¿Puedo utilizar mi lavavajillas eléctrico tanto para utensilios de carne como lácteos o acaso debo tener uno para cada uno?
¿Puedo utilizar mi lavavajillas eléctrico tanto para utensilios de carne como lácteos o acaso debo tener uno para cada uno?
Hoy en día es muy común encontrar en las casas lavavajillas eléctricos, y la pregunta que surge al analizar su funcionamiento es si acaso se permite utilizarlo para lavar utensilios de carne y luego utensilios lácteos el uno después del otro o si acaso se requiere tener uno para utensilios de carne y uno para utensilios lácteos. Explicaremos detalladamente el tema, tratando de analizar brevemente las leyes halajicas que juegan un rol fundamental a la hora de determinar como es la halajá practica.
Como toda pregunta halajica que trata sobre aparatos electrónicos, lo importante es primero analizar bien cual es su funcionamiento, y que tipos de temores halajicos se ven involucrados. Debemos saber - que la mayoría de los lavavajillas eléctricos que hay hoy funcionan a través de dos lavados con agua caliente a una temperatura superior que “yad soledet bo” – 80ºC – y la razón por la cual nos importa la temperatura del agua con la cual se realiza el lavado es dado que halajicamente un utensilio solamente absorbe en caliente y no en frio, y la temperatura que se requiere para que absorba tiene que ser igual o mayor a “yad soledet bo”. En el caso del lavavajillas eléctrico, un lavado es hecho al comienzo, y el segundo lavado es hecho al final cuando los utensilios ya están limpios y por ende sirve solamente como enjuague final.
Respecto al segundo lavado, el cual es hecho al final con agua limpia cuando los utensilios están limpios, no existe duda ni temor halajico. Sino que el caso que debemos analizar es el primer lavado que se realiza cuando los utensilios aun están parcialmente sucios con comida y son lavados con esta agua caliente mezclada con jabón lavavajillas con el propósito de remover la suciedad y la grasa de la comida que esta pegada en los utensilios. Normalmente los utensilios no son ingresados al lavavajillas con huesos y pedazos de carne, sino que todo eso es botado al basurero antes de que se ingrese el utensilio al lavavajillas, y luego se procede a ordenar los utensilios en el lavavajillas mientras aun tienen la grasa y ciertos restos de comida pegados en ellos.
El interior del lavavajillas esta hecho de un material llamado “nerosta” – lo cual básicamente consiste en un acero inoxidable. Por ende supongamos que en la mañana se ingresaron utensilios de carne al lavavajillas, esto significa que al momento en que se realiza el primer lavado de utensilios con agua caliente y jabón, el acero inoxidable que hay dentro del lavavajillas técnicamente absorbe el sabor de la carne, convirtiéndolo en un utensilio de carne con una categoría de Noten Taäm. ¿Qué es un Noten Taäm? Es un utensilio el cual absorbió el sabor de un alimento en caliente y ahora posee la facultad de entregar ese sabor a otro alimento o utensilio que entre en contacto con él en caliente. Por ende, luego en la noche cuando se desea lavar utensilios lácteos en el mismo lavavajillas, resulta que aparentemente se estarían lavando en un lavavajillas de carne - lo cual debiéramos prohibirlo, al igual que se prohíbe cocinar algo lácteo en un utensilio de carne.
