Un hombre pidió 300 platos de comida de un catering, y el dueño del catering donó 10 de esos platos para un necesitado, ¿Quién tuvo el mrito de la mitzváh?
Un hombre pidió 300 platos de comida de un catering, y el dueño del catering donó 10 de esos platos para un necesitado, ¿Quién tuvo el mrito de la mitzváh?
Llegó un caso al Bet Din muy emocionante – el cual sucedió entre Reuben quien es el dueño de un catering en Yerushalaim, y Shimön quien era el dueño del evento para el cual se había contratado el catering. Lo que sucedió es que Shimön encargo 300 platos de comida de Reuben para que estén disponibles en un evento que Shimön iba a realizar en uno de los salones de eventos que hay a la entrada de Yerushalaim.
Reuben como buen profesional llegó al salón de eventos un par de horas antes de que comience el evento para así poder ordenar bien todos los platos de comida, y de repente ve a un niño con un canasto en la mano quien estaba parado en la entrada de la cocina mirando hacia el suelo con lagrimas en sus ojos. Inmediatamente Reuben le preguntó al niño por qué estaba llorando y si hay algo en que lo pueda ayudar, y el niño le cuenta que su madre lo había enviado al salón de eventos para que así él pudiera tomar los restos de comida que sobrara del evento - ya que no tenían comida en su casa y ella debía quedarse cuidando a sus hermanos pequeños, sin embargo al llegar al salón de eventos e ingresar a la cocina el hombre encargado de la limpieza lo hecho hacia fuera.
Al escuchar esta historia y ver al pobre niño con los ojos llorosos, inmediatamente se activó la misericordia de Reuben. No lo pensó dos veces e inmediatamente puso dentro del canasto del niño 10 de los platos de comida que le habían encargado para el evento, ya que Reuben sabia que el evento era de 250 personas y que los 50 platos adicionales eran solamente por si acaso alguien quisiera repetirse el plato de comida, por ende dudó que vayan a faltar platos de comida.
El evento se llevó a cabo y todo salió perfecto. Luego cuando ya se habían ido todos los invitados se sentó Reuben con Shimön para ordenar las cuentas, y entre cuenta y cuenta Reuben le cuenta a Shimön lo que había sucedido con el pobre niño necesitado por lo que con una gran sonrisa en la cara le dice a Shimön: “No te preocupes, lógicamente te voy a cobrar solamente 290 platos de comida y no 300 como habíamos acordado de un principio”.
Sin embargo, Shimön no estuvo muy contento con esto. No porque Reuben le haya dado esos 10 platos de comida al niño, sino que al contrario, Shimön quería pagar por los 300 platos de comida y que la mitzváh que se hizo con el niño pobre le pertenezca a él, por lo que le dijo a Reuben: “Perdóname, ¡Pero el merito de la mitzváh es mío! Tu no puede hacer un negocio con los platos de comida que yo le encargue. Por ende cóbrame los 300 platos de comida tal como habíamos acordado”. Reuben por su lado, tampoco estaba dispuesto a dejar el merito de la mitzváh tan rápido, por lo que insistió en que solamente iba a recibir el pago de 290 platos de comida y no de 300.
Así continuaron discutiendo por este motivo tan lindo, ambos querían ser meritorios de la mitzváh. La pregunta es ¿Quién tiene la razón? Explicaremos.
Mientras la comida aun se encuentra en la cocina, sigue perteneciendo al dueño del catering, y él es el responsable de toda la comida hasta que haya sido servida sobre las mesas, por ende por ejemplo si es que se llegara a dar vuelta un plato de comida dentro de la cocina – la responsabilidad de ello y quien tiene que pagar el costo es el dueño del catering y no el dueño del evento. Por otro lado el dueño del evento no tiene intenciones de adquirir la comida mientras aun se encuentra en la cocina dado que ahí no tiene forma de cuidar lo que pasa con la comida, sino que entiende y desea que la responsabilidad del dueño del catering se extiende hasta que cada plato de comida se encuentre servido en la mesa.
Por ende, si es que el dueño del catering sacó los platos de comida de la cocina, resulta que sacó platos de comida que le pertenecen a él y no al dueño del evento. En cambio si es que el dueño del catering hubiera tomado los 10 platos que le dio al niño - una vez que los platos estaban servidos sobre las mesas, en ese caso cada plato de comida le hubiera pertenecido al dueño del evento, y en consecuencia la mitzváh le pertenecería al dueño del evento – teniendo que pagar por los 300 platos de comida.
EN RESUMEN
Al parecer Reuben quien es el dueño del catering es quien obtuvo el merito de la mitzváh, y Shimön quien es el dueño del evento tiene que pagar solamente 290 platos de comida y no 300.