PIRKÉ AVOT - MISHNÁ 1 : CAPÍTULO 1 - PARTE 2
CAPITULO 1 MISHNÁ 1
En el shiür pasado vimos la primera parte de la mishnáh, explicando desde “Moshé kibel Toráh mi´Sinai” (Moshé recibió Toráh de Sinai) hasta “u´zkenim li´nviim” (y los ancianos a los profetas). Hoy veremos la segunda parte de la mishnáh.
U´nviim mesaruha le´anshé jneset ha´guedolá (y los profetas se la entregaron a la gente de la gran asamblea) – La época de los neviim (profetas) fue una época larga, desde el fallecimiento de los zekenim (ancianos) que conocieron a Moshé Rabenu y a Yehoshuä bin Nun, hasta el segundo Bet Ha´Mikdash. Ellos fueron quienes entregaron la Toráh a los hombre de la gran asamblea conocidos como “Anshé Keneset Ha´Guedoláh”, entre quienes se encontraban los últimos tres profetas de aquella época: Jagay, Zejariáh, y Malají, tal como trae la Guemará en masejet Sotáh [48b] que desde que estos últimos tres profetas fallecieron, se removió la profecía del mundo hasta que llegue Melej Ha´Mashiaj.
¿En qué generación se encontraban los hombres de la gran asamblea (Anshé Kneset Ha´Guedolá)?
Äm Israel salió de Egipto en el año 2448 desde la creación del mundo. Después de que transcurrieron 480 años desde la salida de Egpito – Shelomó Ha´Melej construyó el primer Bet Ha´Mikdash, tal como esta escrito en Sefer Melajim [Melajim 1 1:6]. Este Bet Ha´Mikdash existió durante 410 años, y luego Äm Israel salió al exilio de Babel que se extendió por 70 años. Durante estos 70 años Dariavesh y su yerno Koresh - quienes eran los reyes de Madai y Paras - conquistaron Babel y convirtieron el reinado de Paras y Madai a una potencia que quedo marcada para el resto de la historia.
Después de que falleció Koresh y Dariavesh, Ajashverosh segundo - quien era el rey de Paras - dominó sobre 127 países, tal como esta escrito en Meguilat Ester [1:1] y en esta época fue que sucedió el milagro de Purim.
El rey Koresh segundo, también conocido como Koresh Ha´Gadol (El gran Koresh), fue quien comandó que se construya nuevamente el segundo Bet Ha´Mikdash [Ëzra 1, 1-4].
Muchos de Äm Israel subieron a Yerushalaim para unirse y ayudar en la construcción del Bet Ha´Mikdash. Entre los que subieron se encontraban: Mordejai Ha´Yehudí, Daniel, Jananiá, Mishael, Äzariá, y también Ëzrá y Nejemiá.
La construcción del segundo Bet Ha´Mikdash fue realizada con velocidad, ya que los habitantes de los alrededores en aquellos tiempos los perseguían y molestaban, intentando detener la construcción del templo [Ëzra capítulo 4].
En aquel tiempo Ëzrá Ha´Sofer formó la junta llamada “Kneset Ha´Guedoláh” (La gran asamblea), la cual estaba formada por los 120 sabios más grandes de aquellos tiempos – todos con un nivel astronómico de conocimiento de Toráh, y expertos en todas las sabidurías que existen. Entre ellos se encontraba Shimön Ha´Tzadik quien se lo nombro Kohen Gadol después de Ëzrá Ha´Sofer, y es nombrado en la próxima mishná de Pirké Avot, la cual comienza diciendo: “Shimön Ha´Tzadik hayá mi´shiré Jeneset Ha´Guedoláh” (Shimön era de los últimos que quedaban de las gran asamblea) – dado que cuando fallecieron todos él era de los pocos que quedaban.
Esta es una de las razones por las cuales en el país de Israel hoy en día existe una junta llamada “Kneset”, la cual se preocuparon de que también sea formada por 120 personas y la llamaron bajo el nombre de “Kneset”, tratando de emular esta gran asamblea. Solo que la gran diferencia que existe es que el Kneset Ha´Guedoláh estaba formado por 120 enormes en todas las áreas espirituales - entre ellos habiendo 3 profetas: Jagay, Zejariá y Malají, y en cambio la “Kneset” del país de hoy en día la forman personas que están a un nivel absolutamente inferior que no tiene nada que ver.
Después de que Rabi Yehudáh Ha´Nasí - quien fue el compiló las mishaniot – nos haya explicado quienes fueron los que recibieron y entregaron la Toráh desde que se recibió en el monte de Sinai hasta quienes escribieron la mishná, continua Rabi Yehudá Ha´Nasí y nos explica cuales fueron las frases que más repetían estos grandes sabios de la Toráh de todas las generaciones, tanto los que recibieron la Toráh como los que la entregaron, y todos aquellos que vivieron y operaron desde los miembros de la gran asamblea (Anshé Kneset Ha´Guedoláh) hasta su tiempo [Rabenu Övadiah Mi´Bartenura, capitulo 1, mishná 2].
