el termino “dibur” y el termino “sijá”. “Dibur” es hablar de algo que posee contenido, de algo importante con incidencia, en cambio la palabra “sijá” quiere decir “conversación vana”. Viene la mishná y nos dice, escuchen pareja querida, es importante que hablen y también es importante que conversen de cosas que son importantes para cada uno, sin embargo, deben tener mucho cuidado de no aumentar demasiado sus conversaciones, ya que la tendencia de la mujer es utilizar su don de la conversa, y el hecho de conversar demasiado naturalmente causa que se acaben los temas reales de conversa, y una vez que se nos acabaron los temas que tiene que ver con la casa y con los niños, comenzamos a hablar del trabajo, y luego de los amigos y de las amigas, etc, terminando H´ Ishmor hablando de cosas que son propensas a incluir Lashon Ha´Rä y cosas por el estilo, lo cual sabemos que es una transgresión muy grave y nadie quiere tropezarse en esto con su propia pareja.

Hablar de cosas que son importantes e involucran decisiones – no solamente se puede sino que se debe hablar de ello todo lo que se necesite, ya que es una de las obligaciones del marido hacia su mujer. Pero en caso de que se trate de una conversación vana, si bien hay que tenerla de vez en cuando y saber escuchar, no se debe aumentar mucho, y si es que el hombre ve que la mujer se esta desviando mucho entonces debe intentar volver la conversación a algo de importancia pero haciéndolo de una forma sutil y educada.

“be´ishtó amru, kal va´jomer be´eshet javeró” (al decirlo se refirieron a su propia mujer, pero con mucha mayor razón respecto a la mujer del amigo) – Es decir, cuando se trata de una mujer casada – el hombre debe hablar con ella solamente de una forma técnica, como por ejemplo un vendedor en una tienda quien le esta explicando a su clienta la diferencia entre dos tipos de productos. Pero por ningún motivo debe el hombre comenzar a interesarse en cómo esta la mujer de su amigo y comenzar a hablar con ella todo tipo de cosas vanas. Esta es una regla principal en temas de “Tzniüt” (recato), en especial en lugares como el trabajo donde trabajan hombres y mujeres juntos, debe evitarse a toda costa el que se comience a hablar entre ellos de cosas vanas, sino que solamente se debe hablar de cosas que tengan que ver con el trabajo, para evitar llegar a todo tipo de problemas mayores.