Un hombre comió carne antes de finalizar su conversión sumergiéndose en la mikvéh, ¿Puede comer queso después de haberse convertido?
Un hombre comió carne antes de finalizar su conversión sumergiéndose en la mikvéh, ¿Puede comer queso después de haberse convertido?
Hubo un caso de un hombre de otro pueblo quien decidió ser parte de Äm Israel, por lo que se sometió a todo el proceso de conversión al pie de la letra - tal como la halajá lo exige. El ultimo paso para concretar la conversión de una persona es la sumersión en la mikvéh, una vez que el bet din haya validado el proceso de conversión de una persona y haya aceptado recibirlo dentro del pueblo de Israel, la persona se somete a una sumersión presenciada por tres dayanim (jueces) en una mikvéh kasher y al salir de ahí se considera una persona de Äm Israel como cualquier otro.
Este hombre se sumergió en la mikvéh, y al salir de la mikvéh lo estaba esperando con un regalo en mano el rabino que lo acompañó durante todo su proceso de conversión. Durante su proceso de conversión este hombre le contó al rabino que el era fanático de los quesos, por ende el rabino encontró una buena idea que como brindis de celebración una vez que haya finalizado el proceso de conversión – celebraran con un buen canapé de queso y un fruto nuevo de la temporada para que pueda recitar la bendición de “She´Hejeyanu” y exentar a través de esta bendición su conversión, ya que según algunas autoridades halajicas la persona que se convierte debe recitar la bendición de “She´hejeyanu” por su conversión, tal como lo trae el libro “Guerut Ke´Hiljeta” [capitulo 4, seif 14].
Este hombre muy contento por el lindo gesto que había hecho su rabino, agarró la fruta nueva, recitó la bendición de “Bore Peri Ha´Ëtz”, luego “She´Hejeyanu”, probó del fruto, y luego procedió a comer el exquisito queso que le había traído su rabino.
Sin embargo, antes de bendecir por el queso, este hombre le dice a su rabino “Rabino! Me acabo de acordar que comí carne!”. El rabino impactado de la situación, le pregunta: “¿Carne? ¿Hace cuanto comiste carne?”. A lo que el hombre le contesta: “Hace dos horas Rabino, y usted me enseño que debemos esperar seis horas después de comer carne para poder comer algo lácteo”.
El hombre vio que el Rabino se quedó pensando, al parecer estaba en duda sobre cual es la halajá en este caso, por lo que el hombre le preguntó al rabino si acaso se había equivocado en decir que tenia que esperar seis horas antes de comer algo lácteo. El rabino le dijo: “No, no, tu estas en lo correcto, efectivamente según la halajá hay que esperar seis horas después de comer carne para comer algo lácteo. Mi duda es otra, dado que sabemos que toda persona que se convierte se lo considera “ke´tinok she´nolad” – es decir, es como si hubiera vuelto a nacer, por ende quizás existe lugar para decir que no requieres esperar seis horas para comer del queso que te traje, por el simple hecho de que cuando comiste carne aun no te habías convertido, y ahora que te convertiste es como si hayas vuelto a nacer”.
¿Cuál es la halajá? ¿Puede este hombre comer del queso o no? Explicaremos.
Existen dos principales motivos que fueron entregados por nuestros sabios Rishonim del porque una persona que come carne requiere esperar seis horas antes de comer algo lácteo. Según Rashi, cuando una persona come carne – la carne libera una grasa que deja un sabor prolongado en la boca de la persona, este sabor se mantiene hasta un máximo de seis horas. Por otro lado el Rambam opina que cuando una persona come carne, la carne ingresa entre los dientes, y solamente después de seis horas se considera digerida.
Basado en esto, decretó el Gaon Rav Jaim Kanievsky que en el caso de este hombre, a pesar de que cuando comió la carne aun no se había convertido, de todas formas por el hecho de que incluso si es que se preocupó de lavarse muy bien los dientes de tal forma de asegurarse de que no quede nada de carne entre sus dientes - aun sigue estando latente la razón traída por Rashi quien opina que la carne deja un sabor prolongado en la boca de la persona, resulta que este hombre debe completar las seis horas de espera después de su sumersión en la mikvéh para poder comer del queso.
EN RESUMEN
El hombre que se convirtió no debe comer un producto lácteo hasta que hayan pasado seis horas desde el momento en que comió carne, a pesar de que cuando comió carne aun no se había convertido.