PARASHAT VA´YESHEV - JANUCÁ 5781

¿Qué mensaje nos deja la festividad de Janucá?

¿Qué mensaje nos deja la festividad de Janucá?

La festividad de Janucá, la cual en la tierra de Israel marca el fin de una racha de festividades antes de ingresar al pleno invierno de aproximadamente cuatro meses sin festividades, esconde muchos secretos bastante interesante los cuales ocultan mensajes de suma importancia para la vida de cada uno de nosotros.

De las cosas interesantes que hay respecto a esta mitzváh de Janucá, nos gustaría analizar un par de ellas lo cual BH nos conducirá revelará un mensaje muy importante. Primero que todo, el milagro de Janucá es bastante curioso, ¿Por qué? Dado que técnicamente la razón por la cual la festividad de Janucá se extiende durante ocho días es por el hecho de que una vasija de aceite puro fue encontrada milagrosamente entre todo el aceite que impurificaron los Griegos en aquel tiempo, y esta vasija - la cual estaba medida para encender la menoráh (candelabro) por un solo día - milagrosamente la mantuvo encendida durante ocho días, por eso la festividad se extiende durante ocho días. ¿Qué es lo curioso de esto? Que técnicamente la única razón por la cual se creo este milagro fue por el hecho de que Äm Israel decidió encender las velas con un aceite puro y no con uno impuro. ¿Qué acaso se podría haber encendido el candelabro con un aceite impuro? La respuesta es que si, ya que poseemos una ley que se llama “Tumáh hutrá ba´rabim”, lo cual básicamente nos enseña que frente a un caso en el cual existe una necesidad publica y no individual, se permite utilizar incluso cosas las cuales fueron impurificadas, y en este caso respecto al aceite que fue impurificado por los Griegos, por el hecho de que el encender la menoráh del Bet Ha´Mikdash es una necesidad publica, resulta que halajicamente se podría haber utilizado el aceite impuro para encenderla y no se hubiera requerido ser meticuloso de utilizar solamente el aceite puro, e igual así vemos que Äm Israel no quiso bajar el nivel de la mitzváh por lo que envés de encender con el aceite impuro, fueron y encendieron con el único aceite puro que encontraron, y lo más increíble es que vemos que H´ Itbaraj estuvo de acuerdo con esta acción, ya que vemos que les hizo un milagro de ocho días, y nuestros sabios ya nos han dicho numerosas veces que “Ein Kudsha Berij Hu ävid nisa le´magna im efshar be´lav haji” (Ha´Kadosh Baruj Hu no hace un milagro gratis si es que hay forma de arreglarse sin el milagro). 

Otra cosa interesante respecto a la mitzváh del encendido de las velas de Janucá, es que si nos fijamos bien, tanto la Guemará como la Halajá cuando hablan de una mitzváh - muchas veces vemos que existe lo que se llama “lekayem et ha´mitzvah me´ïkar ha´din”, lo cual significa cumplir con la mitzváh de acuerdo a las exigencias básicas de la halajá, y existe otro nivel llamado “mehadrin” – lo cual implica embellecer la mitzváh sumando ciertas severidades que a pesar de no ser absolutamente necesarias para cumplir con la mitzváh, de todas formas si la embellecen. ¿Qué es lo interesante respecto a esto? Lo interesante respecto a esto es que la única mitzvah que la Guemará nos entrega un tercer nivel de embellecimiento de la mitzváh es en la mitzvah de Janucá, donde la Guemará en Shabat [23b] nos dice: mitzvat janukáh ish u´betó (la mitzváh de Janucá es cada hombre y su casa), lo cual quiere decir que el hombre de la casa enciende una vela por día para toda su casa, y con eso cumple con la mitzvah del encendido, luego la Guemará continua y dice: “ve´hamehadrin madlikin ner le´jol ejad ve´ejad,” lo cual quiere decir que los que embellecen la mitzváh encienden una vela para cada miembro de la casa. Luego la Guemará continua y aquí nos trae este tercer nivel de embellecimiento, y dice: “ve´hamehadrin min ha´meahadrin mi´kan va´eilaj mosif ve´holej ejad be´jol lailah” (y los que embellecen sobre el embellecimiento van sumando cada noche una vela más), es decir el primer día una vela, el segundo día dos velas, y así sucesivamente hasta llegar a encender ocho velas la ultima noche. Lo cual ya de por sí es bastante interesante, ¿Por qué? Ya que si nos fijamos bien, todas las personas en Äm Israel curiosamente se conducen y realizan esta mitzváh de Janucá en su nivel mehadrin min ha´mehadrin y van sumando velas a lo largo de los días, sin importar su nivel de cercanía a la Toráh y mitzvot, todos terminan encendiendo ocho velas la ultima noche de Janucá.