Sin embargo, vamos a explicar porque este caso es distinto. Primero que todo debemos saber que cuando cocinamos por equivocación un producto lácteo en un utensilio de carne o viceversa, existe una diferencia halajica entre el caso de un utensilio que es “ben yomó” – lo cual quiere decir que se cocinó en él carne hace menos de 24 horas, y un utensilio que no es “ben yomó”. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia seria respecto a si acaso bediävad (post facto) puedo tener provecho de la comida o no. En caso de que el utensilio de carne sea “ben yomó” y se cocinó ahí algo lácteo por equivocación, estaría prohibido tener provecho de lo lácteo, pero en caso de que el utensilio de carne no es “ben yomó” entonces bediävad (post facto) si es que cociné en él algo lácteo - tengo permitido tener provecho de él. ¿Por qué? Ya que después de que transcurrieron 24 horas desde que el utensilio absorbió el sabor de la carne, el sabor pasa a considerarse como “taäm pagum” (sabor nulo) – y ese sabor no posee la fuerza de dejar prohibido bediävad una comida láctea que cocinó ahí, sin embargo dentro de las 24 horas desde que absorbió el sabor de la carne – aquel sabor sigue considerándose “taäm lishbaj” (sabor con consistencia) y aquello si posee la fuerza de dejar prohibida la comida láctea incluso bediävad.
Habiendo entendido la diferencia entre un “taäm pagum” (sabor nulo) y un “taäm lishbaj” (sabor con consistencia), ahora nos queda analizar un último punto antes de adentrarnos a desglosar la halajá practica del lavavajillas. Vimos que en el caso de una fuente de carne, incluso si es que ya no es “ben yomó” - es decir ya transcurrieron más de 24 horas desde que absorbió carne y por ende el sabor que posee absorbido se lo considera “taäm lifgam” (sabor nulo) - igual así lejatejiláh (a priori) tenemos prohibido cocinar ahí un producto lácteo a pesar de que si lo cocinamos por error – “bediävad” (post facto) quedaría permitido tener provecho de él, tal como lo trae la Guemará en masejet Ävodá Zará [76a] que nuestros sabios decretaron no cocinar en un utensilio que no es “ben yomó” por temor de que se llegue a cocinar en un utensilio que si es “ben yomó”, por ende la pregunta es si acaso existe algun caso en el cual halajicamente permitamos el “taäm pagum” (sabor nulo) lejatejiláh (a priori) y no solamente bediävad.
El Rashba – quien es uno de nuestro sabios Rishonim – contestó esta pregunta en su libro Torat Ha´Bait [Bait 4, Shaär 4, 33b], y trajo que toda la prohibición de “taäm pagum” (sabor nulo) lejatejiláh (a priori) es cuando el utensilio absorbió inicialmente un sabor que se considera “taäm lishbaj” (sabor con consistencia) y luego dentro del utensilio se convirtió en “taäm lifgam” (sabor nulo) – como por ejemplo cuando ya transcurrieron 24 horas desde que absorbió el sabor. Sin embargo en caso de que la absorbida inicial del utensilio haya sido “taäm pagum” (sabor nulo) – y no es que absorbió un “taäm lishbaj” (sabor con consistencia) y luego dentro del utensilio se convirtió en “taäm lifgam” (sabor nulo) - en ese caso se puede permitir lejatejiláh cocinar en aquel utensilio y el sabor que expulsa no afecta en nada.
Por ende volviendo a nuestro caso del lavavajillas, es verdad que desde un comienzo - cuando se lavaron utensilios de carne en la mañana con agua hirviendo sobre la temperatura de “Yad Soledet Bo” – el acero inoxidable que hay dentro del lavavajillas absorbió el sabor de la carne, sin embargo, por el hecho de que durante ese lavado no solamente hubo agua caliente involucrada – sino que también había una mezcla de jabón lavavajillas mezclado junto con el agua caliente, resulta que el jabón posee la fuerza da anular cualquier tipo de sabor y en consecuencia el sabor inicial absorbido por el acero inoxidable que hay dentro del lavavajillas se considera un “taäm pagum” (sabor nulo) - causando que este permitido lavar después utensilios lácteos sin ningún problema. Así lo trajo como halajá practica Maran Ha´Rishon Le´Tzion Rav Itzjak Yosef cuando analizó este tema en su Shiür Parashat Ëkev del año 5777.
EN RESUMEN
Se puede utilizar el mismo lavavajillas eléctrico tanto para utensilios de carne como para utensilios lácteos. Sin embargo, no deben lavárselos juntos.