Hevú metunim ba´din (sean lentos en el juicio) – El tiempo de cada una de las personas es lo más preciado que tiene, es más, el famoso dicho “El tiempo es oro” claramente nos es correcto. ¿Por qué? Ya que con todo el oro del mundo no se puede comprar una hora de vida de la persona, por ende en la practica el tiempo es mucho más valioso que el oro. En consecuencia, por el hecho de que el tiempo es tan valioso, muchas veces la persona tiende a ocupar muy poco de su tiempo al momento en que procede a enjuiciar el acto de su prójimo, causando que el juez sea propenso en dar un decreto judicial poco asertivo y desviado de la verdad.
Es por esto que Anshé Knesest Ha´Guedoláh (los hombres de la gran asamblea) nos enseñan que el juez debe ser lento en el juicio, y debe tomarse el tiempo necesario para investigar bien antes de dar un veredicto del juicio. Es más, incluso si es que hace poco tiempo llegó al Bet Din (corte de juicio) un caso parecido, no debe el juez apresurarse y pensar que de la misma forma que en el caso anterior se decretó que la persona Fulano era el culpable y Mengano era el inocente, entonces en este caso el decreto debe ser el mismo, no, sino que la persona debe analizar muy bien cada detalle del caso, ya que muchas veces un pequeño detalle puede cambiar de forma absoluta el decreto del juicio en aquel caso.
Esta es una de las razones por las cuales se decretó para la halajá en el Shuljan Aruj [Joshen Mishpat, siman 17, seif 7] que cuando un juez escuchó la versión de cada uno de los participantes del juicio, debe volver a repetir palabra por palabra lo que él entendió de cada uno de los participantes - para asegurarse que lo entendió bien, ya que al repetirlo resulta que cada uno de los participantes del juicio va a poder corregir al juez en caso de que no haya entendido algo bien.
De todas formas, la gran minoría de las personas de Äm Israel actúan como jueces rabínicos. Por ende, la pregunta es ¿Acaso una mishnáh tan importante como lo es la primera mishná de Pirké Avot se dirige solamente a la minoría del pueblo quienes actúan como jueces rabínicos? Claramente que no. Sino que de esta mishná aprendemos un mensaje sumamente importante para la vida de cada uno de nosotros. Mensaje el cual se aplica en distintas situaciones donde cada uno de nosotros posee calidad de juez.
Por ejemplo:
Una mujer pidió de su marido unas cuantas veces que hoy llegue a la casa directamente después del trabajo sin atrasarse para cuidar a los hijos y que no se vaya a atrasar, dado que en aquel día ella tenia que ir a un evento y le habían pedido explícitamente llegar a la hora. Sin embargo, cuando llegó el momento en que ella tenia que salir - el marido por algún motivo se atrasó, dejándola esperando en la puerta.
Cuando ya llevaban cinco minutos de atraso ella ya comenzó a establecer su propio juicio:
“!Este hombre no tiene consideración! ¡Se burla de mis necesidades! ¡No toma en serio nada de lo que le digo!
Vienen nuestros sabios y nos dicen: “Hevu metunim ba´din” (Sean lentos en el juicio).
¿Quizás paso algo? ¿Quizás lo retuvieron en el trabajo por un motivo urgente y no tuvo opción de liberarse temprano por mucho que él quería hacerlo? ¿Quizás se le pinchó la rueda en el camino?
Así también respecto a la educación de los niños. Algunas veces el niño se puede haber comportado de una forma no correcta, y uno de los padres lo castiga de inmediato. Sin embargo si es que aquel padre hubiera sido lento en el juicio, hubiera calmado su enojo y hubiera tratado de entender desde el punto de vista del niño que fue lo que le genero hacer lo que hizo y comportarse de esa forma, quizás podría llegar a la conclusión que no hay que castigarlo sino que hay que tratar el problema de raíz.
Este consejo aplica respecto a cualquier relación que hay entre personas. Quien acostumbra ser lento en su juicio con todos los que lo rodean, evita errores que se generan de forma inminente producto de un juicio apresurado, y en consecuencia logra tener una vida más feliz y rodeada de paz.