Otra cosa interesante, es que si bien existen bendiciones las cuales se recitan al ver algo, como por ejemplo cuando se ve un relámpago, o un arcoíris, o una criatura muy extraña, y cosas parecidas, tal como lo trae la Guemará en masejet Berajot en el capitulo Ha´Roeh, no existe ninguna mitzváh la cual nuestros sabios nos hayan comandado que bendigamos por la visión, excepto la mitzvah de Janucá, en donde tal como lo trae Tosafot en Sucah [46a] la única mitzváh que tenemos en donde se bendice por ver la mitzváh es en Janucá, tal como lo trae la Guemará en Shabat [23a] “ve´Rav Yrmiáh amar: ha´roeh ner shel Janucá tzarij levarej” (Dijo Rav Yrmiá: Quien ve una vela de Janucá tiene que bendecir), lo cual nuestros sabios nos explican que para poder bendecir por ver una vela de Janucá tienen que cumplirse tres condiciones, y estas son: [1] que la persona aun no encendió la vela de Janucá en aquel día, [2] que no encenderá mas adelante, [3] que nadie enciende por él en su casa. Si es que se cumplen las tres condiciones la persona puede bendecir al ver una vela de Janucá encendida. Para poder explicar que es lo que esta escondido tras todo esto, primero haremos una pequeña introducción.

La parashá pasada – para quienes se acuerdan - hablamos del tema relacionado con las galuyot (exilios), analizamos donde nos encontrábamos ahora y que propósito tenia cada exilio en la vida de Äm Israel. Nuestros sabios al comienzo del Midrash Bereshit nos explican algo adicional respecto a los cuatro exilios, y esto es que en el segundo verso de la Toráh - ya fueron mencionados los cuatro exilios que Äm Israel iba a tener que pasar, explicando que cada termino utilizado por la Toráh para referirse a aquel exilio - posee la clave para entender de que se trata. La Toráh viene y nos dice [Bereshit 1:2]: “ve´ha´aretz hayeta tohu va´vohu ve´joshej äl pené tehom, ve´ruaj Elokim merajefet äl pené ha´maim”, explican nuestros sabios que “tohu”, es el exilio de Babel, “va´vohu” es el exilio de Maday, “ve´joshej” es el exilio de Yavan (Grecia), y “äl pené tehom” es el exilio de Edom. Por ende vemos de acá que el exilio de Yavan (Grecia) es nombrado el Toráh bajo el termino de “joshej” (oscuridad), y el milagro de Janucá sucedió justo mientras los griegos intentaban eliminar de forma absoluta lo que es la Toráh de Äm Israel e inculcar en ellos su propia cultura – basada en lo que es el materialismo y la codicia por lo hermoso, tal como sabemos que la palabra sport que significa deporte en ingles, proviene de la palabra sparta que es la ciudad griega donde primero se realizaron las olimpiadas, sin embargo, no eran olimpiadas común y corrientes, sino que eran olimpiadas en donde los participantes debían participar desnudos para que el publico pueda contemplar su imagen física, y lo interesante sobre este exilio es que la Toráh lo comparó con la oscuridad, tal como vimos que viene representado por la palabra “joshej” (oscuridad), y lo que nos gustaría analizar hoy B”H es: Qué simboliza Yavan (Grecia) en nuestras vidas y qué conexión hay entre la mitzváh de Janucá y el exilio de Yavan.

Rabenu Yosef Jaim en Ben Yoyada nos trae un Midrash de Parashat Va´Yetzé el cual nos habla sobre el sueño que tuvo Yaäkov en el cual vio una escalera con ángeles subiendo y bajando, Midrash el cual nos explica que en realidad vio solamente cuatro ángeles, de los cuales el primero subió 70 peldaños en la escalera y luego bajó, posteriormente vino otro ángel el cual subió 52 peldaños en la escalera y luego bajó, después vino otro ángel que subió 180 peldaños y luego bajo, y finalmente vio un cuarto ángel el cual subió y subió y nunca bajó. Explica el Midrash que el primer ángel que subió 70 peldaños era el ángel de Babel - que fue el primer exilio que tuvimos como pueblo de una duración de 52 años, luego el segundo ángel que subió 52 peldaños pertenece al ángel de Madai - el cual fue un exilio el cual se extendió por 70 años, y el tercer ángel que subió 180 peldaños y luego bajo representa el ángel de Yavan (Grecia) que fue un exilio que se extendió por 180 años, siendo el ángel final que subió y subió y no bajó - el ángel de Edom, que es el exilio más largo de todos, el cual aun nos encontramos viviéndolo.

¿Por qué el exilio de Yavan duró 180 años? ¿Por qué justo este numero? Explica el Ben Yoyada que aquel exilio viene a expiar por la venta de Yosef Ha´Tzadik. ¿Por qué? Ya que si nos fijamos bien en parashat Va´Yeshev (la parashá  de esta semana) - cada uno de los 9 hermanos involucrados en la venta de Yosef recibieron 20 selaim, tal como dice la Torah [Bereshit 37:28]: … va´ymkerú et Yosef la´Ishmeëlim be´ësrim kasef (y lo vendieron a los Ishmäelim por 20 monedas de plata), y por el hecho de que eran nueve en total, resulta que 9 hermanos por 20 monedas que recibió cada uno, son exactamente 180 – por eso la duración del exilio de Grecia fue de 180 años para expiar por aquello. Y la pregunta que nos gustaría analizar es ¿Por qué? ¿Qué relación existe entre lo sucedido en la venta de Yosef y la mitzváh de Janucá?.

