¿Puedo pasar por la prohibición de pedir de una persona de otro pueblo que realice un trabajo prohibido para salvar a mi marido que no fume?
¿Puedo pasar por la prohibición de pedir de una persona de otro pueblo que realice un trabajo prohibido para salvar a mi marido que no fume?
Hubo en caso en Israel, donde una mujer la cual había tenido el merito de volver en “teshuváh” y acercarse al cuidado de la Toráh y de las mitzvot – pidió de su marido quien aun no había tenido el merito de volver en “teshuváh” que por favor tratara de no profanar el Shabat dentro de su hogar para que así no se vaya a ver afectado el ambiente de Shabat dentro de la casa, y también para que los hijos no vean que su padre profana el Shabat. El marido al escuchar la petición de su mujer, le dijo: “Querida mía, estoy dispuesto a hacer lo que sea por ti, puedo dejar de utilizar la electricidad en Shabat, andar en auto, etc, pero hay una sola cosa la cual no estoy dispuesto a dejar - mis cigarros en Shabat, aquello es demasiado para mi”.
La mujer se dirigió a la rabanit quien la acerco a la Toráh y al cuidado de las mitzvot con el propósito de pedir su consejo y le contó lo que había dicho su marido respecto a sus cigarros. La rabanit le dijo “tengo una excelente idea para ti”. Hace poco se publicó un cuento muy parecido al tuyo el cual también sucedió con una mujer la cual tuvo el merito de volver en “teshuváh”, y se dirigió hacia uno de los grandes rabinos de la generación para alegarle sobre su marido quien no dejaba de fumar en Shabat. ¿Qué hizo el gran rabino? Le aconsejo a la mujer que le pida por favor a su marido si acaso por lo menos puede evitar fumar mientras las velas de Shabat se encuentran encendidas. El marido estuvo de acuerdo.
Luego le dijo el rabino a la mujer que de a poco comience a utilizar velas más largas, de tal forma que se puedan mantener encendidas durante más tiempo, lo cual para su sorpresa el marido siguió cuidado su pacto y no fumaba mientras se mantenían encendidas. Transcurrieron unos cuantos Shabatot y la mujer volvió a aumentar el largo de las velas, hasta que finalmente llego a utilizar velas llamadas “ner neshamá” las cuales permanecían encendidas durante todo el Shabat.
La rabanit después de contar esta historia, le dice a la mujer: “¿Que te parece si utilizamos esta misma estrategia? Quizás así tengamos el merito de que tu marido también llegue a cuidar Shabat como debe ser”.
La mujer fue donde su marido y le propuso el trato, suplicándole que por favor evite fumar mientras las velas permanecen encendidas, y el marido estuvo de acuerdo. Cada Shabat el marido esperaba el momento en que se apaguen las velas e inmediatamente comenzaba a fumar.
A medida que transcurrían los Shabatot la mujer iba aumentando el largo de las velas, y el marido se mantenía cuidando el pacto de forma intacta. ¿Qué sucedió? Un día Viernes la mujer tuvo que acompañar a su madre enferma al hospital, y no tuvo opción de encender las velas de Shabat en su casa. Cuando volvió a su casa, ya habían salido las estrellas hace un par de minutos por lo que Shabat ya había ingresado, y ella sabia que en un par de minutos volvería su marido quien había ido a la Sinagoga con los niños, y al ver que las velas no están encendidas inmediatamente iba a encender un cigarro, por ende ¿Qué se le ocurrió a la mujer? Su vecina tenia una ayudante que era de otro pueblo, por ende la mujer pensó que quizás es una buena idea ir y pedir de la ayudante si por favor le puede encender las velas de Shabat.
Sin embargo, tal como lo hemos visto en halajot anteriores, todo trabajo el cual esta prohibido que lo haga una persona de Äm Israel en Shabat, halajicamente también esta prohibido pedir de una persona de otro pueblo que lo haga, siendo esto una prohibición rabínica. Es por esto que la mujer vino y preguntó si acaso tiene permitido pasar por la prohibición de pedir de una persona de otro pueblo que haga un trabajo prohibido para así salvar a su marido que no fume en Shabat.
Como respuesta, en realidad existe lugar para permitir que la mujer le pida de la mujer de otro pueblo que le encienda una vela de la cual no exista ningún tipo de beneficio o provecho directo de su luz, una vela la cual se encuentra dentro de una caja metálica (como por ejemplo una lata de conserva) de tal forma que no agregue nada de luz en la casa fuera de la luz que ya hay gracias a la luz eléctrica, de tal forma que el propósito del encendido de la vela sea netamente para salvar a su marido de que no incurra en la prohibición de fumar en Shabat. ¿Por qué? Ya que de esta forma la acción de encender la vela se considera “melajá she´einá tzerijá le´gufá” (un trabajo el cual no requiero el cuerpo del trabajo mismo), lo cual para la halajá se considera una prohibición rabínica (ya que la Toráh solamente prohibió realizar un trabajo el cual se requiere el cuerpo del trabajo por el cual normalmente se realiza aquel trabajo), pero en caso de que no se requiera el cuerpo del trabajo, la prohibición es solamente rabínica. Por ejemplo una persona que necesita tierra y cava un pozo para sacar la tierra, a pesar de que cavar un pozo es una prohibición de la Toráh, en este caso por el hecho de que no requiere el pozo sino que solamente la tierra, pasa a considerarse una “melajá she´einá tzerijá le´gufá”. Por ende en nuestro caso, por tratarse de una situación en la cual se quiere salvar al marido que no incurra en la prohibición de fumar en Shabat, se puede considerar como un caso de “Shevut de´Shevut bi´mkom mitzváh” (una prohibición rabínica hecha de una forma prohibida rabínicamente, en un caso de mitzváh), lo cual esta permitido halajicamente tal como lo trae Maran Shuljan Aruj [siman 307, seif 5].
EN RESUMEN
Existe lugar para permitir que la mujer le pida a la mujer de otro pueblo que encienda la vela en Shabat, siempre y cuando la intención de la vela sea netamente salvar a su marido para que no fume y no para tener provecho de la luz de la vela.