PIRKÉ AVOT - CAPITULO 1 : MISHNÁ 5 - PARTE 1
CAPITULO 1 MISHNÁ 5
Yose ben Yojanan ish Yerushalaim omer (Yose ben Yojanan el hombre Yerushalaim dice): “Yehi beteja patuaj lirvajá, ve´yihu änyim bené beteja” (Que tu casa este muy abierta y que los miembros de tu casa sean pobres), “ve´al tarbé sijá ïm ha´ishá” (y hables demasiado con la mujer) “be´ishtó amru, kal va´jomer be´eshet javeró” (al decirlo se refirieron a su propia mujer, pero con mucha mayor razón respecto a la mujer del amigo). “mi´kaan amru jajamim: kol zeman she´adam marbé sij,ש ïm ha´ishá, gorem rä le´ätzmo, u´botel mi´divré Toráh, ve´sofó yoresh guehinam” (De aquí dijeron nuestros sabios: Todo momento en que el hombre habla demasiado con la mujer, se causa un mal a sí mismo, y anula su estudio de Toráh, y finalmente hereda el infierno).
“Yehi beteja patuaj lirvajá, ve´yihu änyim bené beteja” (Que tu casa este muy abierta y que los miembros de tu casa sean pobres) – En la mishná anterior, Yosé ben Yoëzer el hombre de Tzeradá habló respecto a la formación espiritual de la persona en su casa, y en esta mishná Yose ben Yojanan ish Yerushalaim habla respecto a la bondad que la persona debe involucrar dentro de su casa. Viene y nos dice “Yehi beteja patuaj lirvajá” (Que tu casa este muy abierta), es decir, preocúpate de que tu casa no solamente este abierta para quienes necesitan un hospedaje o un poco de comida y bebestible, sino que preocúpate que quienes ingresan a tu casa y son hospedados por ti, sientan que tu casa estaba desde antes absolutamente abierta para ellos, que se sientan muy bien invitados. Y adicionalmente a eso “Ve´yihu änyim bené beteja” (que los miembros de tu casa sean pobres), es decir, preocúpate que a la hora en que tengas que elegir quienes van a ser los invitados en tu casa, y quienes se van a sentar a compartir y disfrutar una comida contigo, no busques a los hombres ricos y poderosos pensando que vas a conseguir de ellos algo a cambio por haberlos invitado, ni tampoco busques ingresar solamente a tus amigos y aquellas personas quienes siempre llegan a tu casa con un regalo de invitación, sino que preocúpate de ingresar a personas necesitadas, personas las cuales tu gesto de bondad les signifique una ayuda de verdad en su vida, es por eso que nos dice “Ve´yihu änyim bené beteja” (que los miembros de tu casa sean pobres), refiriéndose a que el tipo de personas que debemos buscar para invitarlos a nuestras casas son aquellas personas quienes realmente están necesitadas.
Sin embargo, hay algo aun más profundo en este consejo que nos entrega Yose ben Yojanan ish Yerushalaim al decirnos “Ve´yihu änyim bené beteja” (que los miembros de tu casa sean pobres). Es sabido que cuando se trata de “Hajanasat Orjim” (invitar gente a tu casa), existe un factor el cual es sin duda el más importante de todos, es el factor que realmente marca la diferencia a la hora de querer lograr que nuestro invitado se sienta cómodo y ameno con nuestra invitación. Explicaremos con un pequeño ejemplo. Supongamos que un hombre de muy buena situación económica decide junto con su familia invitar a una familia de necesitados. Preparan una mesa de lujo para ellos, desde el mejor vino hasta la mejor carne incluyendo el mejor postre. Cubiertos de oro, vasos de cristal, etc. Llegan los invitados, y naturalmente ingresan a la casa un poco sumisos e incluso un poco avergonzados de verse comiendo en condiciones tan lujosas, condiciones que nunca antes habían visto. ¿Qué sucedería si es que los miembros de la casa comienzan a actuar con soberbia? Si es que comienzan a hablar del valor del vino que están tomando, y del tipo de carne que están comiendo, y de cuantos metros tiene la casa donde están comiendo, y de que hacen, etc etc, ¿Cómo se sentiria esta familia de personas necesitadas? ¿Cómodas? ¿Creen que van a disfrutar del rico vino y de la rica carne de la misma forma que lo hubieran hecho si es que no se les hubiera revelado la cantidad de dinero que se había invertido en ellos para que puedan comer aquel vino y comer aquel carne? ¡Obvio que no! Cualquier persona normal lo más natural es que comience a sentirse un poco incomodo y con vergüenza mientras toma el vino y mientras tiene provecho de todo el resto de las cosas que hay en la casa. Un simple acto de soberbia por parte de los dueños de casa puede descolocar a los invitados haciéndolos sentir pertenecientes a una realidad absolutamente distinta a la que tiene aquel familia, causando que envés de disfrutar y sentirse miembros de su propia casa, se sientan como unos extranjeros en una tierra que no les pertenece.