El nombre de la festividad de Janucá viene de la palabra Jinuj, lo cual significa “educación”, por ende, el hecho de que la mitzvah de Janucá consista en encender velas - claramente no es por nada, sino que la forma en que alumbramos las velas viene a enseñarnos algo sobre que cosas debemos poner atención cuando se trata de la educación de nuestros hijos. Cuando se trata de educación, no hay nada más importante que el ejemplo personal de los padres o de quien esta educando. ¿De donde lo sabemos? Lo vemos en nuestra parasháparashat VaYeshev - con Reuben, quien el Midrash dice algo muy interesante sobre que sucedió con Reuben al momento en que se encontró con la noticia que Yosef había sido vendido, dice el Midrash Shor [20] sobre el verso en la Toráh que dice “va´yashov Reuven el ha´Bor”: amar le Ha´Kadosh Baruj Hu: Me´Ölam lo jata Adam lefanai ve´äsah teshuváh, ve´ata patajtah be´teshuvah tejiláh, jayeja she´ben binjá ömed ve´poteaj bi´teshuváh tejiláh” (“Y volvió Reuven al pozo”: le dijo Ha´Kadosh Baruj Hu: Nunca alguien había transgredido frente a Mí y luego hizo teshuváh, y tu fuiste el primero en abrir la teshuváh, por ende te prometo que el hijo de tu hijo se parará y abrirá en teshuváh) “ve´eizeh? Ze Yehoshuä, she´neemar “Shuva Israel äd H´ Elokeja” (¿Y quien es? Es Yeoshuä tal como esta escrito “Vuélvete Israel hacia tu D´s). Lo interesante es que el Midrash pregunta inmediatamente “¿Cómo puede ser que Ha´Kadosh Baruj Hu le haya dicho a Reuven que el fue el primero en hacer teshuvah? ¡Si Adam ha´Rishon y Cain también hicieron teshuvah!”. A lo que explican nuestros sabios que la teshuváh que hizo Reuven es un arrepentimiento que nadie antes había hecho en la historia, ¿Por qué? Ya que la teshuváh de Reuven fue sobre la educación que el resto aprende de mis actos y las consecuencias que aquello involucra, él entendió que la educación que recibieron sus hermanos de no considerar el honor de su padre a la hora de vender a Yosef a pesar de que sabían que aquello iba a afectar a su padre Yaäkov, la recibieron de él al cambiar la cama de su padre de una carpa a la otra sin preguntarle antes, atentando en contra del honor de su padre sin considerar las consecuencias. Los 9 hermanos que vendieron a Yosef como esclavo por 180 monedas de plata dejaron un nivel de oscuridad en nuestro pueblo producto del ejemplo que recibimos de un acto de esta envergadura, acto en el cual vimos como un grupo de hermanos decidió vender como esclavo a su propio hermano, ejemplo el cual tuvo que ser expiado con 180 años de oscuridad, que fue el exilio de Yavan.

Habiendo entendido esto, ahora podremos entender por que esta es la única mitzváh en la cual todo Äm Israel se preocupa de llevar a cabo todos los hidurim (embellecimientos) posibles. Desde el comienzo del milagro vimos como no se conformaron con encender las velas de la menorá utilizando un aceite impuro - a pesar de que halajicamente estaba permitido hacerlo, y luego vemos como hasta el día de hoy, en toda casa de Äm Israel se lleva a cabo la mitzváh del encendido de Janucá en su nivel de “mehadrin min ha´mehadrin” – cumpliendo la mitzváh de una forma más allá de lo que la halajá nos exige, ya que cuando se trata de Jinuj (educación), cuando se trata de lo que el resto de las personas de nuestro entorno pueden llegar a aprender de nosotros y de nuestras acciones, debemos ser mucho más cuidadosos de lo que la norma nos exige, debemos entender que cada uno de nosotros poseemos en nuestras manos un arma muy potente, arma con la cual si la ocupamos de forma correcta, podremos alumbrar nuestro entorno a través de nuestras acciones y ejemplo.

Rabotay, nuestros sabios ya nos enseñaron que la mejor forma de jinuj es a través del ejemplo, una acción vale más que mil palabras, y la forma de triunfar en la educación que entregamos a través de nuestro ejemplo - es haciéndolo como lo hacemos en la mitzváh de Janucá, a través de no conformarnos con el mínimo, sino que embelleciendo nuestras acciones más allá de lo que se nos exige. Es por esto que la única mitzváh que se bendice por verla es Janucáh, ya que la bendición del jinuj (educación) de nuestros hijos depende de que vean un buen ejemplo en nosotros.

Shabat Shalom u´m´boraj y Janucá