La Guemará en masejet Berajot [20a] cuenta: “Rav Ada bar Ahavá jazia le´ha´hi cutit de´havat levisha carbelta ba´shuka” (Rav Ada bar Ahavá vio a una mujer de otro pueblo quien estaba vistiendo una prenda superior de un color fuerte poco recatado para esa época. “carbelta” es la cresta del gallo, es decir que parte de la cabeza y baja hacia el cuerpo). Cuenta la Guemará que Rav Ada bar Ahavá pensó que era una mujer de Äm Israel, por lo que “Kam, kariä miná” (se paró y rasgo su prenda). Sin embargo “Iglaé milta de´cutit hi. Shimuha be´arbä mea zuzé” (Descubrió después de que no era de Äm Israel sino que era una mujer de otro pueblo, y la prenda fue valorada en 400 zuz – lo cual es un monto bastante elevado, y Rav Ada bar Ahavá estuvo obligado en pagárselo). Continua la Guemará y dice “Amar lah: Mah shemej? Amar leh: Matun” (Le pregunto a la mujer: ¿Cuál es tu nombre? Y ella le contestó: “Matun” que en hebreo significa “lento – calmo”) “Amar lah: Matun Matun arbä mea zuzé shavia” (Le dijo Rav Ada bar Ahavá: ser lento y no acelerado en el juicio, vale 400 zuz) que es lo que le costo la chaqueta que rasgó por no ser lento en su juicio.
Ve´haämidu talmidim harbé (y formen muchos alumnos) – Es decir, una persona que posee sabiduría y enseña a otros, no debe conformarse con tener un par de alumnos solamente y pensar que con eso ya cumplió su obligación de entregar, sino que debe formar muchos alumnos.
Tal como se cuenta sobre Rabi Äkiva quien después de fallecieron sus 24.000 alumnos quienes eran enormes sabios de la Toráh y Rabi Äkiva tenia planeado enviarlos y esparcirlos por todas las ciudades que habían en aquellos tiempos difíciles - posterior a la destrucción del segundo templo, con el único propósito de que puedan levantar el nivel espiritual que había en cada lugar donde se encontraba Äm Israel, a pesar de que al momento en que fallecieron Rabi Äkiva ya era un hombre anciano cuando fallecieron los alumnos, igual así fue y levantó otros cinco alumnos nuevos: Rabi Meir, Rabi Yehudá, Rabi Yosi, Rabi Shimön bar Yojai, y Rabi Eläzar ben Shamoä, y les enseñó Toráh, siendo ellos quienes propagaron la Toráh por todo Äm Israel.
Rabi Äkiva no se dio por vencido a pesar de que todo el trabajo que había hecho durante su vida había sido enterrado con el fallecimiento de sus alumnos. Perfectamente podría haber dicho que ya no le quedan fuerzas para continuar formando alumnos - sobre todo a la edad que tenia, sin embargo se dijo a sí mismo: “Forme alumnos cuando era joven, voy a formar alumnos también ahora que soy anciano”, por lo que fue y formo a los cinco grandes sabios que nombramos anteriormente.
Es decir, si Rabi Äkiva se hubiera dado por vencido, y se hubiera conformado con los alumnos que ya había formado, absteniéndose de ir a formar nuevos alumnos, no hubiéramos tenido a Rabi Shimön bar Yojai - y por ende tampoco tendríamos el Zohar Ha´Kadosh, tampoco tendríamos a Rabi Meir baäl Ha´Nes ni todos los grandes sabios que fueron formados tras ellos por todas las generaciones. Es más, la mayoría de las versiones de las mishnaiot que poseemos hoy en día provienen de Rabi Meir, ya que Rabi Yehudá Ha´Nasí fue quien las escribió de acuerdo a lo que recibió de su rabino que era Rabi Meir, de ahí proviene la ley que trae la Guemará en Sanhedrin [86a] que “Stam mishná Rabi Meir” – lo cual nos dice en otras palabras que cuando una mishná no explicita quien fue quien la dijo, entonces quiere decir que es la opinión de Rabi Meir.
Por eso nos dijeron nuestros sabios: “ve´haämidu talmidim harbé” (formen muchos alumnos) – ya que no sabemos de quien va a salir el próximo gran sabio de Äm Israel.
A simple vista este consejo de formar muchos alumnos suena demasiado destinado a la minoría del pueblo, ya que aparentemente podríamos pensar que no todos poseemos la capacidad de ser mentores y formar a grandes sabios de Äm Israel. Sin embargo, hay un elemento sumamente importante en este consejo, y es que una de las formas en que más nos podemos llegar a trabajar y corregirnos como personas, es a través de preocuparnos de ser personas que nos rodeamos de gente que nos admira y desea aprender de nosotros – sin necesidad de ser mentores, que seamos personas que sentimos una responsabilidad y aspiramos ser ejemplo para el resto - al igual que un mentor siente la responsabilidad y aspira ser un ejemplo para su alumno. Es por esto que nuestros sabios nos dijeron “formen muchos alumnos”, ya que mientras más tengamos personas alrededor nuestros sobre las cuales aspiramos ser su ejemplo, más meticulosos vamos a ser en nuestras acciones de no cometer errores, y en consecuencia vamos a ser personas mas correctas.
Hasta aquí llegamos hoy B”H, en el próximo shiür vamos a continuar explicando el último consejo entregado en esta primera mishná: “ve´äsú seyag la´Toráh” (y creen una barrera protectora para la Toráh) y continuaremos con la segunda mishná de Pirké Avot