Eso es lo que nos viene a decir el Tana: “Ve´yihu änyim bené beteja” (que los miembros de tu casa sean pobres), es decir, enséñale a los miembros de tu casa que cuando inviten personas necesitadas, los mismos miembros de tu casa se bajen a su nivel y se comporten con la humildad necesaria como para no incomodarlos mientras se hospedan en tu casa. Dales la posibilidad de sentirse parecidos a ti, a pesar de que la diferencia de condiciones sea abismal. Preocúpate de actuar con esta gente necesitada de una forma recatada para que tu hospedaje sea lo más cómodo y ameno posible, tanto de tu parte como del resto de los miembros de tu familia.
De todas formas, incluso a la hora de entregar se requiere aplicar criterio. Dado que dentro de la buena voluntad - la persona es propensa a ingresar a su casa personas necesitadas que son peligrosas y problemáticas, personas que pueden robar sus pertenencias o dañar a su familia J”V. Tal como lo trae Pirké Avot más adelante [2:1] donde nos dicen: “Eizohi derej yeshará she´ibor lo ha´adam?” (¿Cual es el camino recto que debiera la persona separar para sí mismo?) “Col she´hi tiferet le´ösea ve´tiferet lo min ha´adam” (Todo camino el cual es bueno para quien lo toma y para el resto). Es decir, las acciones que hacemos en nuestra vida deben poseer dos factores presentes para que sea una buena decisión. Deben ser buenas para nosotros y buenas para el resto, pero si es que es solamente bueno para el resto y malo para mi, o al revés – si es que solamente es bueno para mi pero es malo para el resto, entonces aquello no es un camino que debemos tomar. Como por ejemplo una persona la cual envés de hacer una fila de espera hasta que llegue su turno – va y se salta hasta el primero puesto de la fila. ¿Esta bien lo que hiso? ¡Obvio que no! Ya que aquello es solamente bueno para él - por el hecho de que se ahorra tiempo, pero es algo malo para el resto quienes llevan esperando mucho tiempo de forma respetuosa hasta que llegue su turno. Es por esto, que para poder evitar caer en tomar un mal camino a la hora de invitar gente necesitada a nuestra casa, debemos tomar el consejo de nuestros sabios en Masejet Kalá Rabati [capitulo 8:1]: “Leölam yihu col Adam be´ëneja ke´listim, u´jcavdam ke´Raban Gamliel” (Siempre deben las personas verse frente a tus ojos como ladrones, pero hónralos como si fueran Raban Gamliel). Nuestros sabios incluso traen una historia ahí, cuenta la Guemará que una vez Rabi Yehoshuä ingresó un hombre a su casa, le dio de comer y de tomar, y luego le dejó dormir en el cuarto que tenia en su entretecho, sin embargo Rabi Yehoshuä se aseguró de remover la escalera una vez que el hombre ya estaba dentro del. ¿Qué hizo aquel hombre? En medio de la noche comenzó a tomar todos los utensilios que habían en el cuarto y los envolvió en su prenda, luego se dirigió al lugar donde estaba la escalera para bajar y de repente se encuentra en el suelo con un pie fracturado. Rabi Yehoshuä al escuchar el ruido se dirigió al lugar y encontró a este hombre tirado en le suelo y todos los utensilios del cuarto de arriba esparcidos a su alrededor. Por lo que le dice Rabi Yehoshuä: “Necio, ¿Así se comportan personas como tu?” A lo que el hombre le contestó que de haber sabido que le removió la escalera no lo hubiera hecho, y sobre eso le dijo Rabi Yeshoshuä: “¿Acaso no sabes que desde antes que llegaras ya teníamos cuidado de ti?”, en el fondo diciéndole que producto de que nuestros sabios se adelantaron y ya nos advirtieron como conducirnos respecto a gente que no conocemos, resulta que Rabi Yehoshuä ya sabia como conducirse respecto a este hombre sin siquiera conocerlo.
En resumen, es sumamente importante el abrir nuestra casa para personas que necesitadas, y es sumamente importante hacer todo lo que este en nuestro poder para que se sientan cómodos como en su propia casa, sin embargo, se debe aplicar un criterio sano y objetivo a la hora de decidir quien ingresa y quien no ingresa en nuestras casas.