EL DUEÑO DE CASA ME EXPULSÓ DE SU CASA - ¿DEBO BENDECIRLO?

Un hombre fue expulsado por el dueño de casa de donde estaba comiendo antes de recitar “Birkat Ha´Mazón”, ¿Debe bendecirlo en “Birkat Ha´Oreaj” (bendición del invitado) en “Birkat Ha´Mazón”?

Un hombre fue expulsado por el dueño de casa de donde estaba comiendo antes de recitar “Birkat Ha´Mazón”, ¿Debe bendecirlo en “Birkat Ha´Oreaj” (bendición del invitado) en “Birkat Ha´Mazón”?

Un conocido quien trabaja en la inteligencia del ejercito de Israel me contó una historia bastante interesante que le pasó, me dice: “Viaje a un país bastante lejano como enviado de Israel para cumplir una misión muy secreta. Cuándo llegue al país que me enviaron, en la víspera de Shabat Kodesh – hice lo que acostumbro hacer siempre, busque una familia que me pueda alojar para poder pasar Shabat con ellos. Uno de los miembros de la comunidad local me envió a la casa de uno de los hombres más ricos de la comunidad, y al llegar ahí - efectivamente me encontré con un hombre muy placentero quien aceptó con alegría hospedarme durante Shabat en su casa. En la noche de Shabat, este hombre rico ordenó una mesa de reyes frente a mi, toda delicatesen que te pudieras imaginar se encontraba sobre esa mesa, realmente me sentí muy honrado por este hombre. Cuando ya estábamos a punto de terminar la comida, el dueño de casa entre copa y copa me pide que le descubra cual es el motivo por el cual fui enviado a su país. Inmediatamente le pedí perdón y le expliqué que se trataba de un tema muy secreto y que tengo absolutamente prohibido revelar el motivo por el cual fui enviado, es más, arriesgo pena de cárcel si lo hago. Sin embargo, el dueño de casa siguió insistiendo en que le revele el motivo por el cual me encontraba en aquel país. De repente, por el hecho de que yo continué negándome y tratando de explicarle que me es imposible revelar aquella información, el hombre se para de su puesto enojado y apuntando a la puerta me dice “!¿Esa es tu forma de agradecer el hospedaje que te estoy dando?! Te pido por favor toma todas tus cosas y sal de mi casa”.

Me sigue contando este hombre y me dice: “La verdad que no me quedó opción más que agarrar mis cosas e irme de ahí, por lo que me senté en el banco que había frente a la casa de este hombre rico y comencé a recitar el “Birkat Ha´Mazón” ahí. Solo que me surgió una pregunta, y es que cuando llegue a la sección de “Birkat Oreaj” (bendición del invitado - lo cual es la sección donde el invitado bendice al dueño de casa) de repente me surgió la duda si acaso estoy obligado en bendecirlo dentro de esta sección, ya que por un lado el dueño de casa me expulsó de su casa enojado a una hora tardía de la noche, lo cual claramente – para serte sincero - causó que no tenga ningún tipo de ganas de bendecirlo, sin embargo por otro lado, comí y me sacié de un plato de comida que él me entregó y por eso si me corresponde agradecerle.”

Cuando me contó esto, inmediatamente le pregunté “Cuéntame ¿Qué hiciste al final?”, a lo que me contestó “La verdad que por la duda lo bendije igual, sin embargo aun tengo la duda si acaso estaba obligado en hacerlo o no.”

¿Cómo es la halajá? Explicaremos.

Escribió Rabenu Eliëzer Papo en su libro “Pele Yoëtz” [ërej hilul] lo siguiente: “Quien recibe algo de su amigo, es apropiado agradecerle y bendecirlo tanto en privado como en publico, para no ser un mal agradecido. E incluso si es que el invitado comió solamente un pedazo de pan donde el dueño de casa, nuestros sabios decretaron que aquel invitado debe bendecir al dueño de casa, y quien se abstiene de bendecirlo – acorta los días de su vida. Y con mayor razón quien recibe algo más grande de su prójimo, o cualquier otro tipo de provecho – ya sea dinero u algo que vale dinero, esta obligado en bendecirlo, y a través de esta bendición residirá la bendición sobre su cabeza”. Por ende según esto, aparentemente también podríamos pensar que en nuestro caso existe lugar para decir que estaría obligado este hombre en bendecir al dueño de casa donde comió.

Sin embargo, nuestro caso es distinto, ya que por el hecho de que este hombre fue expulsado con enojo por parte del dueño de casa sin ningún tipo de razón justificada, quedando obligado en recitar la bendición de “Birkat Ha´Mazón” en la calle en medio de la noche, es difícil pensar que en un caso como este se aplica el decreto de nuestros sabios de “Birkat Ha´Oreaj” (bendición del invitado). Es más, para que una bendición tenga calidad de bendición, debe ser que la persona quien esta bendiciendo lo esta haciendo con la intención de querer bendecir al otro, pero en este caso – y tal como él mismo nos reveló - es difícil pensar que el hombre que fue expulsado a la calle sin motivo justificado vaya a tener una real intención de bendecir al dueño de casa que lo expulsó.

Después de comentar este caso con unas cuantas autoridades halajicas, estuvieron de acuerdo con nosotros.

EN RESUMEN

El invitado que fue arrojado a la calle por el dueño de casa no esta obligado en recitar “Birkat Ha´Oreaj” (bendición del invitado).